✿ Doce ✿

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—¿Algo te molesta, Sana?

Levanté la vista de mi ensalada mientras Mina y Momo me miraban. Volteé hacia abajo y noté cómo destruía mi almuerzo sin intenciones de hacerlo.

Mi mente estaba borrosa.

—Estoy bien.

—Mierda. — Mina dijo. —Boo, ¿qué pasa?

Mirándolas a ambas, supe que no iban a dejar pasar esto. 

Reflexioné mucho anoche después de que Chan y yo volvimos de comer. Me acosté en mi cama durante horas pensando en Tzuyu, torturándome constantemente.

Es porque ayer, en el tiempo estuvimos juntas, me sentí feliz. Sentí que todos mis miedos y pensamientos habían desaparecido cuando ella estaba cerca de mí, lo que me aterroriza.

Saber que acercarme a alguna persona no es algo que pueda hacer. No quiero lidiar con las emociones o los sentimientos que vienen con que me guste alguien, no digo que me guste porque sé que es solo un pequeño enamoramiento que desaparecerá muy pronto. 

Tiene que.

No puedo acercarme a nadie.

—Solo pensando en cómo le voy a decir a mi mamá que no quiero que... nuestra vecina me cuide más.

Mina me miró confundida. —¿Por qué?

—Porque tengo la edad suficiente para cuidar de mí misma. Desearía que mi mamá viera eso.

—Sana, no eres lo suficiente estable mentalmente para quedarte sola. Lo sabemos. — señaló hacia ella y Momo. — Tu mamá lo sabe y tú también.

Clavé mi tenedor en mi lechuga. —Bueno, voy a tratar de convencerla de que me deje quedarme sola. Chan llega a casa a las seis. Son dos horas que estoy sin compañía.

—Pueden pasar muchas cosas en esas dos horas. — Mina habló. Continuó mirándome mientras trataba de entenderlo todo. —¿Cuál es la verdadera razón por la que no quieres a la señorita Chou allí?

Viéndola confundida, hice un gesto con la cabeza como si no entendiera. —¿Señorita Chou?

Ella asiente. —Ese es el apellido de la directora.

Momo la voltea a ver. —¿Cómo sabes eso? Ni siquiera yo lo sé.

—Tal vez si prestaras atención. — ella negó antes de volver a mirarme. —Entonces, ¿qué pasa, nena? ¿Qué es lo que no me estás diciendo?

Las miro a ambas. Suspiro y me armo de valor. —Creo que puedo estar un poco... enamorada de ella.

—¡Aw!

—¡No es lindo! — puse mi cabeza en mis manos. —Puaj.

Levanté la vista y vi a Mina observándome. —¿Qué no tiene de lindo? Eso es adorable, Nana.

En ese momento traté de usar mis sentidos telepáticos para no tener que decir nada en voz alta.

No funcionó.

Su Toque -SaTzu- (adaptación y traducción) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora