NO PUEDO IGNORARLO, LOMODORADO

187 10 0
                                    

Ya, ya sé que se supone que este episodio debe narrarlo Ambrosius. ¡Pero es que necesito desahogarme y necesito respuestas!

Además, tenía razón con lo de que no iba a poder pegar ojo en toda la noche. Llevo horas dando vueltas en la cama de mi habitación pero no hay manera.

¿Por qué ha tenido que besarme? No me voy a quejar ahora del gesto más romántico que ha tenido alguien conmigo en toda mi vida pero...¿Tenía que ser Ambrosius Lomodorado? ¿El chico más absolutamente fuera de mi alcance de todo el reino?

Por si fuera poco, ahora no puedo sacármelo de la cabeza. Es como si mi mente lo reviviera una y otra vez, solo que en mi mente yo no soy tan pasmarote, le correspondo el beso y acabamos los dos metidos entre sus sábanas, mientras sigo impregnando mis fosas nasales con su olor a lavanda.

Definitivamente tengo un problema, porque cuando me doy cuenta, tengo montada una tienda de campaña del quince.

Esto no...no puede ser. No puedo estar empalmándome pensando en Ambrosius. Ni por asomo está bien.

Pero...tampoco puedo ignorar que el beso me ha gustado demasiado, incluyendo su factor sorpresa. Y en mi cabeza surge una y otra vez la idea de que pueda gustarle.

¿Y a mi? ¿Me gusta?

Menuda pregunta más estúpida. Claro que me gusta Lomodorado. ¿A quien no le gusta? Es seguramente el caballero más guapo que habrá nunca en este reino, y que haya decidido besarme, aunque sea con unas copas de más, ha sido un verdadero sueño que, en fin, no creo que se vuelva a repetir.

Así que con esa idea en mente, y con un nudo de rabia e impotencia recorriéndome todo el cuerpo, ahora sí, me llevo la mano debajo de mis pantalones y empiezo a imaginar que continúo ese beso. Que Ambrosius también quiere continuarlo y que vuelvo a quitarle la ropa que le he puesto segundos antes para acariciar su pecho mientras continúo los besos por su cuello, y mientras él disfruta de esos besos.

Me imagino que ahora es el que toma el relevo y besa cada parte de mi piel a su alcance, mientras baja por mi tripa y...

Para, para, para, para, Ballister.

Esto es demasiado hasta para tu imaginación. Ambrosius no sólo es descendiente directo de Gloreth, si no también el único apoyo que tienes en este instituto.

No le faltes el respeto así. Seguramente ha sido una confusión por culpa del alcohol, así que lo mejor es que te olvides del tema y hagas como que no ha pasado nada.

Y se acabó el tema. Duérmete, o quédate despierto o haz lo que te salga de las narices.

Pero prohibido volver a pensar en Ambrosius de esa forma.

Caballeros de GlorethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora