23. Regresar a lo amado

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—Junhan y yo nacimos juntos—cuenta Hajun mientras Jimin lo peina lenta y delicadamente—. Él y yo la barriga de mamá. Él es más pequeño que yo. Nació después que yo.

—Después de mí. —Corrige suavemente y Hajun da un resoplido, claramente irritado de haberse equivocado. Jimin ladea la cabeza y el cabello le cae por el hombro—. Él es tu hermano pequeño... ¿Los demás también son tus hermanos?

—No. Otras mamás. Un mismo Alpha para muchas hembras débiles. Sus Alphas no lo hacían bien. No sabían tenerlas felices. Así que papá se hizo cargo—explica en voz más baja. tiene mucho sueño. Que lo peinen le da demasiado sueño ahora. Quizá porque Jimin desliza muy suave los dedos por su cabeza. Es un tierno y cariñoso masaje que el disfruta en su plenitud—. Papá fue un gran Alpha. Me dejó esta manada. Se fue hace mucho.

— ¿Estaban aquí antes?

—No. Estábamos cerca de hembras, pero poca comida—Jimin medita que quizá por ser un país un poco menos espacioso, hay menos animales y menos personas exceptuando los cúmulos. Para los Alphas es más sencillo moverse en territorios grandes—. Aquí frío. Muy frío, pero con comida y mucho para esconder. Además, la gente cree que no estamos aquí porque hace frío. No nos gusta el frío... No aguantamos frío. Mucho tiempo fuera, dormimos y... semana pasa, para morir.

—Son bastante listos entonces para hacer esa trampa. —opina en parte para sí mismo, queriendo guardar para sí mismo el dato tan peculiar ¿A que se refiere con dormir y luego morir? Tendría que pensarlo más. Hajun echa la cabeza para atrás, se recuesta en Jimin y lo ve a los ojos. Jimin tiene los ojos extraños. Son una mezcla entre marrón, rojo y amarillo. Un naranja sucio y turbio como agua de cañería.

—Alpha siempre debe ser listo. Si no, presa se escapa. Y hembras huyen. Sin hembras, no hay más Alphas.

— ¿Por qué no estas con una Alpha entonces? —pregunta delineando su rostro. Hajun frunce los labios.

—Huelen mal. No son buenas crías. No tiene sentido. Debe ser hembra de gente enferma. De ellos, salen Alphas. Los que son como tú: siempre dan buenas crías.

Jimin traza una delicada línea con toda la explicación. Hajun obviamente no entiende el basamento, es algo que está impreso en su instinto. Evitar a Alphas femeninas porque no darán crías, buscar inmunes para reproducirse. Jimin supone que es una forma en que el virus se mezcla. La parte atacante y la inmune. Tener lo bueno del virus y lo malo del virus.

Los Alphas no son series superiores.

Son un fallo.

Son un error.

Porque si no lo fueran, tendrían la capacidad de hablar, la capacidad de entender más.

Hajun es un fracaso cuando se trata de cantidades, de entender pensamientos y demás. Jimin lo ha probado poco a poco. A pesar de poder evolucionar su capacidad léxica, de enunciación, retener muchísimas palabras, escribir... Es lo único que puede hacer. Es lo único que necesita: comunicarse.

Todo lo demás no existe. No hay moralidad, no hay decencia, no hay capacidades. Es un animal que habla, a grandes rasgos. Es la fusión de lo bueno y lo malo. Jimin concluye perfectamente que por ser él un fracaso, lo que transmite es el mismo fracaso a cada niño que haga.

El niño que se gesta dentro suyo, es un Alpha también. Será igual de inútil, igual de libidinoso y estúpido. Jimin no soporta la idea, le genera tanta repugnancia.

Lo único que ha logrado enseñarle aparte del idioma, es exponerle que, si le hace sexo oral en lugar de solo penetrarlo, quizá consiga algo más que hacerlo llorar o que se quede callado cuando copulan.

Sempiternal: Savages || BOOK 6#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora