❝𝙋𝙧𝙚𝙩𝙩𝙮❞ ⎟ "ᶜʰᵃⁿᵐⁱⁿ"

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Después de haberse tomado una siesta, ambos chicos decidieron por fin levantarse de la cama y intentar tener un día "productivo", ya que siempre que estaban juntos se la pasaban de melosos, esta vez estarían igual, como siempre, pero ahora saldrían de casa.

Decidieron ir a dar un paseo por el gran parque central de la ciudad y hacer un picnic frente al lago de los patitos a petición de Seungmin, quién estaba muriéndose de ganas por ir a ese lugar por primera vez junto a Chan.

El reloj marcaba las 11:24 a.m, los dos muchachos ya habían terminado de hacer la cama y recoger el desastre que habían hecho en la noche y temprano por la mañana; seguido de esto tomaron sus turnos para darse una ducha.

Seungmin al terminar, bajó a la cocina, en donde se encontró a Christopher haciendo el desayuno, que para su gusto, olía demasiado bien, sacándole una sonrisa por el exquisito olor.

Chan al notar la presencia del menor en el lugar se volteó un poco, dándole una sonrisa al pelirrojo mientras veía como este se la devolvía y tomaba asiento en una de las sillas de la barra, posando su mentón en su mano.

— ¿Qué estás cocinando, Channie? –preguntó curioso, observando cómo el pelinegro dejaba lo que hacía en el sartén y se acercaba a el–

— Panqueques –respondió, abrazando al chico y dejando un beso en sus labios, mejilla y frente, para luego estrechar su mejilla con la de él cariñosamente, sacándole una risita al menor– También te hice un licuado de arándanos y compré mucho chocolate para ti

— ¿¡De verdad!? –miró con emoción a Christopher, recibiendo un asentimiento– ¡Gracias, Channie!

Seungmin dió un lindo besito al mayor, abrazándolo aún más, acelerando el corazón de Christopher en tan solo microsegundos.
El australiano sabía lo que tanto le encantaba al pelirrojo, por lo que quiso darle un rico desayuno con sus cosas favoritas.
Chan no paraba de sonreír después de haber visto cómo el menor se emocionaba al darle sus chocolates favoritos, sentía tanta paz interna y unas inmensas, pero enormes inmensas ganas de abrazarlo, estrujarlo, no sé, simplemente tomarlo con sus brazos fuertemente, sus ansias crecían tan solo con ver al chico, y esque nunca había sentido lo mismo con otra persona, Seungmin era el primer chico que lo hacía sentir tan lleno, era simplemente la parte que buscaba para poder completarse, y sentía, que no podría volver a estar sin Seungmin después de haberlo encontrado en su vida.

Con aquella enorme sonrisa que le hacía doler las mejillas al pelinegro, Chan comenzaba a emplatar el desayuno, decorándolo como si fuese a calificarlo un experto en cocina, pues quería sorprender a Seungmin con sus habilidades de chef, y vaya que si lo hizo.
En cuanto puso el plato frente al chico, este abrió sus ojitos con sorpresa y una linda sonrisa que tapó con su mano.

Christopher nuevamente había sentido aquella calidez en su pecho.

— Minnie, no tapes tu sonrisa –pidió suavemente, tomando la mano con la que el chico se tapaba para luego bajarla–

— No me gusta, Chris –respondió, intentando reprimir la sonrisita que aún no pensaba irse de su rostro–

— Pero es muy linda~, anda~, sonríe Minnie –Comenzó a dar cosquillas, provocando risas y pequeñas carcajadas de parte del menor, disfrutando aquel hermoso sonido–

Seungmin no pudo más, y terminó sonriendo de oreja a oreja sin taparla otra vez.
Christopher podía conseguir que Seungmin hiciese lo que el pensaba no poder hacer.

— You are very pretty –dijo el pelinegro, haciendo que el menor ladeara la cabeza al no entenderlo, pues el no era bueno en inglés, ni un poco–