III
Se avecinaba la noche en Shawsville, un pequeño pueblo rodeado de un bosque denso y sombrío. Las hojas crujían bajo mis pies mientras caminaba hacia la vieja cabaña abandonada en las afueras, conocida por ser el lugar donde se habían producido extrañas desapariciones en el pasado.
Dentro de la cabaña reinaba un silencio ominoso, solo interrumpido por el viento que soplaba a través de las grietas en las paredes. Una tenue luz proveniente de la luna llena que se alzaba en el cielo se filtraba en el interior, creando sombras inquietantes.
En el suelo polvoriento, encontré un viejo diario. Con manos temblorosas, lo abrí y comencé a leer las palabras escritas con tinta desvaída. El diario pertenecía a Emily Johnson, quien alguna vez habitó esta siniestra morada.
Las páginas hablaban de una oscuridad absoluta y de un terror que consumía el alma. Emily describía a una presencia maligna que la perseguía sin descanso. Mientras leía, un escalofrío recorrió mi espalda, como si estuviera siendo observado.
De repente, una sombra se movió en un rincón de la habitación. Mi corazón comenzó a latir desbocado mientras me giraba para enfrentarla. Fue entonces cuando lo vi: un hombre de aspecto demacrado y desaliñado, con los ojos inyectados en sangre y una sonrisa retorcida en su rostro.
"Lo último que me dijo", susurró el hombre con una voz rasposa.
Inmediatamente, una oleada de terror me invadió. El hombre se acercó lentamente, los ojos fijos en mí. Podía sentir cómo su presencia malévola me envolvía, paralizándome por completo. Quería huir, pero mi cuerpo se negaba a obedecer.
"Lo último que me dijo", repetía el hombre una y otra vez, acercándose cada vez más.
Mi mente se llenó de imágenes horripilantes mientras luchaba por mantener la cordura. El ambiente en la cabaña se cargó con una energía oscura y opresiva. De alguna manera, sabía que aquel hombre estaba atormentado por algo más allá de nuestra comprensión, algo que lo había llevado a ese estado de locura absoluta.
Finalmente, logré romper el hechizo momentáneamente. Corrí hacia la puerta de la cabaña, sintiendo su mirada clavada en mi espalda. Hice todo lo posible por escapar de aquel lugar maldito.
Cuando finalmente llegué a la seguridad del exterior, miré hacia atrás, pero el hombre había desaparecido en la oscuridad. Mi corazón todavía latía desbocado mientras me alejaba corriendo de esa cabaña infernal.
Desde entonces, esa noche ha quedado grabada en mi memoria como una pesadilla insuperable. Y aunque traté de olvidar lo último que me dijo aquel hombre, sus palabras me persiguen constantemente.
"Lo último que me dijo", resonó en mi mente mientras me alejaba de ese lugar tenebroso, preguntándome si alguna vez descubriré su verdadero significado y si algún día podré liberarme del terror que me acecha desde lo más profundo de mi ser.
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El Visitante Nocturno
Mystery / ThrillerSerie de relatos y microrrelatos, que iré compartiendo por aquí. ¡Disfrutad!