Verità
|
Damon
—¿Ahora sí me vas a decir que tienes? Tu amargura ha estado peor de lo común —cuestiona Lisbeth tomando agua de su botella—. ¿Tu papá? —indaga y saco mi celular mostrándole el chat como respuesta. Ella me da una mirada significativa—. Bueno… no me equivoqué.
—Si te equivocaste —contradigo—. Lleva días insistiendo con lo mismo.
—¿Y si te vas a reunir con él?
—No lo creo. La última vez que lo vi, mis ganas de desfigurarle la cara eran las mismas.
—Damon —me regaña y yo giro los ojos.
—Es la verdad. Van a seguir siendo intentos en vano por tener una sana convivencia.
—Pero al menos deberías intentar.
—Una vez lo hice y no solo la pasé mal por él. Además, no tengo que recordarte las razonas por la cual no pretendo ver a Ian como la mejor persona del mundo.
—Pues sí, tienes razón, pero ya está en el pasado…
—Nada lo va a cambiar Lisbeth. Hizo lo que hizo y esa no se la perdono.
—Como tú digas, rencoroso —murmura de mala gana masticando una ensalada de no sé qué—. Oye, mañana mis papás van a salir y tendré la casa sola.
—No me digas ¿Y Jeremy?
—Hace poquito se mudó a un departamento para él solito —me mira subiendo una ceja pícara—. Tienes entrada libre a mi casa.
—Lo voy a pensar.
—¿Es en serio…?
—Amigoooooo —unos brazos me rodean el cuello y reconozco a Erick—. Tanto tiempo sin verte…
—Nos vimos en la mañana —le recuerdo, quitándomelo de encima y rodea la mesa sentándose junto a Lisbeth a quien le planta un beso en el cabello.
—Cuñada mayor—la saluda y ella le suelta un manotazo en el brazo.
—¿Cuñada mayor? —repite ella entre curiosa y divertida, y mi amigo piensa buscando las palabras correctas.
—Bueno… no eres la única. Damon al igual que yo, tiene su grupo de fans. Chicas con las que se habla —explica y yo niego con la cabeza por su idiotez—. Está cuñada mayor, mayor 0.5, mayor 0.2, del medio…
—Se entendió —le aseguro cortando su exposición de personas que no existen—. ¿Qué necesitas?
—Nada, estaba por ahí aburrido y decidí venir a joderte la existencia como mi hobby favorito.
—¿No había alguien más?
—Tenía a otras personas en mente como Jennifer, Sandrita, Alice, hasta pensé en Tati, pero de verdad me daba miedo terminar como el imbécil que tiene ella como hermano —mueve la cabeza hacia la rubia y luego la mira—. Espero y no te ofenda.
—No tendría por qué, él se lo buscó. No me interesa —agarra una cucharada de puré de papas.
—Creí que sí. Son mellizos ¿No que cuando a uno le pasa algo, el otro lo siente?
—No, idiota —se ríe—. Si fuese así, estaría muerta de la golpiza tuya —me señala—. Por cierto… ¿Por qué fue tu pelea con él?
Comparto una mirada con Erick que sube y baja las cejas.

ESTÁS LEYENDO
Pisando los errores
RomanceEl día a día "tranquilo" y "normal" de Tatiana se verá afectado tras ciertas cosas que, la dejarán al borde de su... poca estabilidad (literalmente) Damon, el chico que siempre le ha gustado y conoce desde kínder, vuelve a acercarse cambiando algo e...