Maratón 2/3
Hago mis necesidades, incluida una ducha y un rápido lavado de pelo.
Me pongo algo lindo y cómodo, dejo mi pelo suelto para que se seque y me dirijo a la habitación de Bastián.
Entro a la habitación pero no veo señales de desayuno, Bastián me sonríe y se acerca a mí.
- Tengo que ponerte esto - me muestra un pañuelo - cierra los ojos.
-¿ Es enserio? - él asiente - ¿Y para qué? - él rueda los ojos.
- Hace falta decir que es una sorpresa.
A regañadientes dejo que me coloque el pañuelo en los ojos.
-¿Te gusta lo que ves? - pregunta luego de ponerme el pañuelo.
- Pero no veo nada - digo extrañada.
-Esa era la respuesta que esperaba. Ahora déjate llevar.
Me agarra de las manos y empieza a guiarme, bajamos las escaleras y seguimos el trayecto. Solo puedo asegurar que estamos fuera de la casa, pero no sé en dónde.
-Bien ahora sientate.
-¿Qué, cómo que me siente,
dónde? - escucho su risa pero a mí no me divierte.
-¿No confías en mí? - esa pregunta se clava como una daga en mi pobre corazón.
-Bien me sentaré - y mostrándome a mí misma que puedo confiar en él me siento. Justo en la silla.
- Puedes confiar en mí Alary - susurra en mi oído, creo que es la primera vez que me llama por mi nombre, lo que hace que un ligero sonrojo aparezca en mis mejillas.
-Lo sé - lo digo más para convencerme a mí misma que para
él. - ¿Ya puedo ver? - él no responde, solo desata el pañuelo.
Parpadeo varias veces para acostumbrarme a la cegadora claridad, y no puedo creer lo que veo.
- Bienvenida a nuestro desayuno a la luz del sol - no puedo evitar reír sonoramente.
-¿No es cena a la luz de la
luna? - pregunto divertida.
Él asiente.
- Pero esto es un desayuno, y a la luz del pleno sol. - ni siquiera él puede evitar reír.
-Pues me encantan los desayunos a la luz del sol - lo acerco y beso sus
labios - y que sepa caballero que es usted el primero en hacer algo así.
Él se sienta al frente.
-Pues, es mi mayor honor - estallamos en risas.
- ¿Y quién lo ayudó a elegir este maravilloso desayuno? - porque veo que todo lo que está aquí es de mi gusto.
- Fue una manito por parte de mi suegro - mi boca en este momento es una perfecta o. - ¿ Qué pasa? - niego rápidamente.
- Nada, nada, solo me tomó un poco por sorpresa. Eso es todo.
Continuamos nuestro desayuno entre risas y charlas, este empezó siendo uno de los mejores días de mi vida, espero que continúe así de bien.
Me encantó esta sorpresa, que la verdad me sorprendió.
Casi no he parado de reír. Creo que en unas horas me dolerá toda la cara.
- Vamos - habla tendiéndome la mano.
-¿A dónde? - hablo con el ceño fruncido.
-A continuar el día - no puedo evitar poner cara de asombro - ¿Qué te sorprende? - ríe.
ESTÁS LEYENDO
Tragedy ~{{Bilogía Tragedia}}~
Hombres Lobo«En la confianza está el peligro » Y las traiciones, pues... Las traiciones siempre llegan de dónde menos te lo esperas.
