Perfecto Caos ✔ (En librerías)

Capítulo cuarenta y siete

47 | CRISIS 

♪I'm hearing voices all the time and they're not mine ♪
(Estoy escuchando voces todo el tiempo y no son mías) -Black Out Days. Phantogram. 

CRONICAS DE HOLLYWOOD

¿Por qué Judith Bennett es tendencia?

Hace una hora a través de una revista americana se dio a conocer una fotografía de un expediente médico a nombre de Judith en el cual pudimos leer que atentó contra su vida, según el expediente, estuvo sin signos vitales por unos minutos. Por la fecha, sabemos que fue algo que sucedió hace meses y aunque parecía un registro real, muchos lo pusieron en duda.

La revista americana, en respuesta, subió otra fotografía en la que se podía ver a un hombre de espaldas entrando a emergencias con Judith desmayada y notablemente pálida entre sus brazos. 

—¡Alex! —Siento los dedos de Vanesa envolviéndose alrededor de mi brazo, mi vista sigue fija en la foto que uno de los hombres me está mostrando—, ¡Algunos están cruzando, tenemos que movernos! —Su voz suena lejana a pesar de que está a mi lado.

Quiero dar un paso atrás, quiero hacer algo, pero me mantengo completamente inmóvil con la imagen de Judith y con cientos de preguntas dando vuelta en mi cabeza, ¿Es real?, ¿En qué momento sucedió?, ¿Por qué?

—Alexander, ¿Crees que lo hizo por la culpa?

Niego sintiéndome desconcertado. —¿Qué?

Alguien me toma por el brazo y me jala con fuerza. En cualquier otro momento me lo quitaría de encima en un segundo, pero me siento demasiado incapaz de reaccionar, mis extremidades pesan, y me imposibilitan defenderme o hacer algo que no sea simplemente ser espectador de como invaden por completo mi espacio personal.

Una luz blanca da directo a mi cara. Levanto el brazo para intentar apartarlo y es entonces cuando me percato del incontrolable temblor de mis manos.

—Algunas personas creen que fue por el acoso constante que recibió de parte de tu fandom, ¿Qué opinas al respecto?

—¿Es verdad que fue declarada muerta?

—Necesito... —Mi voz, que sale demasiado temblorosa, rápidamente es opacada por todos los gritos de las personas que comienzan a rodearme. Las luces no dejan de cegarme. Los flashes se disparan a mi cara sin parar.

Todo se siente demasiado... Las voces, los gritos, las preguntas, las manos intentando jalarme.

La desesperación escala por mi cuerpo de manera arrolladora, inhalo hondo para tratar de aminorar un poco la abrumante sensación, pero no soy capaz de respirar con normalidad...

Todo me empieza a dar vueltas, mi cuerpo guiado por la desesperación finalmente obedece mis órdenes y doy un paso para alejarme, pero las personas que me rodean no me permiten moverme más.

Quiero pedirles que me den espacio, pero la voz no me sale. Tomo aire hondo, pero continuo sin poder respirar.

La imagen de la piel pálida de Judith me golpea. Cierro los ojos intentando apartarla de mí, pero no puedo dejar de verlo, a ella, a su cabello mojado, a sus labios blancos, a su semblante. A la ausencia de su luz.

Muerta... Estuvo muerta.

Las preguntas no paran. Los periodistas extienden sus teléfonos para mostrarme la maldita fotografía. No puedo ni siquiera inclinarme un poco porque estoy rodeado de micrófonos. Algunos gritan que están en vivo, otros me toman por los brazos intentando llamar mi atención, pero no hacen más que lastimarme.