Summer love ft. AllOfBooks [SL#1]

Capitulo 22

Capitulo 22: "El juicio"
MICHAEL

«Muchas personas ya se habían ido de la fiesta, quedábamos muy pocos. Pero ninguna señal de Dylan y Candy. Escuché el sonido de un silbato. Giré mi cabeza y vi como dos policías corrían hacia mí. Otros se metían adentro de la casa, buscando más personas. Maldije por lo bajo.

-¡Levanta la manos! -me gritó uno de ellos. Puse mis manos en lo alto, y se acercó a mí.

Comenzó a revisarme, mientras que el otro policía atendía a un chico que se encontraba junto a mí. Otro policía se le acercó y le dijo algo en el oído.

-Tendrás que venir con nosotros. -dijo el que me estaba revisando.

-No hay problema -dije. Comenzamos a caminar hacia el auto de policía. Me pusieron unas esposas, y me metieron adentro. Vi como una castaña que conocía bien corría hacia el auto.

-¿A dónde lo llevan? -preguntó nerviosa Jane.

-Hay drogas dentro de la casa de los Winston y él podría ser uno de los responsables-le contestó el oficial. Jane me miró a mí y luego miró hacia donde estaba el policía.

- ¿Qué hiciste Mike? -dijo sin poder creerlo.

-Tranquila Jane, ve a casa tranquila -le dije y el auto arranco.»

Llegamos a la comisaría. El oficial que me llevaba me quitó las esposas, y me acercó hasta donde estaba el sargento. Este levantó la cabeza y me miró fijo.

-Lewis, ¿Qué has hecho esta vez? -me preguntó.

-Hay probabilidad de que haya metido drogas dentro de la casa de los Winston -le contó el oficial.

-Muchacho, muchacho, muchacho... creo que sabías que estabas condicionado, ¿verdad?

-Si sargento, pero le juro que soy inocente -dije y sonreí.

-Tienes derecho a una llamada. Me alcanzó el teléfono y lo tomé. No había muchas personas para llamar. No me iba a quedar otro remedio que llamarlo a él. A mi padre. Marqué. Sonó una... sonó otra.

-Hola -dijo al atender.

-Robert -le dije.

-¿Qué pasó? -me preguntó él, como si ya supiera de ante mano que era algo malo.

-Tuve un pequeño problema. Estoy arrestado -le conté.

-¡Diablos, Michael! -rugió enojado.- ¡Estoy cansado de tus problemas! ¡Ya no daré la cara por ti! ¡Fíjate como sales o púdrete ahí si quieres!

-Está bien, gracias -dije y colgué. El sargento me miró, espero a que le dijera algo -Creo que vamos a ser muy buenos amigos sargento -le dije y sonreí.

Él negó divertido con la cabeza.

-Llévenselo a una celda individual, está demasiado joven como para meterlo con los grandes.

-Gracias sargento, es usted muy considerado.

-No me subestimes jovencito -me aclaró -Ahora llévenselo.

Me empujaron un poco hasta tirarme dentro de una celda que contenía una cama, y a un costado un baño.

Miré a mi alrededor y maldije por lo bajo. Otra vez caí en este agujero, y esta vez necesitaba de un milagro para poder salir de aquí. Me senté en la cama y trate de calmarme, poniéndome como loco no voy a lograr nada.

El tiempo que pasé en esa celda se sentía interminable. Me puse a pensar cuantos años era lo que podía llegar a pasar en un lugar como este, y juro que llegué a desesperarme.