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En una soleada y fresca mañana de verano, Max y su esposa Nene, llegaron al lujoso hotel frente a la playa para celebrar su tercer aniversario de bodas.

Max era un hombre alto y guapo de 30 años, con una lengua perspicaz. Mientras que su esposa Nene era una mujer de estatura promedio, una sonrisa fingida y de gustos anticuados, con quien Max había empezado a salir en la universidad y luego por presión de los padres de ella se casaron, puesto que su familia tenía dinero y le dieron a Max un puesto de trabajo en su empresa apenas terminó la universidad.

Mientras Max y Nene se instalaban en su suite matrimonial en el cuarto piso, en el primer piso un lindo joven de 21 años se preparaba para comenzar su turno como barista del bar que había junto a la piscina del hotel. Su nombre era Nat y debido a su personalidad encantadora y traviesa rápidamente se había convertido en el centro de atención para muchas de las huéspedes femeninas que disfrutaban de sus vacaciones.

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Esa tarde, mientras Nene disfrutaba del sol en la playa, Max se dirigió hacia el bar de la piscina del lujoso hotel. Llevaba puesto un traje de baño negro y unas gafas de sol que le daban un aire cool y atractivo. Mientras se acercaba a la barra, notó a un chico pequeño y de rostro dulce detrás del mostrador, era Nat, el animado barista del hotel.

Nat estaba preparando una bebida colorida y refrescante cuando levantó la vista y encontró los ojos de Max clavados en él. Sonrió con curiosidad y dejó la bebida a un lado para atender al guapo huésped.

"Hola, ¿qué puedo servirte?", preguntó Nat con una sonrisa preciosa.

Max quedó cautivado por la encantadora personalidad de Nat. "Me gustaría una piña colada, por favor", respondió, tratando de mantener la compostura a pesar de sentirse atraído instantáneamente por el joven.

"Claro, una piña colada muy tropical", dijo Nat mientras preparaba la bebida con habilidad. "¿Estás disfrutando tu estancia en el hotel?"

"Mucho", respondió Max. "Es nuestro tercer aniversario de bodas, así que queríamos celebrarlo en grande".

Nat asintió con entusiasmo. "¡Felicitaciones por su aniversario! Las parejas jóvenes son tan apasionadas, me da un poco de envidia".

Conversaron animadamente mientras Max saboreaba su piña colada, y Nat hizo algunas recomendaciones sobre las actividades y lugares para visitar en la zona. Pronto, la charla casual se convirtió en risas compartidas y miradas cargadas.

A medida que hablaban, Max se sintió cada vez más atraído por la personalidad alegre y juguetona de Nat. Había algo en la forma en que Nat se mostraba, genuino y adorable, que lo hacía sentirse cómodo y a gusto.

"Debo decir que este es el mejor cóctel que he probado en mucho tiempo", dijo Max, saboreando el último sorbo de su bebida.

Nat sonrió complacido. "Me alegra que te haya gustado. Siempre es un placer recibir comentarios positivos de nuestros huéspedes".

Max se sintió tentado a prolongar la conversación, pero también era consciente de que debía unirse a su esposa en la playa.

"Bueno, creo que es hora de volver con mi esposa", admitió, sintiéndose un poco desanimado por tener que despedirse.

"Por supuesto, disfruta del resto de tu día", respondió Nat con una sonrisa amable.

Max asintió y se alejó de la barra junto la piscina, pero no pudo evitar seguir pensando en Nat mientras se reunía con su esposa. Aunque había conocido a muchas personas en su vida, Nat se había quedado en su mente de una manera especial.

Desde ese día, Max encontraba excusas para regresar al bar de la piscina, y cada vez que lo hacía, se emocionaba por la posibilidad de encontrarse nuevamente con el joven barista que había encendido algo especial en su corazón.

Continúa.

[MaxNat] Tentación De Verano Donde viven las historias. Descúbrelo ahora