El Desván

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Había algo extraño en aquel desván.

Desde que la pareja joven, Tom y Lisa, se mudaron a su nueva casa en el pequeño pueblo de Gravestone, algo les había llamado la atención sobre ese lugar oculto en lo más alto de la casa. Siempre habían oído rumores sobre la mansión antes de comprarla, pero no pensaron que fueran más que habladurías de vecindario. Sin embargo, ahora se encontraban cara a cara con un misterio que superaba sus expectativas: el desván.

El primer encuentro con el desván fue apenas unas semanas después de instalarse. Tom subió por la escalera empinada de madera, equipado con una linterna, decidido a descubrir qué secretos guardaba aquel lugar olvidado. Al llegar, se encontró con una habitación polvorienta y llena de antigüedades. Muebles viejos, cajas de cartón y libros apilados por doquier. Pero lo que realmente llamó su atención fue un viejo baúl de madera en el rincón más oscuro.

Con curiosidad, Tom se acercó al baúl y lo abrió. El olor a humedad y moho invadió sus sentidos, pero dentro del baúl solo encontró un montón de ropa vieja y descolorida. Algo decepcionado, decidió volver a bajar y dejar ese misterio sin resolver.

Sin embargo, las siguientes noches, extraños sonidos provenientes del desván comenzaron a perturbar su sueño. Pasos pesados, rasguños y risas apenas audibles llenaban el aire mientras intentaba conciliar el sueño. Lisa comenzó a notar también esos ruidos y ambos llegaron a la conclusión de que algo no andaba bien en aquel desván.

Decididos a desentrañar el misterio, Tom y Lisa volvieron al desván una noche. Tom llevaba una cámara para documentar cualquier anomalía y Lisa había traído una grabadora para intentar capturar los extraños sonidos. Al llegar, encendieron la linterna y comenzaron a explorar.

La habitación parecía aún más inhóspita que la primera vez. El polvo flotaba en el aire a medida que avanzaban, haciendo que tosieran y se taparan la nariz. Fue entonces cuando Lisa notó un rastro de sangre en el suelo de madera. Perturbada, siguió el rastro hasta llegar a una antigua puerta de roble con signos de haber sido forzada.

Con el corazón latiendo con fuerza, Tom y Lisa abrieron la puerta. Se encontraron ante una escalera que descendía a una oscuridad impenetrable. La luz de su linterna solo alcanzaba a iluminar los primeros peldaños. Decidieron bajar con precaución, conscientes de que habían encontrado algo mucho más siniestro y peligroso de lo que habían esperado.

A medida que descendían, el ambiente se volvía aún más tenso. Un viento frío soplaba desde las profundidades y susurros lejanos se desvanecían en el aire. Finalmente, llegaron a una puerta cerrada. Tom intentó abrirla, pero estaba bloqueada. Lisa sacó la cámara y comenzó a tomar fotos, capturando la angustia y la oscuridad que envolvían aquel lugar.

Decididos a resolver el misterio del desván, hicieron un último esfuerzo. Tom empujó con todas sus fuerzas y la puerta cedió. Al hacerlo, fueron recibidos por una visión que los dejó sin aliento.

En el centro de la sala se encontraba un altar oscuro, rodeado de velas negras que parpadeaban en la oscuridad. Encima del altar, había una antigua estatua de aspecto demoníaco. El aire estaba cargado de una energía maligna y una voz susurró en sus oídos: "Bienvenidos a nuestro hogar".

Tom y Lisa despertaron de repente, en su cama, mirándose el uno al otro con recelo. ¿Había sido todo un sueño o habían vuelto al mundo real? La incertidumbre se apoderó de ellos mientras se preguntaban si algún día descubrirían el secreto oculto en ese desván.

El misterio del desván permaneció sin resolver, atormentándolos en sueños y atrapándolos en un juego siniestro. Habían abierto la puerta a un mundo desconocido y ahora no sabían si algún día volverían a ser libres. El desván se mantuvo en silencio, guardando sus secretos con una sonrisa retorcida de satisfacción.

El Visitante NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora