Siempre me ha gustado más la vida del campo que en la ciudad, se siente una paz inigualable cuando te alejas del sonido de los motores y la gente paseando hasta altas horas de la noche. Es algo que comparto con mis abuelos los cuales siempre han vivido en el campo y aun teniendo la oportunidad de irse a la ciudad decidieron quedarse, no se puede decir lo mismo de mi madre, ella decidió venir a vivir a una de las ciudades más grandes de la zona y tenerme aquí junto con mi padre, un profesor de universidad.
De tiempo en tiempo regresábamos al campo con mis abuelos para celebrar días festivos o en vacaciones, a mi madre le gustaba ir para desestresarse de su trabajo y a mi padre justo como a mí, le fascinaba la idea de tener una casa en el campo y vivir ahí, cuando los años pasaron y mis dos abuelos partieron de este mundo yo me encontraba viviendo en un pequeño apartamento mientras me encontraba trabajando horas extras para pagar el alquiler, una noche mi madre me llama y me dice que si quisiera heredar la casa de mis abuelos, puesto que, ella no parecía estar interesada, yo acepte con gusto, me mude ahí y busque un nuevo trabajo intentando mantenerme en estas nuevas condiciones.
Durante los primeros años fue bastante cansado, no sabía qué hacer en ese día así que empecé a cuidar de algunos de los animales que mis abuelos habían dejado, había algunas personas que ayudaban con su cuidado así que me acerque a una de ellas para pedir consejos sobre estos, se trataba de Sofia una chica, algo alta con su piel un poco quemada por su trabajo a diario bajo el sol pero con una hermosa sonrisa, su cabello largo y castaño que recogía en una larga cola me hacía ponerme nervioso cada que intentaba hablarle.
-Ven aquí Matt, déjame ayudarte- Me decía mientras me encontraba en unos de mis tantos trances cuando me encontraba con ella, le intentaba seguir el ritmo, desde pequeño mis abuelos me habían enseñado alguna que otra cosa sobre qué hacer, pero, al no frecuentarlos muchos se me dificultaba bastante poder hacerlo de una manera correcta.
-Creo que ya no soy tan bueno como antes, nunca lo fui del todo, pero al menos de pequeño era más tierno- Dije resignándome un poco ante mi inutilidad mientras Sofia solo reía ligeramente escuchando mis comentarios algo pesimistas.
-No digas eso Matt, ven yo te enseñare como hacerlo ¿Está bien?- Justo en ese momento tomaba mi mano y la guiaba de una manera lenta pero firme, haciendo que poco a poco pudiese entender el que hacer y cómo hacerlo de una forma correcta, el único problema era que mi cabeza no dejaba de dar vueltas en esas situaciones, no podía razonar de una forma coherente cuando estaba con Sofia, solo dejaba que en mi imaginación se desarrollara nuestra historia de amor que tanto anhelaba que se hiciera realidad.
Los meses siguieron de la misma forma, no hubo cambios significativos salvo que ahora empezaba a dejar de pedir ayuda a Sofia y me enfocaba más en tener una charla con ella, conocernos de a poco e incluso ya llegue a invitar a cenar a mi casa varias veces, con eso comencé a conocer más sobre ella, su familia, la cual justo como la mía tenía una vida en el campo; pero que su padre la obligo a irse a una ciudad a estudiar medicina, ella por su parte termino como medica veterinaria y en ese tiempo estaba terminando los últimos semestres de su carrera, yo le explique cómo no llegue a estudiar en ninguna universidad y me decidí por trabajar desde una edad temprana para poder mantenerme, aunque siempre me interese en lo mismo que mi padre, poder enseñar a las demás personas aun cuando yo no soy una persona que sepa mucho.
En una de las tantas charlas que manteníamos, Sofia me conto sobre una historia peculiar que mis abuelos le contaban cuando comenzó a venir a trabajar para ellos, ella empezó a contarme acerca de unas "luces en el cielo".
-¿Luces en el cielo? No estas mintiendo sobre esto, ¿Verdad Sofi?- Le respondí incrédulo sobre aquello, conocía el cliché de que la mayoría de gente del campo siempre veía extrañas luces o tenía algún que otro contacto con los ovnis, pero me parecía más una simple historia que mi abuela le diría para asustarla más que una experiencia de verdad.
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Antología
De TodoUna recopilación de historias cortas, las cuales ire actualizando conforme vaya escribiendo mas y mas. Espero las disfruten