Capítulo 1: Tú eres un ángel y yo solo un demonio.

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Crowley se encontraba en un karaoke de mala muerte, con Nina y Margaret.

Las chicas intentaban animarlo después de todo lo sucedido con Aziraphale.
Obviamente, Crowley se negaba a hablar mucho del tema, solo decía que "el ángel" se había ido y, esta vez, para siempre. Que no le volvería a ver nunca más. Y si lo hacía, ya sería demasiado tarde. Probablemente.
Margaret pensó que igual si se subía y soltaba un par de gallos cantando una canción animada de una banda conocida, podría animar al pelirrojo, que parecía un pequeño hombre entumecido y roto, en una silla de plástico, rodeado de gente que se lo quería pasar bien, cuando él sólo quería ir a casa, beber solo y desmayarse por la cantidad de alcohol ingerida.

Y de alguna manera, y en algún momento, Crowley apareció en el escenario mientras comenzaba a sonar una canción que alguna vez había oído y conocía la letra, por alguna estúpida razón.
Y esa letra, esa canción, curiosamente, le venía al pelo. Expresaba bastante bien lo que le gustaría decirle a su perfecto y brillante ángel que le acababa de abandonar.

La melodía empieza a sonar y parece que el demonio, vestido de negro y con sus características gafas de sol oscuras, como la noche misma, no va a arrancar, hasta que finalmente lo hace.

(La canción es: Ricky Montgomery - Line Without a Hook por si quieres escucharla mientras lees.)
Canta:

"Realmente me importa una mierda la forma en que me tocas,
cuando estamos solos,
puedes tomar mi mano. Si no hay nadie en casa,

¿Te gusta cuando estoy fuera?
Si fuera y lastimara mi cuerpo, ¿Me querrías igual?

Puedo sentir todos mis huesos volviendo
Y anhelo el movimiento
Mamá nunca aprendió a vivir sola"

(Crowley no sólo piensa en Aziraphale, piensa en el cielo, en toda esa organización que nunca es saciada de bien, que siempre ansía más poder y que las estúpidamente estrictas reglas llegan a significar el sin sentido, una sociedad corrupta que no abre los ojos, a veces, peor que el mismo infierno, una élite que se creen jueces de la humanidad, cuando ellos son los primeros que deberían sentir el peso de la justicia, de la verdad y del sentido, literalmente. Sentir lo que es un ser humano.)

"Es una maldición
y está creciendo
Eres un estanque y yo soy un océano

Oh, todas mis emociones
Siento como explosiones cuando estás cerca
Y he encontrado una manera de matar los sonidos, oh

Oh, baby, soy un desastre cuando estoy sin ti
Te necesito aquí para quedarte
Me rompí todos huesos ese día que te encontré
llorando en el lago"

(Crowley piensa en la primera vez que coincidió con el ángel, aquella bella ocasión en la que pudieron disfrutar de la inmensidad del universo juntos, de la primera nebulosa y de su última vez juntos como iguales, ya que, de un momento a otros, Crowley sería rebautizado como demonio y caería de los cielos para nunca más volver a ellos.
Y no sólo sentir un vacío en su corazón, sino también una carga, ahora era todo lo que una vez odió. Un demonio. Y tendría que aprender a vivir así desde cero.)

"¿Algo que dije te hizo sentir como si fueras una carga?
Ah, si pudiera recuperarlo todo
Te juro que te sacaría de la marea

Oh, espera, espera, espera

Dije que no (dije que no), dije que no (dije que no)"

(Es inevitable que estas palabras le lleven a aquel fatídico momento en el que le dijo "no" a Aziraphale, "no" a volver al sitio del que le habían vetado, rechazado por simplemente pecar de curioso, del sitio que le habían humillado y repudiado. De un lugar donde no le querían, un lugar que le rechazaba por cómo era.)

Ni yo soy tan malo, ni tú tan bueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora