Capítulo 10

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Desde la nochebuena, Louis y Harry no se han separado. Están los dos todo el tiempo juntos en la habitación del más bajo.

Harry estaba en algo así como una depresión, algo que preocupó al ojiazul en demasía, pero leyó y se informó que era normal que los episodios fueran seguidos de episodios depresivos. Louis se encargó de cuidarlos, alimentarlos y mimarlo mucho.

Le avisó incluso a Cara que el ojiverde estaba bien.

Yo: "Hola Cara. Solo quería decir que Harry está conmigo, por si sus padres están preocupados o algo. Y lo siento mucho si es por mi que él no está bien."

Su respuesta llegó como una llamada inmediata.

Hola –saludó el ojiazul.

–Hola.

–No tengo el número de sus padres, así que...

–No te preocupes, ellos saben que él está contigo –tranquilizó la rubia. –Él les envió un mensaje.

–Está bien.

–Solo llamé para decir que lo siento por la última vez.

–Está bien.

–No, pero no me quise enojar contigo. No fue tu culpa en absoluto –Cara se disculpó sinceramente.

–Sí, pero... tú estabas preocupada así que entiendo –respondió el ojiazul tranquilo.

Y no es tu culpa que Harry esté deprimido. Él es bipolar, y bueno... No es tu culpa. ¿Vale?

–Vale.

–Bien –terminó la rubia, lista para terminar la llamada.

–Pero, ¿debería llevarlo con sus padres o algo?

–En realidad, creo que es bueno para él estar contigo.

–Sí, eh... ¿Hay algo que pueda hacer por él? –preguntó Louis, algo molesto por no saber cómo ayudar a Harry.

–No, realmente no. Solo tienes que estar ahí para él. Y cuando todo parezca sin esperanza, solo tienes que tomar un día a la vez. Y si un día se vuelve mucho, entonces toma una hora a la vez. Y si una hora se vuelve mucho, entonces toma un minuto a la vez.

Cuando Harry despertó de una de sus largas siestas, las palabras de Cara seguían en la cabeza de Louis. Él podía, podía hacer esto por Harry, podía hacer esto por ellos.

–¿Qué hora es? –preguntó el rizado con su voz ronca.

–Alrededor de las diez treinta –contestó el ojiazul con la voz amortiguada por la almohada.

–Debería irme –susurró Harry en su lugar.

–¿Por qué?

–Porque no quiero que estés aquí y sientas que tienes que cuidar de mi.

–No me siento como si estuviera cuidado de ti. ¿Y por qué estaría mal? –preguntó el castaño con voz queda, viendo el perfil del rizado.

–No hay nada malo en eso. Solo no puedo soportar que estés aquí triste.

–No estoy triste.

La pareja se sumió en un profundo silencio lleno de suspiros.

–Solo sé que esto no va a funcionar –fue Harry quien rompió el silencio.

–¿Por qué dices eso? –preguntó el castaño con sus ojitos cristalizados.

–Porque es verdad. Solo te voy a lastimar, y después me odiarás –respondió el rizado con seguridad, mientras veía a Louis directo a los ojos a una distancia de no más de 15 centímetros.

SKAM (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora