Capítulo 1

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-o-Advertencia: Esta historia trata situaciones que pueden llegar a herir susceptibilidades sobre temas de pareja y familia-o-



CAPÍTULO 1


-Por favor escúchame...

-No creo que tengamos nada más que hablar Armando, ya es muy tarde para que me digas más cuentos, creo que es mejor que te quedes callado.

-Pero Betty, por favor mi amor, tengo que explicarte, ¡Déjame explicarte! -Suplicaba él mientras trataba de bloquearle con su cuerpo la salida del apartamento, ella llevaba una maleta negra mediana rodando tras de sí.

-¿Y es que esto tiene una explicación diferente Armando? ¿Acaso lo que dijo esa mujer ayer en la oficina es mentira? –se detuvo a increparlo Beatriz, mientras contenía lo mejor posible su enojo y la profunda tristeza que la carcomía por dentro.

-No... no es mentira, pero... -Estaba desesperado y en su angustia no sabía si lo que dijera sería mejor o lo hundiría aún más.

-Entonces no veo cual sea la explicación mágica que quieres darme Armando, a menos que me digas que tú no sabías nada -agregó ella, mirándolo de frente con ojos llorosos, desafiándolo a seguir diciéndole mentiras.

-Yo no lo sabía... al menos no antes de conocerte mi vida, de estar juntos... en ese entonces no sabía que él existía, ¡Ellos ni siquiera viven acá en Bogotá! -exclamo mientras ella cerraba los ojos por un segundo y respiraba fuertemente.

-Y es que eso no me molesta a mí sabes -le aseguró -porque obviamente ese muchacho es un hombre ya, es mucho mayor que Camila y eso confirma parte de lo que esa mujer asegura... de lo que muy elegantemente fue a vociferar ayer en Ecomoda, lo que me molesta no es eso Armando, sino tus mentiras –afirmó ella con un tono de decepción y la mirada herida.

-Pero Beatriz...

Extendió sus manos para tratar de tocarla, pero ella lo rechazó alejándolo con un manoteo.

-¡Lo sabes hace más de dos meses Armando! –gritó sin poder controlarse ya, dando un paso adelante y forzándolo a retroceder -¡Te has estado viendo con esa mujer desde hace todo ese tiempo y me lo ocultaste! ¡Eso no tiene ninguna explicación y no me mientas más!

-¡Yo no creí que fuera verdad lo que me decía! ¡Han pasado más de 25 años desde que conocí a esa mujer! ¡No quería lastimarte mi amor, entiéndeme! –le suplicó Armando tratando de tomar sus manos, pero ella lo rechazó bruscamente otra vez.

-Entonces había que ocultármelo todo porque eso no me afectaría a mí si yo no lo sabía, no afectaría a nuestra familia si yo no me enteraba –afirmó ella con la voz helada - ¿Es que acaso creíste que no podía comprenderte, que no sería capaz de soportar la noticia? ¿Soy la clase de esposa hueca e idiota que no entendería que esto sucedió antes de conocerte?

-No estoy diciendo eso mi vida, jamás pensaría eso de ti...

-¡Pues eso precisamente es lo que parece que piensas, porque decidiste mentirme Armando! decidiste que esto no era un asunto que afectaría nuestro matrimonio, ni a tu familia y que por eso no necesitabas incluirme a mí, que con mentirme y esconderlo era suficiente.

-No Betty, no es así como lo estás pensando...

-Así mismo es Armando -resopló ella agotada -y ya que no me necesitas en tu vida, no te interesa compartir más conmigo tus problemas y no pensabas incluirme en toda esta situación, creo que no tenemos nada más de que hablar más allá de lo estrictamente laboral relacionado con tu empresa, porque estoy segura que para eso si me has de seguir necesitando.

-Pero Beatriz de que estás hablando, ¿Por qué te vas a ir mi amor? ¿Y a dónde?

-No puedo con esto, no puedo con tus mentiras -aseguró ella conteniendo con fuerza el llanto -Nosotros teníamos un juramento Armando Mendoza, soy tu esposa y he estado a tu lado por más de veinte años, en las buenas y en las malas, te he sido leal y he luchado por este matrimonio a pesar de que todo el mundo esperaba que me rindiera fácilmente, yo siempre te di el beneficio de la duda, siempre creí en ti cuando se trataba de todas esas mujeres que te buscaban y tú lo sabes muy bien -la voz de Beatriz empezaba a quebrarse -Yo no merecía que me mintieras así y por tanto tiempo. No importa a dónde me voy Armando, ya no es tu problema.

-No mi vida, no te vayas, yo no te estoy mintiendo, ¡Yo no tengo nada con esa mujer!

-¿Y se supone que después del escándalo que hizo esa mujer en la empresa ayer, yo te crea a ti, que me has estado mintiendo por quién sabe cuánto tiempo, y que también te crea que solo te veías con ella para solucionar un malentendido sin importancia?.

-¡Sí! Tienes que creerme, porque ella solo quiere presionarme para que yo acceda a todas su demandas, no quiere negociar por las buenas, lo que dijo son mentiras porque yo no acepté darle la cantidad exagerada de dinero que me pedía, ¡Por favor Beatriz, tienes que creerme que yo no tengo nada con ella!

-Mira, yo ya no sé qué creer ni cómo actuar, es obvio que ese muchacho no tiene la culpa, que si los resultados del examen de paternidad lo confirman y realmente es hijo tuyo, debes responder por él, pero ahora mismo yo no quiero saber nada más de esto, lo siento mucho pero necesito tiempo y espacio.

-¿Qué le vas a decir a Camila?, Piensa por favor en ella Beatriz

-Yo ya hablé con mi hija y ella está de acuerdo con mi decisión, está esperando terminar de entregar los documentos de su práctica y poder venir a Colombia, su grado es dentro de cuatro meses y ella pensaba quedarse unos días más, pero debido a esta situación se regresa en una semana.

-No era necesario involucrarla en todo esto...

-No puedo creer que sigas pensando así Armando, es el colmo que no te des cuenta que tu hija es una mujer adulta y que tiene derecho a conocer lo que le está sucediendo a su familia, fuiste tu quien debió pensar en ella, pero te importó muy poco -le aseguró enojada.

-No se trata de eso mi amor, es solo que...

-Mira Armando, yo creo que es suficiente, no quiero decir algo de lo que luego voy a arrepentirme, hablamos en otro momento, adiós.

-¡No Betty, no! ¡Por favor no te vayas!

Ella tomó su maleta y salió del apartamento, entró en el ascensor y al dar la vuelta lo vio dispuesto a entrar detrás de ella.

-Por favor Armando –lo frenó con un gesto de su mano –Déjame tranquila por ahora, no empeores más la situación.

La puerta del ascensor se cerró y él se dio la vuelta golpeando con su puño la pared, se apoyó de espaldas contra el frio cemento y se dejó caer llorando desconsolado.



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Bienvenidos a esta nueva historia que por fin me decido a empezar a publicar, es algo que llevo rato montando en borrador con una idea que me da vueltas en la cabeza desde que se empezó a hablar de revivir la novela y de una supuesta separación.

Esta es una de mis tantas visiones de un futuro de Betty y Armando casados, espero que les guste. 

Cómo DuelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora