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— ¿Sigues alojado en el Mayflower Inn? — Preguntó Namjoon.
Él se puso rígido. Namjoon notó la reacción.
— ¿Qué pasa? —.
— No quiero volver allí, — susurró Jin — apenas puedo permitirme otra noche allí porque no puedo encontrar un maldito trabajo —.
— ¿Todavía? — Preguntó Namjoon. El lobo dominante frunció el ceño. Al menos Namjoon no se había burlado de él.
— Sí. Nadie quiere contratarme. Lo entiendo. Los trabajos son pocos y no tengo experiencia, pero necesito encontrar uno pronto — admitió Jin.
— ¿Qué tal el bar? — Sugirió Namjoon.
Jin no sabía adónde lo llevaba Namjoon, y desde luego no era a su motel, porque iban en sentido contrario. Todavía no podía entender lo que acababa de decir Namjoon.
— ¿Me estás ofreciendo un trabajo? — Preguntó, aturdido.
— Por supuesto. Podíamos permitirnos contratar personal nuevo y estamos ocupando un par de puestos. Hay asistente de cocina, camareros... —.
Jin lo interrumpió.
— ¿Me estás ofreciendo un trabajo por lástima? —.
No quiso parecer ofendido. Aquí estaba un tipo que le salvó la vida y le estaba ofreciendo un trabajo.
Namjoon suspiró.
— No. Sé que puedes encontrar uno eventualmente, pero también sé que trabajarás en cualquier trabajo que encuentres —.
Jin se relajó.
— No te decepcionaré. Puedo pasar por el bar más tarde y completar un formulario de solicitud —.
Namjoon se rio.
— Bebé, ya estás contratado. Esta es la entrevista —.
— Espero no decepcionarte — dijo finalmente Jin.
— Dudo que lo hagas — Namjoon se acercó y le dio una palmada en el brazo.
El toque despertó su polla e hizo todo lo posible por fingir estar interesado en el paisaje.
— ¿Ahora quién está teniendo una erección? — Bromeó Namjoon.
— No puedo evitarlo. No tienes puesta la camisa. ¿Cómo se supone que voy a hacer que mi pene se comporte? — Jesús. Jin no podía recordar la última vez que había sido tan atrevido. Algo en Namjoon le hacía sentir un poco menos asustado de todo. Vaciló y luego dijo: — Namjoon, de vuelta en el bar, dijiste que no puedes controlarte a mi alrededor —.
