Capítulo 4

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La noche con bakugou había sido demasiado agradable. Estaba tendida en su casa con el pecho acelerado de la emoción, su rostro, su vos, sus expresiones, todo era un absoluto deleite para ella y estaba más que decidida a estar mejor para seguir pasando tiempo con el.
Por otro lado bakugou se sentía frustrado, no es que no supiera que le pasaba es que simplemente no sabia como aceptar algo así, si hace unos años gustaba de su amigo como era que ahora iba a gustar de una chica... No se calentó más la cabeza y se metió en una ducha fría para sentirse más relajado, pues ya había terminado con las sesiones de hoy. Debía ir solo a la Universidad por un material de estudio y podría volver a casa temprano.

El día transcurrió con ella estudiando en su casa y el en la suya. Ambos se pensaron pero ninguno hizo nada, la confusión de ambos era algo que les estaba pasando factura por sus inseguridades.

Cariño baja a cenar. Le llamo su madre a uraraka y esta fue de inmediato ya con su pijama, esta ves más abrigada por que ya casi era otoño.

-estas esforzandote mucho mi niña
-gracias mamá, es lo menos que puedo hacer por todo lo que ustedes hacen por mi
-cielo, hacemos esto con mucho gusto eres nuestro angelito

La cena fue como siempre, alegre y llena de amor y risas. Pero por un momento entre ese extasis de felicidad recordó lo grande que era la casa de Bakugou y pensó si este estaría en una situación similar o muy solo para tan grande lugar.

La verdad es que sus padres casi nunca estaban en casa. No por que no lo quisieran o algo así si no que sabían que el podía cuidarse solo y se estaban dando el lujo de viajar por el mundo ahora que tenían estabilidad económica pues según lo que ellos le contaron antes no tenían nada.

Bakugou también se puso su pijama. En realidad solo la parte de abajo. Termino con su trabajo y saco del gran estante de su familia un libro de un género diferente. De amor.

Pasado el reposo, la lesión de uraraka había sanado bien. También faltaba poco para que volviera a terminar lo que le faltaba en clases para graduarse con sus amigos.

Recibió la llamada de la secretaría del gimnasio para confirmar que regresaría con el mismo plan horario de antes, y esta, muy entusiasmada le confirmo, que sí.

El día viernes hizo video llamada con sus amigas y el sábado en la mañana ya debía volver a entrar con  bakugou. Estaba muy emocionada, se ducho con un jabón de olor a chicle para oler rico y le pidió a su padre que la llevara.

-Hola. - saludo muy alegre a la secretaria y esta le devolvió el saludo
-la esta esperando en la piscina
-¿piscina?

Era como esas series indias donde una y otra ves muestran la misma toma para darle más vueltas al asunto he intrigar al espectador. Pues así fue lo que vio ella. Era una adolescente, osea no podía no ser normal que se estuviera muriendo de vergüenza, pues Bakugou estaba sin camisa con un bañador qué dios y su madre santa sabrá que tiene y tenia una cara de pocos amigos que le hacía tener demasiadas sensaciónes y emociones.

-¿vas a estar todo el puto día en la puerta o qué ?

Había olvidado sus gritos

- no tengo traje de baño. - tenia la vista en el piso de la piscina, se quería morir.

-en los casilleros de mujer hay muchos. Todos sellados, pero ve de una puta vez que no tenemos todo el día.

Procedió a usar el silbato rojo.

Para cualquiera que piense que nadar es algo muy fácil y divertido  no sabe una mierda. Había tragado la mitad de agua de la piscina de tantas veces que se había resbalado y hundido mal. Y aun que cada ves que le pasaba el la ayudaba, estaba muy cansada, seguramente se veía horrible y estaba muy agotada.

-vas muy bien.
-no creo. Quiero vomitar, siento que me voy a morir si me sigue haciendo hacer esto. Lo voy acusar con mi doctor. - lloró, como siempre lo hacía y el procedió a usar el silbato.

