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—¿M-me mandó a...? ¿Me mandó a llamar, s-su majestad?

Ben se dio la vuelta al oír la congestionada voz de Joe.

Vio como su nariz estaba completamente roja, su cuerpo tembloroso, y sosteniendo un pañuelo en el cual estornudaba.

Se había resfriado gracias a las frías brisas de la noche anterior.

—Por aláh, Joe, ¿Como te sientes? —preguntó acercándose, notablemente preocupado —Te hubieses quedado descansando.

—Le dije exactamente lo mismo, alteza, pero es tan terco que no quiso —dijo Rami, quien estaba al lado de Joe.

—Hoy tiene la reunión de consejo, debo ac... —estornudó —Acompañarlo.

—No, Joe, vas a volver a tus aposentos ahora mismo a descansar, enviaré a los doctores a verte.

—Pero...

—Es una orden —sentenció —Rami, llévalo a sus aposentos, que el doctor lo revise, cuidenlo bien —le habló al egipcio y este asintió.

-Como ordene.

Joe y Rami se reverenciaron y el egipcio llevó a su pelirrojo amigo a su habitación, que quedaba justo al lado de la de Ben.

No era para menos, al fin y al cabo Joe era el jefe de los aposentos de Benjamín.

—Por Dios, Joey, ¿Que te ocurrió? —indagó Rami, una vez acostó a Joseph en la cama, salió rápidamente a avisarle a los guardias que llamaran al doctor y luego regresó con Joe —Ahora si, habla.

—Anoche me quedé hablando con Ben, hacía demasiado frío, y me resfrié —explicó, dando otro estornudo.

—¿De que hablaron?

—Me preguntó lo de la invasión a Hungría, para eso es la reunión de hoy.

—Cierto, la reunión, tengo que irme, vendré a penas termine, lo prometo —habló Rami rápidamente.

—Está bien, hasta luego, Rams.

El egipcio sonrió y salió corriendo de los aposentos de Joe.


×

E

l pelirrojo esperaba a Rami impaciente.

Ya habían pasado 2 horas desde que este se había ido, y Joe no podía esperar a saber si su idea de los navíos fue bien aceptada por los demás pashás en la reunión.

Los doctores se habían encargado de cuidarlo, le pusieron un ungüento en el pecho, según para bajar la fiebre, le dieron una deliciosa sopa que preparó el cocinero, y durmió un poco por consejo de uno de los doctores, alegando que así se sentiría mejor.

Y vaya que así lo fue, ya no tenia fiebre, y su resfriado parecía haberse esfumado como los pétalos de un diente de león en la brisa.

El estar acostado sin nada que hacer lo hizo reflexionar un poco.

Se preguntó a si mismo por su madre, ¿como estaría ella? su padre, y su hermano. Hacía 11 años que no los veía, era demasiado tiempo.

Los extrañaba, sin duda alguna

Su padre era un humilde pescador en Parga, pero a pesar de eso, nunca le faltó anda a el ni a su hermano, era una familia feliz.

Feliz, hasta que los otomanos raptaron a Joe.

El pelirrojo se preguntaba como fue que terminó sirviéndole a un imperio que lo arrancó de los brazos de su familia, se supone que debía odiar a la dinastía, y a todo lo que estuviese relacionado con esta, pero le era imposible, no podía odiar a ese palacio que tan bien lo había tratado, y mucho menos a Ben.

El Sultanato Del Sol // HardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora