El peso de la corona

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"But every night with us is like dream"

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Camerón: Oye, ¿No me extrañas?

Alek: Sabes que sí.

Camerón: Estoy cerca del palacio. Sal y trata de que no te vean.

Alek: ¿Sabes que son las una de la madruga?

Camerón: Deja de hacerte el de rogar y sal, sé que te encanta la adrenalina y que ahora mismo debes estar saliendo.

Al parecer me conoces bien, cam.

Alek: ¿En nuestro viejo lugar?

Camerón: Sí, y apresúrate.

Abrí la puerta de la cocina despacio y salí sigilosamente por el jardín. Sé que todo el alrededor se encontraba atestado de guardias, pero este es el castillo dónde crecí y tengo años de experiencia en escape,  así que me las ingenié para salir sin que se dieran cuenta, al parecer aun no reparan el viejo agujero.

Cuando salí me encontré a cam. Al pararme a su lado lo miré desde mi altura y lo encontré muy tierno ya que llevaba un gorro de lana verde como sus ojos y sus pómulos y nariz estaban completamente rojos.

—Lindo gorro. —Este me observó y sin tener su característica sonrisa habló.

—Te tardaste. —Dijo cruzándose de brazos.

Tenía que aguantarme las ganas de reírme de él.

—¿Te das cuenta todo lo qué hay que hacer para escarparse en medio de la noche de un lugar que tiene guardias por todos lados?

—Como sea, vamos.

Comenzó a caminar dejándome atrás. Le mire como caminaba y una pequeña sonrisa se extendió por mis labios.

—Estas muy mandón, no recordaba que fueras así.

—Te quiero enseñar algo deja de refutar tanto. —Volteó apurándome.

—Como sea. —Me encamine a su lado y ambos nos adentramos a las frías calles de Londres.

De pronto escuche la risa de Cameron.

—¿De qué te ríes? ¿Acaso viste un payaso?—Pregunté ceñudo.

—Nada, es que se me hace graciosos que siempre para vernos tengamos que escaparnos. No llevas ni un mes en Londres, y lo hemos echo tres veces con esta. ¿Acaso somos un libro de amor prohibido?

Tal vez.

—Quizás —Me atrevo a decir. Detengo mi paso haciendo que el también se detenga y haciendo que nuestras miradas conectaran.

Quise jugar un poco con su paciencia y me acerqué peligrosamente haciendo que cameron se tensará.

Predecible.

—¿Como crees que terminaríamos si esto fuera un libro de amor prohibido? —Dije en un tono que solo el escuchara acercándome más.