Cuando terminaron y el dejo por un segundo de ser su entrenador. Se tomó el atrevimiento de verla. Tenía unas maravillosas curvas y mucho de donde agarrar pensó el.
Pero trago salíba y se propuso a tomar un baño de agua fría, como cada ves que tenia pensamientos raros.

-maldita sea. - se dijo así mismo con el agua helada recorriendo su cuerpo. De verdad estaba jodidamente fría y el jodidamente caliente.

-te llevare a casa. - le dijo cuando la vio en los casilleros preparando su bolso para irse.
-no tiene más trabajo hoy?
-no

Si, tenía dos sesiones más. Pero ya se había encargado de eso.

-entonces estaría muy feliz de que me llevara Bakugou.

Le llevo el bolso y hablaron de la sesión, ella hablo casi todo el tiempo. Se sentía muy cómoda con el, y el se sentía feliz de escucharla. Su rostro no cambiaba de estar serio, pero ella ya parecía acostumbrarse a eso y no se sentía tan intimidada ahí.

Le agradeció por dejarla en casa y prometió hacerlo mejor en su próxima sesión.

De la pantalla del auto salía una llamada de su asistente. Ella era un dolor de cabeza a veces.

-Bakugou el chico lleva 30 rondas en la piscina, no debería decirle que pare o algo?
-solo vigila qué no se ahogue, llego en 5 minutos, maldición.

Uraraka llego completamente hecha polvo. Le dolía todo el cuerpo, estaba tan agotada qué por poco olvida lo maravilloso que se veía su entrenador... Con el cabello húmedo y esos ojos carmesí qué penetraban en su alma de lo ferozes qué eran. Y volvió a la realidad. Se tumbo en su cama y se puso la pijama aun que aun era medio día después de todo se lo merecía por todo el sufrimiento qué había pasado hoy.

Preparo comida saludable pero deliciosa para ella, y su familia. También guardo en un recipiente para ver si se armaba de valor y le llevaba. Aun que no sabia a que hora terminaba el horario de el, o si le gustaría, o si siquiera lo aceptaría.

Al final solo le tomo una foto para compartir en sus redes y no se la llevo. Le avergonzó demasiado y no lo hizo.

-Bro vamos por algo de beber hoy. Necesito desestresarme de todo, por fa vooooor
-bien
-woo. - dijo en sorpresa. - es la primera vez que me aceptas sin cuestionar y llevamos... No se cuanto llevamos de conocernos la verdad. Pero nunca aceptas nada de lo que te digo.
- y estoy apunto de cambiar mi respuesta. - lo fulmino con la mirada por lo irritante qué era.
-era broma, era broma, vamos.

Mirio era uno de sus pocos compañeros de trabajo que toleraba su carácter y que el mismo toleraba, aveces.

-No puede ser que estés ya en pijama uraraka. Si es sabado
- y que tiene? Chicas estoy muerta. Cada célula de mi cuerpo me duelee
- ya ya si tené entendemos. Pero por favor salgamos solo un rato. Di que sii
-okey okey. Solo denme un momento
-wii entonces en una hora pasamos por tí.

Busco entre su ropa algo que le gusta, y encontró un precioso vestido rojo de manga larga. Que quedaba perfecto con el clima, sabía que ese hacia resaltar sus curvas y no se sentiría avergonzada si estaban sus amigas con ella. Se maquillo un poco y se arreglo el cabello con pequeñas trenzas para darle un toque.

-Es un lugar muy exclusivo. Dijo Momo cuando llegaron

Estaba lleno de gente despampanante y buena música, parecía un lugar al que iban los adultos. Aun que ella tuviera 18 años no se sentía para nada como una adulta.

-mesa para 3. - dijeron al mismo tiempo

Estaba bakugou con un chico rubio y una mujer también, una muy linda. Bastante hermosa la verdad.

-hola, cara de ángel. Dijo frente a los dos grupos sin pudor, cuando se percato de la presencia de uraraka.












Volví como ave fénix. ✨
No escribía hace tantos añoooos así que no recuerdo bien como iba a transcurrir esta historia por si hay fallos de algún tipo.

Gracias por leer.
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 La Gorda Uraraka. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora