~Corazones~
Todo pasó en un chasquido, muy rápido como para que pensaran en las consecuencias de sus acciones. La emoción del momento las había alocado. Se olvidaron de su relación mientras se ayudaban a desnudarse. No había que culpar al alcohol, eran ellas mismas. Sin embargo, su cordura ya las había abandonado. El fuego entre sus ellas era lo que las había unido. La atracción era muy fuerte como para contenerse; eran como dos imanes que chocaban tan pronto como se veían. Dos corazones que no podían diferenciarse porque latían en un mismo ritmo.
Sus cuerpos se mezclaron, sus fuertes músculos generaron unos sonidos melodiosos para sus oídos. El calor de sus pieles las incendiaba aún más. Le decían adiós a las noches de espera, a las noches de tentación. Lo único importante en ese momento era satisfacer a ambas almas.
Pasaron sus propias líneas, atravesando la frontera de la otra. El muro construido por años de amistad había sido demolido por furiosas bolas de demolición. Voces de sirenas llamaron sus nombres, sumándose a la temperatura que las presionaba. Su inocencia no se encontraba por ninguna parte, se había ido. En sus cabezas habían estrellas y nubes que regaban las plantas que no habían sido tocadas durante semanas.
Las frescas flores comenzaron a florecer. El sudor se mezclaba con sus esencias naturales. Un helado que comenzó a ser chupado hasta quedar seco. Una cereza que rogaba ser mordida. Un trozo de carne que quedaba rojo por ser machacado. Un líquido color vino que se deslizaba por su piel de porcelana, seguido por el jugo de satisfacción. El oxígeno en sus pulmones jugaba al escondite.
¿Quién iba a imaginar que unas manos podrían hacer tanto por su precioso y, en ese momento, no tan sagrado cuerpo?
Quitando el peso que le causaba placer a la castaña, Lisa se acostó, exhausta. La sonrisa nunca dejó su rostro. Abrazó a Jennie por detrás, descansando la cabeza en su hombro. No se arrepentía de lo sucedido, porque no había salido de un simple deseo lujurioso, sino que era algo mucho más fuerte que eso. El único que podía explicarlo era su corazón.
Lisa cayó en un profundo sueño, mientras que Jennie se perdió en sus pensamientos. La pasión que había sentido la preocupaba. Se levantó, escapándose del toque de la otra, y en su desnudez, caminó hacia el espejo de su tocador.
Lisa había sido su primera vez. Una lágrima cayó de uno de sus ojos. Se revisó a ella misma y vio su cuerpo esculpido, una obra de arte. Aún podía sentir cómo Lisa la había besado suavemente, con fuerza y con rudeza.
Sus pequeñas manos fueron hasta su cuello para masajearlo, dolía. Se sintió bien cuando Lisa la adoraba. Se encogió de hombros y volvió a la cama.
Su mano fue hacia el cabello de la rubia para peinarlo y sonrió dulcemente al verla dormir como un bebé. Pasó sus dedos por sus ojos, su nariz y sus labios, bajando a sus clavículas. De repente pensó que Lisa podría dejarla. ¿Qué pasaría si se distanciaban después de eso? ¿Terminaría con su amistad? ¿Qué pasaría si...? Su cabeza estaba llena de posibilidades.
Siendo lo sensible que era, llevó sus rodillas hasta su pecho, cubriéndose con el edredón. Lágrimas comenzaron a caer de su rostro, llorando en silencio.
Estaba asustada por lo que seguiría. No podía soportar perderla, Lisa significaba el mundo para ella. La amaba, no porque era su mejor amiga, sino porque... era Lisa.
Sus sollozos despertaron a la rubia, quien se sentó con ojos somnolientos.
"Ey, ¿por qué estás llorando?". Preguntó preocupada y Jennie negó con la cabeza. "Nini, por favor, me asustas". Dijo con voz débil, pensando que la castaña estaba arrepentida de lo que habían hecho y que la odiaba. Salió de la cama y se vistió.
ESTÁS LEYENDO
P0LAR0ID | jenlisa (traducción)
FanfictionLa vida siempre ha sido difícil. Nunca sabes qué sigue, si será bueno o no. Sin embargo, una parte de nosotros busca lo que vimos, sentimos u oímos para conservar los recuerdos que nos forman. Éstos son impresos en imágenes que durarán hasta que no...