Seamos dos tontos enamorados.

Retrato, tu mirar eternizado.

Ah, imposible no enamorarse.

Te observaba pintar con gran concentracion, levantando tu mirar cada cierto tiempo para observarme. Sonreia con cada breve mirada, imaginandome como estaba quedando el cuadro.

— Hazme bonita, eh. — Avisé bromista.

— Lo intento! Lo juro.... — Río el, moviendo levemente su cabeza para acomodar su cabello. — Solo espero que esto no termine siendo un insulto.

— Hmm, solo bromeo! Si es hecho por ti, no me preocupa nada.

...

Me quede boquiaberta, mirando detenidamente el cuadro.

— Y? Que te parece? — Preguntó el.

Santo cielo, el brillo de sus ojos me condenaba a no querer arruinarle su emocion. Trague saliva, guardando silencio mientras sonreia.

— Esta muy bonito! — Respondí con carisma.

— Santo cielo, lo odiaste.

Dejó caer el cuadro al cesped, cubriendo su rostro con ambas manos. "No, no! En serio es bonito!" Respondía yo desesperada, aunque las carcajadas nerviosas me dejan mas expuesta de lo que ya estaba. Prometo que intente converserlo miles de veces!

—Ya, ya, no llores — reí mientras lo abrazaba, aún riendo mientras observaba el lienzo tirado.

— Viste? Te dije que era mala idea.

Sabía que era todo un drama pasajero, algo que en unas horas se convertiría en una broma entre nosotros. Pero, cuan débil era mí corazón! Ay, ay... Supongo que el sentimentalismo todavía hacía parte de mí, como en la infancia.

Samuel y yo hemos estado juntos por unos meses, no mucho, no muy poco. Fue hace cuanto? Medio año? Las fechas no son lo mio, difinitivamente.

Él me conoce, sabe de mí personalidad. Aún así, aveces me dá miedo actuar de cierta forma y terminar alejándolo. Pienso demasiado en eso, mucho más de lo que desearía.

Y si se enoja, sera que me podria perdonar? Si me pasara del limite, cambiaria de mirar? Y si, y si, y si? Y si todo se terminara por algo que dije? Si no cambio de personalidad, sera que se cansara y me dejara? No tenemos los mismos gustos en todo, talvez eso nos haga distanciar. Todo, todo es posible! Y si talvez...

— Amor?

Senti su mano en mí pierna, haciendo un leve toque para llamar mí atención.

— Hmm?

Espabilo algo alertada, noto en su rostro como lo habia vuelto a hacer

— Seguimos pin...

—Amor, sabes que estoy jugando, no? — Pregunte enseguida, interrumpiendolo en el acto.

El me miró en silencio por algunos segundos, mirándome con aquellos ojos, aquel mirar, mí bienestar.

— Si, lo se, es obvio que lo es. — Él sonríe, tomando el cuadro nuevamente — Aunque esto se lo merece.

Volvemos a reír de nuevo, notando los divertidos defectos en mí retrato.

El sol seguía radiante sobre nosotros, lo que nos invitaba a estar un rato más, charlando, dibujando, riendo o hasta reflexionando. No importa, nada de eso importa. Lo único que sabía y que me importaba era poder estar con él, poder mirarlo, poder amarlo.

El tiempo pasó como segundos, ¿Pero que fueron? ¿Una, dos, tres horas? La temperatura empezo a bajar lentamente y estar al lado del lago poco a poco se había convertido en una amenaza. Intentando aguantar los primeros 30 minutos, las risas estallaron al notar que ambos estábamos titiritando.