17.03 | Astrid.
—Capaz el lunes podriamos salir.
La voz era distante, ajena, indiferente. Poca atencion le di, sin haber entendido del todo lo que decia, manteniendome recostada sobre la mesa. Un empujon, sin embargo, fue lo que me hizo voltear a mirar.
Sus labios se movian brevemente, balanceando la cabeza de forma tan sutil y ordinaria que me encantaba, enamoraba. En su mirada se notaba la frustración del no poder hacerse entender, lo que algo de gracia me causaba.
—Que? —Repetí, sacándome mis audífonos para poder escucharlo
—Te quedaras sorda, Astrid!
—Que?
Estábamos en camino a la sala 102, Geografía. Acababa de sonar el timbre que indicaba el fin del almuerzo, por lo que el bullicio de los pasillos hacían cualquier conversación imposible. A pesar de que estas caminatas acompañadas apenas con una canción se habían vuelto costumbre, esta vez iba a ser una excepción. Finalmente, el se detuvo, ya cansado. Solo reí, sabiendo que le molestaba cuando me hacia de tonta.
—Me voy, adiós. —Dijo en un rápido suspiro, dándose la vuelta y emprendiendo camino.
—Samuelito! Estoy jugando, vuelve! —Murmure entre incontables risas mientras lo perseguía, al parecer empeorando la situacion por la mirada rápida y risa de el.
De alguna u otra forma, en esos pocos 10 minutos que nos daban para organizarnos y ir a clases, logramos reir, tontear un poco y charlar sobre esos tales planes. El aula estaba con un nivel mas leve de alboroto a diferencia del pasillo, por lo que suspiramos aliviados.
—El echo que tengamos el mismo nombre lo hizo mas divertido...
—No solo eso, el diminutivo! SamuelITO. —Con una exagerada imitación de la señora, hice hincapié en el final;— Ese podría ser tu nuevo apodo, eh?
La coincidencia de nombres todavía no la podía olvidar. Ya habían pasado algunas semanas de eso, pero cada detalle lo hacia inolvidable. La caída, el helado, la reacción, el moonwalk desastroso... La pelirroja.
Nos sentamos uno al lado de otro, él sacando sus cuadernos de geografía y yo lamentándome por guardar los audífonos. Al igual que él, saque una carpeta verde brillante, la cual ya hasta se había vuelto un chiste interno. "Si te pierdes en la noche, saca la carpeta de geografía que te encontramos"
—Entonces, el lunes... - Samuel volteo a verme para confirmar la cita, pero no pudo siquiera terminar de hablar cuando la puerta se abrió de repente, haciendo que todos nuestros compañeros de clase y nosotros incluidos, mirásemos atentos.
No fue dificil reconocerlo. Hombre bajito, medio barrigon con lentes y una que otra cana... El Sr. McDeen. Director hace 6 años.
—Hmm... Que alegria verlos a todos aqui! Aunque olvide avisarles, hoy les tengo una noticia muy importante! —Su recien empezado discurso se vio interrumpido por una repentina tos, la cual apenas terminar, volvio a hablar;— La profesora de Geografia se tomara un descanso de dos, tres meses por una... Repentina cirugia. Por mientras, tendran una maestra substituta.
Los murmullos se esparcieron por el aula, muchos volteando a chismosear mientras otros suspiraban desinteresados. Sin embargo, como si de un veneno poderoso se tratase, el "Tuk, tuk , tuk" de pesados tacones llego, tomando la atencion de hasta el mas despistado.
Una mujer esbelta entro, piel palida y aura aterradora. Mas familiar? Imposible. Ojos ambar, Cabello rojizo.
Con un escalofrio ahogando mi cuerpo y una mueca de terror mire de reojo a Samuel, el cual muy diferente de mi no estaba. Vi su mano tapar su boca, rascando ansioso sus mejillas tan rojas de la vergüenza. Me miro por un par de segundos y volvimos a verla.
Su cara tan rojiza como su cabello demostraba que, como nosotros la recordabamos con maximo de detalles, ella tambien a nosotros. Sonrio, ladeando su cabeza con humor.
— Buenos Dias alumnos! Soy su NUEVA profesora de geografia, Janise. Espero que nos llevemos muy... MUY Bien, por los siguientes y ansiados 3 meses...
Apresuradamente, volteo a ver a Samuel queriendo huir, apesar de al mismo tiempo querer reir por la nueva casualidad.
El me devolvio la mirada, una que se resumia en "Astrid, S.O.S"
ESTÁS LEYENDO
Seamos dos tontos enamorados.
Short StoryPor la vida de Samuel y Astrid no suceden muchas cosas. Cuando el aburrimiento los domina, deciden escribir sus recuerdos y momentos en una pequeña libreta.