Capítulo 1

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La estudiante de preparatoria uraraka ochako sabía que tenía un pobrema de peso y era algo con lo que había aprendió a vivir, y con el paso de el tiempo a aceptarse un poco gracias a que sus amigos no dejaban de apoyarla, aún así no podía dejar de menos precisarse en algunas ocasiones. Pero se sentía mucho mejor que antes de conocer a sus grandiosos amigos.

Incluso con lo que ella consideraba un problema (su peso) había salió con un increíble chico a comienzos de la escuela llamado kirishima que era el capitán de fútbol, y había sido lo más increíble, aún que no se había vuelto popular ni querida ya que el atractivo de el le trajo muchos problemas con chicas cercanas a él, que no dejaban de hablar mal de ella entre otras cosas.

-Pobresito, ¿no ve que su grasa y estómago es más grande que su culo y su trasero?

Aún así era algo que le gustaba recordar con mucho cariño aún que ya no estuviesen juntos.

Después de la última de sus clases uraraka se sento en un café con sus amigas a disfrutar de un delicioso postre, uno bien merecido y a hablar de el increíble nuevo profesor de literatura.

Comenzó suave, como un piquete, después sintió una horrible presión y opresión que le acelero el ritmo de su corazón. Su cuerpo entero comenzó a desajustarse ante tal sensación. Se asusto mucho mientras el dolor se intensificaba y sentía como si le aplastaran el corazón y con eso el abdomen le dolió junto con los brazos y pecho. La sensación era aplastante, el dolor era intenso y muy acelerado. Estaba teniendo un ataque cardíaco.
Rápidamente llamaron la ambulancia, uraraka no pudo con eso y su corazón se detuvo a las 17:33 y volvió a latir a las 17:37 gracias a un estudiante de medicina que trabaja en el café.

Pasó un largo tiempo de recuperación. En el que sus padres y amigos no dejaron de visitarla, llenarla de regalos y buenas vibras. Pero por fin había sido dada de alta y comenzaría su rehabilitación cardíaca junto con un programa de vida saludable y un entrenador especializado en tratar a personas con sobre peso.

-¿segura que quieres ir tan pronto? - su madre estaba preocupada, temía tanto perder a su unica hija- no deberías ir tan pronto cariño, hay mucho tiempo para que vayas a ver al entrenador.
-lo se mamá, agradezco tanto que me quieras cuidar, pero estoy mucho mejor gracias a las recetas de la nutriciónista y entre más rápido baje de peso...-interrumpe su madre
- ¿no tanto ok? No quiero que te esfuerces tanto mi bebé.
- lo sé mamá, ya debo irme o llegare tarde. Te amo- grito una vez más saliendo de departamento.

Antes usaba el ascensor. Ahora usaba las escaleras, aún que eso hacía que llegara tarde a todos lados y ya iba tarde a su primera cita con el entrenador -miró las largas escaleras del quinto piso- Y decidió usar el elevador.

El lugar estaba vacío, dedujo que era solo por la temporada o algo así y que sería mucho más fácil sin personas que la vieran. No podía estar más equivocada.

-Hola tengo una cita con Katsuki Bakugou- leyó su tarjetita entregada por su cardiologo.
-si señorita el esta el patio de el gimnasio. Lo verá enseguida.
-oh, muchas gracias

Se pregunto como es que lo vería enseguida y es que era imposible no verlo. Un rubio, acuerpadisimo, con una cara de dios, con una camisa deportiva negra que le marcaba hasta los cuadritos del abdomen y un llamativo silbato rojo que combina con sus ojos que por alguna razón asustó a uraraka.

El se encontraba comiendo algunas uvas en uno de los fierros con los que se hace crossfit y hablaba por teléfono en tono un poco... Grosero.

-Y que mierda me importa a mi que te duela todo el maldito cuerpo Araby, si mañana no vienes a tu puta sesión te la duplicare a 4 por semana.-siguio comiendo uvas tranquilo mientras alguien lloraba en la otra línea.

 La Gorda Uraraka. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora