Capitulo 15

38 6 1
                                    

Dedicado a: Miranda Campodonico y Juan Pablo Garcilazo

Capitulo 15: "Castigada"

Al cerrar la puerta después de mi encuentro con Dylan. Me recargué sobre la puerta, y me fui cayendo sobre ésta hasta quedar sentada. Suspiré.

Cuando me levante me conducí hasta la sala a apagar la luz que se escapaba por la puerta. Al entrar me di cuenta de que mi madre estaba recostada en el sofá dormida con un libro en la mano. Me acerqué a ella y tomé una manta que estaba en el sillón individual y la tapé lentamente sin que ella se despertara.

Me dirigí a mi habitación dispuesta a dormir un rato.

No logré conciliar el sueño rápidamente, ya que me quedé pensando en Dylan. Pero después de dar vueltas en mi cama, me dormí profundamente.

**********

Escuché que gritaban mi nombre completo y me desperté exaltada. Al ver que la dueña de la voz era mi madre me levanté lo más rápido que pude y la miré.

-¿Que pasa?

-¿Te das cuenta de la hora que llegaste anoche, y yo solo te di permiso para ir a un concierto?

Lo había olvidado completamente.

-Es que... -intenté formular una excusa pero me interrumpió.

-Es que nada. Estas castigada, Candice Brooke White.

Oh no. Me había llamado por mi nombre completo. Estaba muy enojada.

-Pero yo...-intenté interrumpir pero ella cerró la puerta azotándola.

Me dirigí a mi cama tomando mi almohada y uniendo mi cara en esta para ahogar un grito y me quedé dormida.

*****

Dylan inclinó su rostro acercándose más a mí e iniciando un beso, el cual correspondí con fuerza.

El me abrazó por la cintura y me atrajo más hacia él.

Sentí que su lengua se abría paso en mi boca, haciendo que ésta se abriera más. Nunca pensé que un chico besara con tanta dulzura y pasión al mismo tiempo. Todo era mágico. Sentí como sus labios se acoplaban perfectamente a los míos, como dos piezas de rompecabezas. Sus labios eran dulces y suaves. Perfectos. Poco a poco comencé a mover mis labios al compás de los suyos. Era un beso tranquilo, calmado y dulce. Perfecto en todas sus facetas, un beso que podía ser clasificado como el mejor beso del mundo. Yo le daría ese premio.

El comenzó a abrir sus labios y pude sentir su aliento mezclándose con el mio. Comenzaba una guerra de lenguas, una fascinante guerra. Colocó el brazo libre al rededor de mi cintura, atrayéndome más hacia el, como si fuera posible. Entre nosotros no pasaba ninguna corriente de aire. Mordí su labio inferior suavemente a lo que el respondió con otro mordisco en el mio.

Después del beso Dylan se fue, pero al rato volvió en un auto, que no recordaba que tuviera, con los libros de mi saga literaria favorita y chocolates. Era un sueño hecho realidad.

Dejó los objetos en su nuevo auto y me eché a correr para abrazarlo.

Creo que amo a este tipo. Tengo que admitir que me volvería adicta sus besos.

"Candy"

Una voz se escucha a lo lejos,a la cual le resto importancia porque no quiero apartar mis labios de Dylan.

"Candy, deja de babear la almohada y despiértate"

-¿Dios?-dije impresionada.

"No tonta, tu madre, ¡ya, despierta!"

Abrí mis ojos y vi a mi madre muy arreglada

-¿A dónde vas?-Pregunté restregando mis ojos.

-Tengo una reunión de trabajo a las afueras-dijo mientras chequeaba su móvil-Regresaré dentro de unos dos días. Tu padre conducirá así que te quedas sola, por lo tanto te pido: Nada de chicos a la casa- Dijo mientras señalaba sus dedos como si contara -Nada de fiestas y nada de quemar la casa- Dijo mientras me reía- ¿Me olvido de algo?

-Si, despedirte- dije mientras le dí un beso sonoro en la mejilla.

********

La luz alumbró la entrada de la casa, la cual seguía estando decente aunque mis padres no estuvieran. Se podía decir que no era muy aficionada a la limpieza. Dejé los zapatos en la entrada y me calcé con mis zapatillas de ir por casa, había empezado a tener sueño. Hice, de alguna forma, verduras salteadas. Hasta a mí me sorprendió ver que eran comestibles.

 Cuando por fin fui a la cama, miré mi despertador, no eran ni las nueve de la noche. Me estaba volviendo demasiado vieja para mi edad. Podría ir de fiesta o algo. Me tumbé en la cama, estaba cansada. 

 Y, en ese momento, el timbre sonó. Caminé hacia la puerta, no esperaba a nadie a estas horas.

 Unos dulces labios se encontraron con los míos en el momento que abrí la puerta.

 Confundida abrí desmesuradamente los ojos y empujé de inmediato a esa persona.

 Dylan cayó al suelo, haciendo que un quejido saliera de su boca. Lo miré confundida.

 ¿Qué hacía Dylan aquí? ¿Y por qué me besaba? ¿Por qué mi corazón se salía del pecho?

 -¿Dylan?

 -Hey –saludó con una sonrisa.

 Parpadeé un par de veces confundida. ¿En serio no planeaba darme una explicación de su presencia y mi beso robado? Me di cuenta, ese había sido mi primer beso robado. Sonreí como una tonta. 

  -¿Es algo raro que te diga que no podía pasar ni un segundo más lejos de ti? -preguntó levantándose.

 Suspiré entrecortadamente. –No, la verdad.

 -Entonces, te digo que no puedo pasar ni un segundo más sin ti.

 Sonreí. -Lo mismo digo.

 Se acercó a mí y me besó suavemente en los labios. Me sentía rara haciendo esto. Unos días antes nunca me hubiera imaginado esta escena, pero ahora parecía más normal de lo pensado en un principio. Sonreí en el beso, Dylan es muy dulce. Pasaba su pulgar lentamente por mi mejilla mientras posaba la mano restante en la parte baja de mi espalda, acercándome más a él.

 -Eres perfecta –susurró.

 Fruncí el ceño –No soy perfecta.

 -Lo sé, pero para mí tu imperfección me parece perfecta.

 -Eso no tiene sentido, ¿lo sabes verdad? –pregunté mientras acercaba mi rostro al suyo.

 -Lo sé.

 Reí. Y bese su nariz para luego entrar a la habitación, nos habíamos quedado en la entrada, donde nos podrían observar. Lo observé de reojo mientras encendía la televisión, no había mucho más que hacer o quisiera hacer.

 Dylan se sentó a mi lado en el sofá y pasó un brazo por detrás de mi cabeza. Iba a vomitar arco iris de ternura. Dylan Morris era un chico que te hacía suspirar por cada pequeña cosa.

 -Así que has venido a ver la tele.

 -No –me miró- pensé que te sentirías sola, así que traje a esta preciosidad conmigo.

 De su bolsillo sacó un pendrive azul, lo miré confundida. Este solo dijo que apagara la televisión y encendiera el ordenador. Lo hice. Y dentro de ese chisme se encontraba una película. Su favorita "Divergente". Saqué unas golosinas y nos pusimos en el sofá, con el ordenador entre nosotros.

 Mis parpados empezaron a pesar al final de la película, quería permanecer despierta, pero no podía. Me apoyé en el hombro de Dylan y, de allí, no recuerdo nada más.

Summer love ft. AllOfBooks [SL#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora