Capítulo 2: El camino del señor es inescrutable.

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Increíble, pero cierto, ambos estaban ante la presencia de Jesucristo.

Aziraphale se pone tenso, no sabe ni cómo dirigirse a él.

-Su magnificencia, señor, su majestad...

-Tranquilo, llámame Chus, es más fácil de recordar

El rubio no sabe ni qué decir.

Crowley toma la palabra.

-Bueno, señor... Chus, ¿Podría bendecirnos con la explicación de por qué ha decidido visitarnos aquí, sin avisar a nadie, además, y cuál es su voluntad? Si no es desfachatez preguntar.

Jesús responde:

-Por el segundo advenimiento, por supuesto.

Crowley mira a Aziraphale levantando la ceja, alterado.

- ¡¿El según advenimiento?! ¡Ángel! ¡¿Tú sabías algo?!

-Eh... sí, de hecho, ya... Lo sabía. -murmura avergonzado, desviando la mirada.

- ¡¿PERDÓN?!

- ¡Que ya lo sabía Crowley, jolín! Pero estaba intentando cambiar las cosas, que no fuera todo tan drástico, evitar todo lo malo- Es interrumpido por el pelirrojo.

-Oh, ¿Todo lo malo? ¿Te refieres al juicio final y eterno de Dios? ¿La glorificación de unos y el descenso de otros? ¿O quizá a las guerras, muertes, sufrimiento y reinicio del mismo universo?

-Estoy haciendo todo lo que puedo para que eso no ocurra, yo puedo cambiar las cosas. Pero la cuestión más importante ahora es, ¿qué hacemos?

El profeta vuelve a intervenir.

-No se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.

Ambos ruedan sus ojos hacia él, sin comprender nada de lo que dice, se vuelven a mirar para seguir hablando, y hablar más bajito está vez.

Aziraphale de nuevo

-¿Y por qué ha aparecido ahora y no en la fecha marcada de su supuesta vuelta? ¿Qué sentido tiene?

Crowley se encoje de hombros-Tendría prisa.

-Vale, creo que lo primero de todo es avisar al cielo de que el gran profeta acaba de llegar de vuelta al plano terrenal y... supongo que tendremos que poner todo en marcha -mira de reojo al demonio, quien está ahí quieto con sus gafas como un bloque de hielo, cruzado de brazos y con actitud arisca.

Tendrás que encontrarle primero, se acaba de pirar. - Señala la puerta con la mirada, el ángel estaba de espaldas a ella y no se había dado cuenta. Al decirle esto, se gira espantado y corre a la calle. Mira por todos lados en un primer vistazo, no lo ve. Jesucristo acaba de volver por segunda vez a la tierra y en 5 minutos lo ha perdido de vista. Maravilloso.

- ¡Maldición! ¿Has visto por dónde se ha ido, Crowley?

Crowley le mira alzando una ceja

- ¿Yo? Ni idea. -El pelirrojo saca una manzana roja de la nada y le da un bocado, una escena similar a la primera tentación de Eva y Adán.

- ¿Desde cuándo comes?

-Han cambiado muchas cosas por aquí, ángel.

Crowley chasquea los dedos y desaparece, dejando un leve rastro de humo. Aziraphale suspira y refunfuña. ¿Por qué siempre este tipo de cosas le pasan a él?

Empieza a caminar calle abajo, por elegir una dirección al azar, "rezando" porque Jesús, digo Chus, se hubiera ido en esa dirección. Se recorre todo el vecindario, pasa por el parque y el estanque, donde le gustaba pasar las tardes sentado en el banco junto a Crowley recordando viejos tiempos y alimentando a los patos con guisantes congelados.

Ni yo soy tan malo, ni tú tan bueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora