4 : Un ser sobrenatural

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─ ¡Puedo explicarlo! O no. Es decir. ─ la lengua de Kagura comenzaba a trabarse al recibir correctamente las ordenes de su cerebro.

¡¿Cómo podía pensar correctamente con esa mirada fija en ella?!

─ Yo. Ah. ─ sacudió su cabeza para despejarse ─ ¡Primero que nada dime quien eres! ¿O que eres? ¿Eres humano siquiera? ¿Eres un cosplayer? ¿Cómo sabes mi nombre?

El ser aún no identificado casi deja elevar una de sus cejas, en señal de confusión. La mujer habló tan rápido y con palabras que cuyos términos desconocía.

¿Que quiere decir cosplayer?

─ ¿Eres el fantasma de un antiguo general o algo asi? ─ ella preguntó ante la falta de respuestas.

─ Estoy vivo.

─ Ah.

─ ¿No me reconoces? ─ Hasta ese punto, para el hombre era evidente que, genuinamente, no era un conocido en esa mujer, que se hacía llamar Kagura no lo recordaba.

Se llamaba como ella, lucía igual a ella. Sonaba como ella. Sin embargo, esta mujer carecía de esencia demoníaca alguna. Podría acertar sin dudas que era un ser humano.

¿Era un caso de reencarnación?

Eran demasiadas preguntas cruzando por su cabeza, ambos querían explicaciones.

─ No, no te he visto antes. ─ negó con la cabeza, segura de ello. ─ No me pareces familiar en lo absoluto. ¿Por qué parece que me conoces? ¿Me has visto antes a mi? ¿En especial por que sabes mi nombre? ¡¿Me estás leyéndo la mente?!

─ Deja de gritar, yo te haré las preguntas, fuiste tú quien me arrastró hasta aquí.

Como un buen calculador, el dibujo desechos bajo sus pies en la tierra junto a la rama en sus manos, que Kagura tiró de inmediato como si quemara, lo hacía evidente.

¿Por qué razón lo invocaría si ni siquiera sabía quién era él?

La fría contestación de su parte no cayó para nada bien en la mujer, aún si él tenía algo de razón. Era un completo desconocido, no es que pudiera contarle todo sin ella recibir información a cambio.
Uno de los dos tendría que comenzar hablar para aclararlo de una vez.

¿Cómo una humana sin ningún rastro de poder pudo invocarlo? ¿Por qué llevaba ropa extraña y reveladora? Aparte ¿De dónde provenían las vibraciones y ruidos a la alejania? ¿Había una batalla cerca? Eran las preguntas que se hacía el hombre de extraña vestimenta.

─ No has de preguntar lo que es evidente aquí. Soy un ser superior a la raza humana, que te quede claro. Sesshomaru es el nombre de este gran poderoso señor.

─ Ah.

Silencio. Más que el silbido del viento leve que se levantó, arrastrando sus cabellos.

─ Sesshomaru. ─ ella repitió ese nombre, como si lo saboreara.
Definitivamente no era nada conocido. ─ Este tipo de nombres ya no se usan. ¿No eres de la época antigua o si? Que locura. ─ sentía la necesidad de reírse.

Si, reírse. Más cuando no escucho nada que lo negara.
Por otro lado, las palabras de Kagura le daban a Sesshomaru pistas acerca de su ubicación actual. Aquello por alguna razón le recordaba a la joven reencarnación de Kikyo. Se atreve a pensar que ese famoso mundo extraño es el que está pisando en ese mismo momento.

También explicaría la forma extraña de su hablar y de su vestir.

─ Bueno, gran señor ─ Rió. ─ Yo solo soy una estresada secretaria y mi nombre ya te lo sabes y todavía no sé porque. ─ Rió una vez más, con nerviosismo.

─ ¿Te estás burlando de mi?

─ ¡Es que esto no tiene sentido! ¡Es absurdo! Nunca te he visto en mi vida. Solo soy una mujer ordinaria con una vida ordinaria que un día escuchó que con este hechizo podía invocar a un ser amado y como una desesperada lo hice para probarme a mi misma que era ridículo y ... estás aquí. O incluso puede que esté hablando sola y seas producto de mi imaginación.

─ ¿Persona amada?

─ ¡No! Quiero decir, eso supuestamente decía el anuncio de quienes inventaron todo eso. No lo sé, puede que solo invoque personas al azar por que tu... yo. ─ el rojo era intenso en su cara, insual en ella, pero consideraba normal ponerse roja de vergüenza cuando tienes que explicarle a un extraño lo que has hecho.

─ Ya veo. ─ fue su escueta respuesta luego de analizar todo. ─ Entonces, me invocaste accidentalmente por mera curiosidad. Y con ello, deduzco que no tienes la menor idea de cómo revertirlo puesto que ni siquiera tenías planeado que funcionara.

─ ¿Eh? Si, creo que eso que dijiste es exactamente lo que pasó.

La vista de aquel hombre por fin dejó de tener como blanco a Kagura, para fijarse a sus espaldas. Esta vez, miraba tan feo que hasta Kagura tuvo que voltear para saber que estaba mirando con tanta amenaza.

─ El gusano otra vez. ─ Kagura maldijo, dejando de darle la espalda a los indeseados.

Otra vez esa pandilla de acosadores.
Esta vez eran más, y venían armados con palos y barretas. Oh no, que momento tan inoportuno. No la dejarían en paz nunca ¿Cierto?

─ Te vieron por aquí sola hablando con un sujeto disfrazado y no creí que era cierto, así que solo vine a confirmarlo. ─ el líder se explicó. Con una sonrisa burlona ─Lo que nos hiciste lo pagarás muy caro, no bastarán solo unas disculpas. Dile a tu amigo que se largue o él payaso también sufrirá las consecuencias.

─ Ustedes cuatro no pudieron contra mi y tuvieron que traer todos estos refuerzos para molestarme otra vez. ¿Buscan romper un récord en idiotez?

─ ¡Eres una perra!

─ ¡Solo tuviste suerte y escapaste!

─ ¡Suplicarás por piedad!

Fueron las amenazas y blasfemias de parte de ese desagradable grupo de malhechores.

─ Hay que escapar, lo siento, tendremos que correr. ¿Podrás con todo eso que llevas encima? ─ Kagura susurró, su pecho comenzando agitarse sin siquiera haberse movido aún.

No quería que ninguno de los dos saliera perjudicado en esto. Temía que el otro hombre no pudiera huir de estos pandilleros.

El rostro estoico de Sesshomaru no parecía inmutarse en lo más minino ante la supuesta situación de peligro. Viéndolos con tanto rechazo, como si literalmente fueran sanguijuelas bajo sus pies. Y con solo una mirada podría hacer que más de uno se orinara del miedo.

─ Ese sujeto no parece asustado.

─ ¿Qué importa? Somos nosotros contra él, lo haremos picadillo.

En aquel terreno baldío la única salida estaba siendo bloqueda por la pandilla. Detrás de Sesshomaru y Kagura, un viejo cerco de madera el cual debían de saltar como única alternativa.

─ ¿De dónde salió este tipo? Nunca lo había visto por aquí ni en el centro. ¡Conozco a todos los habitantes como la palma de mi mano! ¿Te parece buena idea traer todo ese maquillaje con este calor? ¿Sabías que los que se disfrazan como tú son unos vírgenes que viven con su mamá?

El sujeto, líder y responsable de toda esa aparición, dio pasos despreocupados hacia su víctima. Con toda la intención de humillarlo antes de lastimarlo físicamente.
Pero sola la existencia de esa peste y que este pretendiese acortar su distancia con él, hacia que Sesshomaru arrugara minimamente la cara del asco que le provocaba. Justificando su desprecio a los humanos en general.

─ Oww ¿Te ofendí? ¿Qué harás? ¿Cortarme con tu espada de juguete?

Todos ellos rieron como su hubieran escuchado el mejor chiste de sus vidas. Daban mucha pena ajena.

─ Ahora entiendo por qué te apodaron como gusano.

─ ¿Ah, te pones en ese plan? ¡Como quieras! ¡Ataquen! ¡Rápido antes de que llegue la policía!

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