Capítulo 13

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Me despierto por la mañana...Que raro...hoy no he soñado nada...seguramente si abré soñado pero no me acordaré...
Saco ideas absurdas de mi mente con la famosa sacudida de cabeza.
Cojo el mismo conjuntito a ayer, ya que sigue limpio.
Me vuelvo a hacer la trenza tipo Katniss Everdeen y bajo a desayunar.
--Hola, mis queridos padres.
Mi gracioso comentario les hace reír a ambos.
--Oye...¿Cuándo os vais?

--En cuatro días-- Responde mi padre sin rodeos --. Hemos pensado que te podrías quedar con la tía Ainhoa.

--¿QUEEEEE? Yo no me quedo con la tía Ainhona ni locaaaa. Esa mujer no está bien de la cabeza. ¿Os acordais cuando se puso un sujetador en la cabeza y se puso a correr por la calle?-- De verdad que mi tía está loca, creo que hace algunos años estuvo en un psiquiatra --. Ni de broma me quedo con ella.

--Cariño, cuando vuelvas de clase hablamos, ahora desayuna.

Bufé exageradamente, demostrando mi frustración.
Desayuné, y como no tenía ganas de discutir con mis padres, me fui de casa sin decir palabra.

*****
Parece que tengo un cronómetro mental. Enserio. En el mismo segundo que piso el suelo del instituto, suena la alarma, dejándome sorda.

Pensaba hablar un rato con Ana, pero creo que no me dará tiempo. Hoy tenemos Tecnología a primera, Juanjo. El gran puntual Juanjo.
Suspiro y me dirijo hacia la clase.

Apenas coloco mis múltiples cuadernos en la mesa, suena un anuncio por megafonía;

--Atención, por favor. Señorita Esmeralda Vázquez Acadio, acuda al despacho del director de inmediato. Repito. Señorita Esmeralda Vázquez Acadio, acuda al despacho del director de inmediato. Gracias por su tiempo.

La voz de una mujer me informa de que debo acudir "de inmediato" al despacho del director...espero no haberme metido en ningún lío.

Noto miradas fijándose en mí. Levanto la cabeza y ahí estan, toda la clase mirándome con caras acusadoras. Los ignoro y dirijo mi mirada a Juanjo. Este me miró y señaló la puerta.

Sin molestarme en recoger mis cosas, me levanto de mi silla y me dirijo hacia la puerta con todas las miradas posándose en mí.

*****

Toco la puerta de roble con timidez.

Una grave voz responde en el interior de la sala.

--Pase, por favor.

Y sin más esperas, abro la puertas de golpe y entro en la habitación.

Dentro se encuentra Martín, el director del centro. Y hay alguien más. Una chica, calculo que tendrá más o menos mi edad.
La verdad es que nunca la había visto por aquí.

--Hola Esmeralda.

--Hola Martín. ¿Cómo se encuentra?

--De maravilla...Pero usted no está aquí para saber como estoy...

--¿Cómo le puedo ayudar, Martín?

Me encojo un poco esperando el sermón por lo que pueda haber hecho...pero en vez de eso escucho una risa...de Martín.

--Esmeralda, no le voy a regañar por nada, solo quería presentarle a Charlotte, es nueva en el instituto.

Miro a la joven...Claro que no me sonaba, es nueva. Le extiendo la mano y ella sonríe tímidamente mientras la estrecha con fuerza.

--Encantad de conocerte, Charlotte, soy Esmeralda. Puedes llamarme Esme, si quieres-- Ella asiente enérgicamente --.

--Tú puedes llamarme Char, es más sencillo.

Charlotte...digo, Char, es una chica atractiva, tampoco es que sea un bombón...pero algo es algo.
Ella tiene el pelo rubio dorado con pequeños bucles que caían sobre su espalda.
Sus ojos son azul pálido...me recuerdan a los de Aitor...

--...¿Podría hacerlo, Esmeralda?

Miro a Martín...me estaba diciendo algo y yo no estaba atendiendo...joder...encima una pregunta que está esperando a que responda...
Respondo lo primero que se pasa por mi mente...la pura verdad. Ya que cuando miento...se nota.

--Perdona Martín...no te estaba escuchando...

Martín suelta una carcajada sonora.

--Le decía que le he pedido que viniera porque usted es una de las alumnas con las que mejor me llevo, y me gustaría pedirle, si fuera tan amable, que le enseñara el instituto a Charlotte y le lleve a su clase. ¿Podría hacerlo, Esmeralda?

--Por supuesto, será todo un placer-- Mientras hablaba miraba a Char, ella me  sonreía, pero su mirada fría me daba mala espina.

*****
Le enseñé a Charlotte todo el instituto, y cuando nos disponíamos a entrar en clase, Charlotte me lo impidió cogiéndome con fuerza del brazo y tapándome la boca con su mano.

--Escucha, bonita-- Dijo en tono amenazador. Su mirada ahora estaba llena de odio, y yo estaba asustada de lo que podría llegar a hacer aquella chica nueva. --. No te acerques a él, es mío. ¿De acuerdo?

Yo no comprendía nada, así que me encogí de hombros y ella me soltó la boca para que puediera hablar.

--No se de quién me hablas.

--Oh, venga ya, pues de quién va a ser, de Aitor.

Me quedé en shok tras su respuesta. ¿Cómo sabe esta chica de la "existencia" de Aitor?

--¿Cómo sabes tú...

--¿Qué hacen aquí fuera?

De nuevo, la voz de Juanjo interrumpe mi frase.

--Hola Profe, esta es Charlotte, uns alumna nueva, íbamos a entran en clase...¿Verdad, Charlotte?

--Claro, Esmeralda.

La cara de Charlotte ha cambiado por completo...ahora parece incluso inocente.

Ambas nos apresuramos a entrar en a clase.

Todos los alunmos miran a la nueva, y esta se presenta.

*****
Llego a casa agotada, y me voy a comer diractamente.

--Esmeralda, cariño, tu padre y yo hemos decidido donde te quedarás mientras no estemos.

--Y...¿Con quién me quedaré,  Mamá?

Rezo para que no sea mi tía Ainhona.

--Verás, hija, hoy he conocido a la vecina, es nueva en ls ciudad, y tiene una hija de tu edad muy simpática... me he sentido muy segura con esa familia y les he preguntado si te podías quedar con ellos...-- Espera... ¿Qué?¿Mi madre acaba de conocer a unos vecinos y quiere que me quede con ellos dos meses? Ni loca. --. A lo que ellos han aceptadi encantados.

--Bueno y...-- No sabía que decir, así que dije una estupidez, la mayor tontería que podría haber dicho. --. ¿Cómo se llana la niña de mi edad?

--Está en tu instituto, quizás la conozcas, creo que se llamaba...Ah, si. Se llamaba Charlotte.

Ojalá existierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora