El lugar a llegar

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-...auch...auch¿que?- David despertaba poco a poco después de aquel gran golpe, sin embargo lo primerio que vio es el cielo azul, dio media vuelta y vio a su compañero felino acostado, dormido esperando a que David despertara. Se le hizo tierno, así que con cuidado agarro al felino despertándolo en la acción.

-Tranquilo, tranquilo, soy David...- Al ya tenerlo en brazos lo acariciaba para tranquilizarlo, una vez que ya estaba tranquilo el felino David lanzo un suspiro. -okey, veamos...- El explorador salió del basurero y miro a sus alrededores, un cielo azul, piso de pavimento y edificios de ladrillos.

Este dejaba a Mateo en el piso nuevamente, dándole una ultima caricia al felino y miraba a uno de los edificios. -Muy bien...aquí vamos, nuevamente...- Este cerraba los ojos y dio un pesado suspiro, se concentraba tanto que en un segundo dejo de escuchar los ruidos de sus alrededores, tales como carros, voces y ladridos.

Todo era silencio, era el y sus pensamientos internos. Poco a poco volvió el sonido, pero diferentes sonidos, esta vez escuchaba naves volando, un idioma extraño hablado a la vez que pasos metálicos. Al abrir los ojos notaba que estaban de vuelta en aquel planeta extraño, el lugar donde habían perdido a esa persona especial.

-Mucho mejor...¿Mateo, estas bien?- Comento mirando al piso, en donde se encontraba posando el felino, el cual respondió. -¿¡Que si estoy bien!? ¿¡TU ESTAS BIEN DE TU CABEZA!?- El felino dio un salto y se posaba en el basurero en el cual habían caído. -Te dije explícitamente que no debías intentarlo, no tenias que saltar ¡Me preocupe! ¡PENSE QUE ESTABAS MUERTO! debes pensar mejor tus acciones, señorito...- Mientras exponía todo ese sermón, David caminaba al basurero para buscar su mochila y le respondía al terminar -¿Enserio? después de todo ese sermón me llamas ¿señorito? Ja, que elegante de tu parte...señor- Genuinamente le había dado risa el lenguaje de su compañero, lo ultimo fue una especie de burla, pero se le hacia gracioso esa palabra.

Continuaba buscando en la basura hasta que por fin encontró su mochila, la saco y la sacudía, mientras Mateo respondió al comentario de David. -Arg, solo trato de ser educado contigo muchacho, pudiste haber muerto o peor aun, lastimado de gravedad, debes de pensar mejor tus movimientos o acabaras muerto algún día...- Al terminar el segundo sermón se sentaba mientras veía a David abriendo su mochila y buscando algo dentro de esta. - Y estoy seguro que no le gustaría eso a tu padre...- Al decir eso ultimo David se detuvo y volteo a ver a Mateo', parece que algo le había dolido en ese comentario, el cual respondia con algo de dolor y un poco de molestia.

-¿Mi padre? ¿Te refieres al padre que esta trabajando todo el día? ¿El padre que no va a mis festivales? ¿Aquel que llega tan cansado que no jugamos juntos desde hace tiempo? Si, quizá no le gustaria o no se daría cuenta hasta que sea su hora de salida y no me vea en la casa- Le decía al felino mientras poco a poco se calmaba. Una vez que volvió a su "estado natural" continuo con su actividad.- Se que debe de traer dinero a la casa, pero...solo desearía pasar mas tiempo de calidad con el, algo mas que una semana cada diciembre- Decia el explorador, el cual al poco tiempo pudo encontrar la caja morada que ha estado cuidando desde el inicio de la aventura, estaba un poco dañada en una esquina, pero lo demás todo bien. -Perfecto, oh, ahora...- este se tocaba su oreja para verificar que su arete siguiera ahí, al sentirlo se sintió aliviado, cerro su mochila y la colgó en su hombro.

-David, solo...quiero que estes bien, no arriesgando tu vida...- Comentaba el felino, haciendo una pausa y asi, dar unos pasos adelante hasta quedar frente a frente con David. -Solo ten cuidad...explorador- Este ultimo apodo le saco una sonrisa a David. Acto seguido se agacho y agarro al felino para posicionarlo en su lugar y así continuar el viaje, camino hacia la calle principal mientras le respondía a su compañero. -Lo tendré, no te preocupes Mateo, solo ten en cuenta que el las exploraciones pueden ser peligrosas...- Al terminar de decir eso llegaba a la calle principal y miraba a los alrededores.

El Pequeño ViajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora