Descendí de lo más alto, sin saber muy bien porque, con mi cabeza hacia abajo los miré, y desde mi ignorancia, reí creyendo que nada podía cambiar lo que ya estaba hecho.
Caminaba a altas horas de la noche, era una noche calmada y el ambiente se sentía agradable, mientras lo hacía podía mirar como las personas que aún se encontraban en esa calle se apresuraban para llegar a sus casas. La iluminación no era de lo mejor, cada esquina se podía descubrir un callejón oscuro que solo auguraba malas noticias para el incauto que decidiese entrar por ahí. Camine pasando de ahí hasta encontrarme un callejón en particular, lo suficientemente oscuro para que incluso no pudiese ni mirar lo que estaba al otro lado, mi curiosidad me gano y mis impulsos de retroceder no fueron suficientes para evitar alejarme de ese lugar, lentamente me aventure en la oscuridad y desaparecí del sendero iluminado perdiéndome entre las densas sombras.
Tentando con mis manos las paredes buscando un lugar fijo para sostenerme y evitar una caída que me inmovilizaría y detendría mi ruta de escape si algo sucediese. Seguí avanzado, paso a paso, toque a toque mientras en mi cabeza revoloteaban ideas varias sobre el destino que me esperaba, no estaba del todo seguro de que era lo que me atraía de tan peculiar lugar, pero parecía como un imán, como un insecto atraído a la luz por su propia característica hipnótica, quizás nosotros también somos como moscas, atraídas no solo a la luz sino también a la oscuridad inmensa. Rápidamente pude notar un movimiento, en ese momento pude percibir algo ya que, la densidad de la oscuridad comenzaba a bajar, mire hacia el frente, seguía sin verse nada pero, ahora, con mi vista acostumbrada al lúgubre sitio exiliado de luz podía denotar figuras, siluetas de aquello que me rodeaba, un grupo de bolsas de basura tiradas a un lado, un gran contenedor de basura a unos pocos metros de las bolsas y un pequeño roedor que se movía frenéticamente, suspire aliviado, de que me encontraba solo en ese sitio de mal augurio, pero la alegría me duro más bien poco, enfocando mi vista en la pared contigua a la mía, pude discernir, mientras entrecerraba mis ojos y forzaba mi vista a ver lo que aún no me percataba, una figura de un hombre, recostado en la pared, con una especia de cigarro en su boca, no supe si el me encontró primero o si yo fui el que lo encontró a él pero, cuando pude notar su presencia fue como dar una invitación a el de que, justo como yo, no era el único en ese lugar.
-¿Qué haces aquí?- Me respondió con una voz grave pero suave, su tono no fue agresivo más bien calmado y, su pregunta aun que podía percibirse como un intento de acoso, era más bien genuina curiosidad de saber cómo llegue ahí.
-No lo sé, no quería molestar solo intentaba llegar al otro lado- Respondí mientras el nerviosismo en mi garganta se hacía presente, hasta ahora no entiendo cómo fue posible que pudiese hablar con la inmensa presión que se ejerció sobre mi cuerpo, sobre mi alma al buscar una respuesta para aquel hombre, vi cómo se acercó a mí, mi corazón comenzó a latir a mil, mi ropa, ahora empapada de sudor por los nervios que mantenía y mi cabeza palpitaba como si fuese a explotar pero, mi cuerpo no respondía, estaba a merced de el sin ningún método de defensa a la mano, ni siquiera correr de donde venia porque, mi cabeza y mi vista habían sido fijadas hacia la negra presencia que se me acercaba.
-¿Vas al otro lado?, ¿Por qué lo harías?- Me pregunto sin cambiar el semblante en su voz, levanto su mano y toco su mejilla, mi cabeza, mi cabeza solo se limitó a vaciarse mientras de dentro de mis pensamientos lo único que aparecían eran diversas explosiones, retumbando por todo mi cuerpo mientras podía sentir como una sustancia cálida descendía por mi nariz y ojos.
-¿Ya estas mejor?- Me volvió a preguntar, alejando su mano de mi rostro para después avanzar hacia atrás una cantidad de espacio que antes no estaba, ahora podía sentirme más libre, como si las cargas negativas que mantenían a mi cuerpo en presión se desvanecían, limpie mi nariz y mis ojos, mis manos estaban claras, no había ningún rastro de lo sucedido anteriormente, mire hacia los dos lados, pude ver algo distinto, al final de este callejón ya no habían las dos calles poco iluminadas de la ciudad, solo una masa acuosa color verde azulado que inundaba todo el perímetro, mire hacia arriba, el cielo, del mismo color y consistencia; estaba adornado por una especie de cubo con pedazos faltantes, de un color negro pero con un aura blanca que lo recubría, a su lado, un triángulo de luz, parecía hecho de oro brillaba de forma incandescente pero su luz no podía alcanzarnos, no podía sobrepasar la densa cantidad de esta atmosfera acuosa que nos rodeaba.

ESTÁS LEYENDO
Antología
RandomUna recopilación de historias cortas, las cuales ire actualizando conforme vaya escribiendo mas y mas. Espero las disfruten