Capítulo 19

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Risueña, voy pegando pequeños saltitos por la calle. La mochila me va golpeando la espalda y la sonrisa no se borra de mi cara mientras le aprieto un poco más la mano a Aitor.

--¿Vas a entrar al instituto? --Pregunto por fin, rompiemdo el agrabable silencio.

--No creo que pueda, ten en cuenta que no estoy matriculado ni nada.

--Ah, vale.

Estoy felíz. Felíz mientras Aitor y yo caminamos cogidos de la mano, como una pareja normal, no como los bichos raros que somos.

Sigo sintiendo ese mini-infarto cada vez que lo miro, como el primer día...

--Sabes que te quiero y que siempre que querré, pase lo que pase, ¿verdad?

Él me mira, sorprendido por mi repentina muestra de afecto.

--Eh...claro, y yo a tí, cariño.

La dulce forma en la que me llama "cariño" hace que sienta ese hormigueo en mi estómago. De verdad que este chico me tiene loca. Su sonrisa, el brillo de sus azulados ojos...es perfecto.

--¿Qué piensas?

Lo miro con amor, y contesto con sinceridad.

--En tí.

Y tras esto, pasa el brazo por mis hombros y caminamos abrazados.

*****

--Eh, tía, pero, ¿qué te pasa?

Ana se acerca corriendo y me detiene en mitad del pasillo.

--Estás...rara. Demasiado risueña y alegre para ser lunes...mmm... --Observo como mi amiga se pasa el dedo índice por el labio inferior, pensando. De pronto, abre mucho los ojos y me mira con una sonrisa de oreja a oreja. --. ¡TÚ ESTÁS ENAMORADAAA!

Y dicho esto, me pongo colorada y ella empieza a pegar alegres saltitos a mi alrededor.

*****

--¿Cómo es Aitor? Cuéntamelo TODO.

Suelto un gran suspiro y me preparo mentalmente un discurso para Ana, omitiendo detalles como los Zokus, cómo lo conocí, de dónde viene...esa parte me la inventaré.

--Pues es guapísimo. Tiene una sonrisa que enamora. Siempre tan felíz...lo conocí en...¡La discoteca! Estaba bailando y él se me acercó. Aitor viene de Francia...y sus padres viven en París, él quiso venirse aquí.

Ana no parece muy convencida, pero al final vuelve a sonreir. Sigue lanzando preguntas y yo respondo con alguna que otra mentira.

*****

--Laaa lalaaa lalaaa.

Voy tatareando por la calle camino a casa. Cuando me detengo en la puerta, me callo.

--No pares, si es un sonido adorable.

Con el corazón a mil, me lanzo a los brazos de Aitor.

--¡Estás aquí!

La sonrisa desaparece de su rostro al instante. ¿Habré dicho algo malo?

--¿Qué pasa?

Me mira. Esos azules ojos me dejan hipnotizada mientras dice:

--No...no me... --Le cuesta hablar, como si no se lo creyese. Finalmente se decide y me mira lleno de angustia. --. No me he marchado. He estado en este mundo todo el tiempo. Es muy raro...

¿Qué? Si Aitor no ha vuelto a su mundo es que algo malo está pasando...Me siento más segura dentro de casa.

--Vamos dentro de casa.

Asiente distraido y entramos.

*****

Ya en la cama. No me siento muy cómoda durmiendo en la misma cama que Aitor...pero tampoco es incómodo.

--Buenas noches --Dice Aitor. Y segundos más tarde se escuchan sus suaves ronquidos.

Cierro los ojos y me sumerjo en un sueño.

*****
(En el sueño)

Habitación oscura y fría. Ya he estado demasiadas veces en este lugar...pero falta algo...Aitor. Falta Aitor.

Suspiro y empiezo a buscar la supuesta puerta que lleva al Mundo de los Zokus, Zokunia.

Y entonces la veo. Una brillante luz sale de una puerta y me ciega unos instantes.

Sin pensarlo mucho más, me dirijo con paso vacilante hacia la entrada.

Cuanto más cerca estoy, más grande se hace la luz. Por un momento temo quemarme, pero se que esto es solo para asustar a la gente para que no pasen.

Una vez delante del portal, la luz es completamente cegadora. Decidida, paso el umbral de la puerta tapándome los ojos con la mano.

"Uau". Eso es lo primero que pienso cuando paso el portal. El paisaje que tengo delante es increiblemente desolador.

Todo es gris y negro, con fábricas echando humo al aire.

Estoy en Zokunia.

Ojalá existierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora