Un monstruo pelirrojo.

25 2 0
                                    

14.03 | Astrid.

Intente mirarlo a los ojos sin reírme, pero era imposible. En mis audífonos, la canción más romántica del mundo, ante mis ojos, la escena más escandalosa del año.

— PUAJAJAJAJAJ

— ¡PERO, ASTRID!

Todo paso como un flash, pero iba a ser una historia memorable. Ambos, tomados de la mano, caminábamos tranquilos mientras compartíamos audífonos como hacemos de costumbre. Los ritmos variaban, eran canciones aleatorias que habíamos encontrado. Por suerte (o infortuna) del destino, conseguimos percibir el ritmo de una canción ya muy conocida por nosotros dos. Era de nuestras canciones favoritas, la que siempre disfrutábamos de escuchar.

Apenas me di cuenta, lo miré, notando que él también a mí. Sonreímos y empezamos a entonar la canción.

Sonreí con la alegría de poder disfrutar otro de nuestros mini shows, era como un pequeño recuerdo del porque lo amo. Sin embargo, ese "porque" se intensificó cuando inquieto y emocionado, por el coro; "Got me looking so crazy right now, your love's", se sacó su audífono e hizo un intento de baile, un intento de Moonwalk improvisado. Claro, sin mirar en ningún momento hacia atrás.

Y, al parecer, ese niño junto a su madre tampoco prestaban atención.

El helado voló de las manos del menor, una mujer pelirroja, su madre, corrió a socorrer a su hijo; Mi querido amor cayó al suelo con la mitad del helado de chocolate en la cabeza y yo, ahora, me moría de la risa.

—Acaso no ven por donde andan?! ¡Miren como dejaron a mi pobre Samuelito! - Con el niño llorando por la caída, la madre tenía los pelos de punta, tratando de consolarlo jurando que iba a compensarlo.

Yo también lloraba, aunque no sé si por la coincidencia cómica o por la caída. Levante a mi pobre novio y limpie su cara con la manga de mi chaqueta, antes de que se diera vuelta hacia la mujer;

— Señora, ay... Discúlpeme, por favor... Estaba enfocado en otra cosa y no vi a su hijo yendo en mi dirección — Bajo la mirada amenazadora de la pelirroja, sacó su billetera, contando algunos billetes y ofreciéndolos; — Por favor, use esto para el helado... Perdón de nuevo.

— ¿Mi hijo en su dirección? ¡Ah! ¡Mejor dicho, USTED estaba en la dirección de MI hijo! — Ella tomó el dinero de una manotada y se fue, en cuanto la seguimos con nuestra mirada.

Bien que no había discutido en tomar el dinero, ¿eh?

Nos volvimos a ver, él y yo.

Él, bañado en helado de chocolate, yo, con las mejillas adoloridas de la risa. Apenas madre e hijo desaparecieron, llorábamos entre carcajadas de burla del uno a otro, haciendo eco en el largo pasillo de edificios.

— Todo por Beyoncé - Dijo él, en cuanto nos alejábamos en busca de un baño donde se pudiera lavar el rostro y así, poder volver a nuestro largo camino a casa.

Seamos dos tontos enamorados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora