Ova 3: Velada de memorias (2/2) parte 1

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Buscaba desesperado entre los cajones del estante, la sala a oscuras y en silencio hacían resaltar casi que con eco el deslizar de las pequeñas puertas de madera que eran azotadas con brusquedad, solo la luz natural de luna alumbraba tenue esa parte del hogar. Respiraba como un toro por la ansiedad tan potente que sus ojos y cubiertos por ojeras denotaban bastante su agotamiento, pero ese ciervo estaba reacio a César su búsqueda.

- ¿Que buscando estás?...- se pregunta una voz saliendo de la nada asustando al hombre.

El ciervo por un momento sintió que su corazón salíase por su garganta, sin voltear atrás se arrodilló para ahora investigar en la parte baja del estante siguiendo así su búsqueda. Claro está que la presencia nunca se fue, al contrario, esos ojos se clavaban en su espalda dándoles escalofríos.

- Ve a dormir- hablo nuevamente la voz.

Siguió ignorandolo ganandose aún más el enfado del propietario de esos ojos que brillaban en carmesí, el ciervo suspiro levantándose tomando un gran respiro.

- Estaba buscando los contactos de uno de nuestros patrocinadores en Francia, recuerdo que hace dos años puse esos papeles aquí y los necesito para llamarlos aver si pueden darme un puesto en la competencia- -

"No me mientas"

Expreso secante la voz, el ciervo suspiro dando por fin la media vuelta encarando a su acechador, un murciélago de pelaje blanco y negro, recostaba su espalda en el marco de la puerta posándose de brazos cruzados. Aparentemente ahora era el quien ignoraba al ciervo, este último se rasco la oreja mirando a la ventana, había una clara distancia entre ambos hombres en aquel silencio... Hasta que uno de ellos suspiro con un sentimiento de frustración.

- Buscabas esto no?- de entre sus dedos sacudía una bolsita transparente cuyo contenido almacenaba una especie de polvo rosado fosforescente.

-De- de dónde sacaste eso??- la expresión del ciervo cayó en miedo, su cuerpo tembló momentáneamente como gelatina junto a gotas de sudor frías.

-Lo sabía- el murciélago presionó la bolsa con fuerza.

-Max eso no es mío te lo puedo explicar- argumento el ciervo acelerado acercándose a el.

-¡¡NO!!!- gritó el vampiro haciendo que parará en seco su andar. -¡Maldita mar Carter! Acaso sabe lo que significa que sigas con esto!!?- no disminuyo su tono en ningún momento.

-Estoy limpio te lo juro, quizás sea uno que se me olvidó tirar a la basura- se excuso Cárter.

-¿Así? Acaso cree que una bolsa hermética sería suficiente para no oler esto!!?- cuánto más alzaba su voz más parecía que tuviera ganas de golpearlo, e internamente razones no faltaban.

-Max por favor- -

- Callate - mostró sus colmillos apretando su mandíbula por la ira. -Solo te pedí 3 semanas sin esas malditas drogas!... ibas bien!... Ibas bien carajo...- pequeñas lágrimas se asomaban por los ojos del vampiro.

-Y voy bien- cual domador de fieras el ciervo se acercaba a Max. -Solo dame esa bolsa y verás como yo mismo lo empujó al inodoro- extendió su mano pero fue repelida de un manotazo por el murciélago.

-Tienes más por detrás de la lavadora, otras están ocultas en la cochera... Carter... ¿De verdad quieres que te crea?- el ciervo se quedó boquiabierto.

-Y que querías que hiciera entonces!!!- grito Cartel espontáneamente. -Mientras tu gracias a tus poderes de vampiros puedes competir contra todo el mundo yo debo esforzarme día tras día en ni siquiera poder correr igual de rápido que un estúpido hombre mitad lobo!-

Summer camp island fanfic: manos sobre OscarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora