Joe realmente deseaba volver a la cama y seguir durmiendo. Pero no podía permitiserlo, no cuando su trabajo era la seguridad de Ben.
Luego de desayunar en la cocina junto a Gwil, se encaminó a los aposentos del rubio.
El día estaba realmente hermoso, el sol radiante, las aves cantando, y una linda paloma blanca que se posó en una de las ventanas, haciéndolo sonreír ligeramente.
Pero tal parece que su día no era del todo perfecto, pues Osmán, el hombre que repudiaba y estaba en contra de la idea de los navíos de Joe, caminaba en su dirección, encontrándose a mitad del pasillo.
—Osman, supongo que vienes de ver los navíos.
—Esos navíos no funcionarán, ¿Serán pequeños y tiernos como tú, Joe? Sigue soñando.
Con una sonrisa burlona siguió su camino, y el pelirrojo resopló.
—Vaya forma de iniciar el día, Joseph —se dijo a sí mismo.
Al llegar a la habitación de Ben lo encontró terminando de abotonar su camisa frente a uno de los espejos que quedaban al lado de su cama.
—Buenos días, Ben —se reverenció ante el mayor.
—Buen día, Joey —sonrieron —Dile a Gwil que envíe a Defne, desayunaré con ella, luego tu me acompañarás a todos los asuntos que tengamos hoy.
—Está bien —se dio la vuelta para cumplir la orden, pero la voz del rubio lo detuvo.
—Joe.
—Dígame —lo vio a los ojos.
—Tu cabello se ve más rojizo y brillante, me encanta.
El pelirrojo soltó una pequeña risa nerviosa y bajó la mirada, jugueteando con sus dedos.
—Gracias, Benny.
El "Benny" salió de su boca sin pensarlo, y esperó el regaño del mayor por el exceso de confianza, pero en cambio el rubio sonrió más, aunque sin mostrar los dientes, pero hizo a Joe respirar tranquilo.
De hecho, a Ben no le molestaba el apodo, no cuando proviene de aquel pelirrojo que estuvo a su lado desde que era un príncipe.
—Voy por Defne.
Salió rápidamente de los aposentos para avisarle a Gwil que llevara a la muchacha, y cuando estuvo seguro de que la mujer había entrado a la habitación de Ben se dirigió al jardín principal, tomaría un poco de aire, y además allí hablaría con Rami.
•
×
•Al llegar divisó a su egipcio amigo hablando con la chica rubia que le movía el piso. Rami al ver a Joe le indicó a Lucy que se fuera, no sin antes darle un beso en la mejilla.
—Vaya, Rams, nunca pensé verte con esa sonrisa tonta de enamorado.
—El amor llega cuando menos lo esperas, Joey —se encogió de hombros —¿Y tú? ¿No deberías estar con Ben?
—Está con Defne, luego supongo iremos al pueblo.
Rami no respondió y todo quedó en silencio. El pelirrojo estaba embelesado con una mariposa monarca que paseaba por los arbustos con rosas que tenían al frente.
—Rami, quería hablarte de algo serio -suspiró, volviendo su vista al egipcio.
—¿Son problemas?
-Todavía no -hizo una pausa -Estuve pensándolo demasiado y... Quería pedirle permiso a Ben para viajar a Parga.
Parga, un pequeño pueblo que pertenecía a Venecia, del cual Rami y Joe eran oriundos.
—¿Acabas de escuchar lo que dijiste? —indagó el pelinegro —Ben no te dejará, Joe, no te hagas ideas.
—Tal vez logre convencerlo, tenme algo de fe —resopló —Rami... ¿Irías conmigo?
Al pelinegro se le vio pensativo, hacía años que no veía a sus padres ni a su hermano gemelo. No había día en que no los extrañara. El jugar con su hermano en la playa, oír a su madre tocar el violín, o el acompañar a su padre a pescar.
El pensar en eso, hizo que un torbellino de emociones se desatara en su interior.
—Si, Joey, claro que lo haría, extraño a mi familia —suspiró.
—Le preguntaré a Ben esta noche, tal vez podamos ir antes de atacar Rodas.
—Bien —habló Rami —Por cierto, también quisiera hablar con Benjamín, yo... Planeo decirle lo que siento por Lucy.
—¿¡Que?! —exclamó el pelirrojo, mirando a su alrededor para saber si alguien mas habia escuchado —Rami no lo hagas...
—¿Por que no? Tu mismo me dijiste que en el amor no existen reglas, y yo no puedo seguir ocultando lo que siento. Quiero hacer las cosas bien.
—Rams, es que... —se quedó callado.
—Termina de hablar.
—Planeaba no tener que decirte esto, pero... Ben quiere casar a Lucy con el hijo de alguno de los pashás, y lo conozco, Rami, sé que ya tiene al candidato perfecto.
Rami no expresó palabra alguna, su rostro parecía hablar por el, sus ojos comenzaron a picar, anunciando lágrimas, y bajó la cabeza para tratar de retenerlas.
—¿Desde cuando lo sabes? ¿¡Por qué no me habías dicho?!
—No quería angustiarte, lo siento —se disculpó.
—Eres la mano derecha de Ben, seguro lo sabías desde hace tiempo ya, ¡y aún así me alentaste a andar con Lucy!
—Rams, nunca te lastimaría, tu bien lo sabes —habló con algo de pánico al ver a su amigo tirar de sus cabellos con frustración.
—Es tan... injusto —formuló el egipcio —¿Por qué tiene que ser así? ¿con nuestro amor no es suficiente?
—Ay, Rams, el amor es un campo de batalla —suspiró Joe, apoyando su mano en el hombro del egipcio —Sabes que si pudiera hacer algo para ayudarte, lo haría sin dudarlo, pero en esta situación solo queda... Esperar, por más frustrante que sea.
—Tienes razón —suspiró —Tengo que vivir un día a la vez, dejaré todo fluir, ya veré lo que me despara el destino, mientras tanto, tenemos que prepararnos para la guerra.
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El Sultanato Del Sol // Hardzello
Fanfic"No hay nada como tu en todo el universo. La belleza es como un anillo que llevas en tu dedo. Eres el sultán de mi mente y de mi alma, si este amor que siento fuera considerado pecado... continuaría pecando, porque no puedo vivir sin el pecado de tu...