Taehyung, un universitario común y corriente que se ve envuelto en el mundo de la fama por culpa de su mejor amigo. Poco a poco irá descubriendo lo rudo y difícil que es este mundo, amistades falsas, el peligro de ser famoso y los problemas mentales...
— Muchas gracias por lo de hace rato, de verdad te lo agradezco muchísimo. —
Taehyung ya se había inclinado en una reverencia, dejando al pelinegro ligeramente sorprendido ante el gesto de gratitud. Sin darse cuenta, una sonrisa se dibujó en los labios del chico, aunque rápidamente la borró al notarla.
— Ya te dije que no tenías por qué agradecer. Ahora vete de aquí. —
— ¿Por qué? — Taehyung notó cómo el otro lo miraba con asombro, y pronto se dio cuenta de lo que había preguntado, casi como si fuera un reproche.
— Quiero fumar. Dudo que te guste el olor. —
— Oh... Igual no tenía por qué meterme. Lo siento. —
Taehyung observó cómo el pelinegro se alejaba y se dirigía al sofá de la habitación. Parecía indeciso sobre algo, lo que hizo que Taehyung comprendiera de inmediato.
— Tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo. —
Sin decir más, Taehyung le dedicó una última reverencia antes de salir, asegurándose de cerrar la puerta detrás de él. Al hacerlo, dejó a Jungkook con otra sonrisa en los labios.
El rubio salió apresurado del lugar, sintiendo sus mejillas arder por la última imagen que había visto del pelinegro. ¿Cómo era posible que alguien se viera tan atractivo mientras fumaba? Rápidamente cubrió su rostro con las manos, intentando ocultar el sonrojo que invadía su cara. Se sentía tan estúpido por su comportamiento, y el alcohol solo hacía que se sintiera más mareado. Esperaba que aquel chico guapo lo olvidara pronto.
— ¡Kim Taehyung! ¿¡Dónde demonios has estado!? —
Rápidamente apartó las manos de su rostro y vio a un chico pequeño de cabellera rubia dirigiéndose hacia él, claramente furioso. Parecía que de su cuerpo emanaba fuego de lo enojado que estaba, lo que hizo que Taehyung considerara por un segundo darse media vuelta y huir. Lamentablemente, el pequeño fue más rápido.
— Hola, Jimin...
Nunca se imaginó a sí mismo en un lugar como ese, rodeado de celebridades y personas importantes. Sin duda, había llegado muy lejos.
— Nada de "hola", ¿dónde has estado? Hoseok no ha dejado de fastidiarme por tu culpa. —
La pregunta era simple: "¿Dónde habías estado?". Pero la respuesta era tan complicada que ni él mismo la recordaba con claridad. Así que tendría que retroceder un poco... Antes de haber conocido al guapo pelinegro, e incluso antes de haber llegado a la fiesta.
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— Estás loco, no pienso ir. —
— ¡¿Qué?! ¿Por qué no? —
Era un viernes por la tarde, y Taehyung se encontraba hablando con su mejor amigo sobre lo que este consideraba "la mejor fiesta del año".
