Casarse con el villano de corazón blando [Parte 2]

212

Capítulo 212 - Cuando ella volvió en sí, el lobo ya le había rodeado la cintura con la cola y la había traído a sus brazos (1)

¿El movimiento?

El señor Lobo Gris, cuyas orejas se habían puesto rosadas por la timidez de hacía un momento sintió que le habían echado un cubo de agua fría encima. Su apuesto rostro parecía más pálido que antes.

Casi perdiendo el control de sí mismo, se mordió los finos labios. Las gotas de agua que reposaban sobre sus pestañas se estremecieron.

El corazón le dolía sin control. Junto con eso llegaron la ansiedad y la posesividad que iban en aumento. No pudo evitar agarrarse con fuerza a la piel de animal que tenía debajo.

Estaba casada con él.

Ahora era suya.

Si iban a mudarse, debían hacerlo juntos. Ya se habían besado. Ahora eran una pareja íntima... ...

Él era su responsabilidad.

Qiuqiu aún no ha dicho ni una palabra y el lobo de corazón frágil ya estaba lleno de autocompasión. →→

El señor Lobo Gris pensó con maldad para sus adentros, si ella quería abandonarlo, la encerraría y la obligaría a estar con él día tras día. Y no se le permitiría alejarse más de medio metro de él. Estaría obligada a besarle al menos cien veces al día, y no sólo en las mejillas... ...

Y tenía que dejar que la abrazara cuando se fueran a la cama ... ...

Yuan Jue se sonrojó al pensar en todo aquello.

Cerró los ojos que aún no estaban acostumbrados a la luz y trató de regular tanto su respiración como la temperatura de su cuerpo, que había subido. Hizo lo posible por moverse un poco y prepararse para "despertarse" lentamente tras el regreso de su joven esposa.

- Ruan Qiuqiu, fuera de la cueva, sus ojos brillaron cuando oyó que la nueva cueva podía dividirse en 4 pequeñas cuevas.

La verdad era que ella sentía que su cueva actual era un poco pequeña. En su almacén no cabía tanto espacio y también quería separar la cocina y el baño. Y tal vez un área para coser y algún área de almacenamiento adicional.

Pensando en eso, cuatro pequeñas cuevas eran apenas suficiente.

Si quería dormir en un compartimento separado como el Sr. Lobo Gris, no habría espacio suficiente.

Ruan Qiuqiu sacudió la cabeza y decidió preocuparse de dónde dormir más tarde. Compartió otras noticias con Tianxiu antes de despedirse del águila y regresar a la cueva.

El cielo ya estaba medio oscuro mientras charlaban.

El sol, que no había visto en mucho tiempo, apenas era visible ahora. Ruan Qiuqiu, después de cerrar la puerta, levantó la vara que le servía de cerrojo improvisado antes de empezar a caminar lentamente hacia el "dormitorio principal" con la tenue luz de que disponía.

Había esperado que el señor Lobo Gris Tianluo siguiera fingiendo estar inconsciente pero, cuando levantó la cortina de piel de animal, se dio cuenta de que Yuan Jue parecía estar "despierto".

- Sentado junto a su lecho de piedra, metió sigilosamente su gran pie en un zapato que ella le había hecho en el pasado con piel de animal. Su otra pierna, vacía de la rodilla para abajo, tenía un aspecto lamentable.

"Esposo, ¿estás despierto?". Después de los últimos días, aunque el humano y el lobo rara vez estaban despiertos al mismo tiempo y todavía se sentían un poco incómodos el uno con el otro, Ruan Qiuqiu, que ya había descifrado la personalidad del lobo, ya estaba muy a gusto con él.

"... ..." Al oír a su joven esposa llamándole, el señor Lobo Gris hizo una pequeña pausa, con la voz un poco ronca, y gruñó al cabo de un rato.

Ruan Qiuqiu, "......"

Después de una ligera vacilación, Ruan Qiuqiu le dijo: "... ... por qué no me dejas que te ponga un poco de medicina".

Yuan Jue levantó ligeramente la cabeza y sus ojos de fénix miraron borrosamente en su dirección. En sus ojos había rayas de luces borrosas de diferente brillo. Ésas, junto con alguna sensación dolorosa, hicieron que se le empañaran los ojos.

Al Sr. Lobo Gris no le importaban mucho sus propias heridas.

Ya se había dado por vencido antes de su llegada y también, en el pasado, había odiado la vida cuando fue abandonado y odiado repetidamente por otros.

Pero ahora, lo único que le preocupaba era el contrato que había hecho con otro demonio.