🔮 ₊˚•. ↳ Amity recibe a una nueva alumna en la secundaria Hexside. Heridas del pasado empiezan a abrirse y el temor de que se vuelva a repetir las quema por dentro. ˖* ೃ࿔
➸ SCHOOL AU!!💗༄
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𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙫𝙪𝙚𝙡𝙫𝙚 𝙡𝙤𝙘𝙖 𝙖...
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—Ya es suficiente.
Y ahí estaba de nuevo, ya perdió la cuenta de cuántas veces fue citada junto a su madre en esa oficina, rogando por una nueva oportunidad.
—Señora Noceda, yo sé que usted es una buena madre y entiendo la imperactividad que maneja su hija, pero los maestros y yo ya no podemos tolerarla.
—De verdad, lo siento de antemano directora Fraily ¿Que es lo que hizo Luz está vez? — Su madre estaba sentada a su lado, estaba enojada, lo sabía, pero su voz sonaba pacífica.
«La calma antes de la tormenta...» Pensó inevitablemente.
—¿Que es lo que no hizo? Es la pregunta. Señora Noceda, su hija prendió fuego un banco utilizando corrector. ¿Usted es conciente que Luz carga consigo un encendedor? — Camila arrugó el entrecejo y volteo a ver a la menor, la cual se encontraba cabizbaja y algo apenada, pero no estaba arrepentida de nada.
—Cuanto lo siento, no volverá a ocur-
-Claro que no volverá a ocurrir - interrumpió. La docente estaba estresada, era obvio, lo único que quería era deshacerse de esa mocosa y la travesura fue la gota que derramó el vaso. — Esta era la última oportunidad y su hija no la aprovechó. Lo siento, se acabó el tiempo, Luz ya no será aceptada en este instituto y dudo que con su historial la acepten en algún otro.
Camila intentó justificarse, pero simplemente suspiró cansada y cabizbaja, su trabajo se vió interrumpido por culpa de la reunión y no era la primera de la semana, sin embargo al parecer era la última, y eso no es nada bueno. ¿Ahora que va a hacer? No veía ningún futuro bueno para su hija y mucho menos sin terminar la secundaria. Realmente se esforzó por entenderla pero ya estaba cansada de tantas decepciones.
Se retiraron del edificio y subieron al auto, la mayor se recostó sobre el volante, cubriendo su rostro con sus brazos. Luz nisiquiera se atrevió a mirarla. La tensión aumentaba medida los minutos pasaban y la morena sentía sus ojos irritados y llenos de lágrimas que no se atrevió a derramar. Se odiaba si misma por hacer sentir así a su madre, la única persona a su lado en todo momento.
Finalmente, la señora Noceda arrancó el vehículo dispuesta a llegar a casa y buscar rápido alguna solución.
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