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Min Yoongi no estaba de buen humor.

—Todavía no entiendo por qué no puedo tener a un fisioterapeuta que conozca. No conozco a ese tipo.

La mirada que su asistente personal le dedicó podría considerarse profundamente sufrida en el mejor de los casos.

—Porque los fisioterapeutas del club ya están tapados de trabajo. —Dijo ella. —Y, el Dr. Namjoon quiere que trabajes con un terapeuta de su confianza.

Yoongi chequeó la hora en su teléfono.

—El tipo está demorado. No tengo todo el día.

Volteó el rostro para ocultar su sonrisa mientras Mina apretaba los dientes. Sin embargo, su voz sonó increíblemente calmada mientras decía. —Él está solo 17 minutos demorado, Taehyung. Y es la tercera vez que dices eso durante los últimos 5 minutos.

Yoongi le dedicó una mirada inocente.

—¡Pero él está llegando tarde!

—Tú llegas tarde todo el tiempo, princesa. —Mina murmuró bajito burlándose de él, claramente sin intención de que Yoongi la oyera.

A pesar de ser su asistente personal durante un año, Mina aún no tenía idea de cuan aguda era su audición y tenía el hábito de decir cosas sucias sobre él cuando pensaba que no podría oírla.

Era bastante molesto.

Yoongi evito sonreír.

Sabía que probablemente debería dejar de irritarla deliberadamente, pero estaba tan aburrido. Ahora que él estaba lesionado y bastante confinado dentro de la casa, molestar a su asistente personal era la única cosa remotamente interesante para hacer.

Era casi gracioso ver a Mina tratando de contener las respuestas ingeniosas que deseaba dar. Casi.

—Kim Seokjin está altamente recomendado. —Dijo Mina más fuerte. —Estoy segura de que hay una buena razón para su tardanza. Es un fisioterapeuta, y entrenador personal, exageradamente costoso. Debe ser bueno.

Yoongi se encogió de hombros. El médico de su equipo le prometió encontrar al mejor fisioterapeuta para ayudarle a recuperarse de su lesión en la ingle, pero Yoongi no había pedido ningún detalle; ese era el trabajo de Mina.

—¿De qué me sirve eso a mí si él no está aquí? Mi lesión no va a curarse por sí sola. Estoy cansado de esperar.

—Entonces volvamos dentro. —Dijo Mina, con una nota de exasperación arrastrándose en su voz de nuevo. —De todos modos, estoy bastante convencida de que no se supone que estés caminando.

Apoyándose contra el árbol, Yoongi miró la casa y frunció el ceño.

—Estoy harto de estar atrapado dentro durante todo el día. No soy un inválido. —Esta vez no se quejaba solo para molestar a Mina.

La falta de actividad realmente lo estaba volviendo loco. Extrañaba el fútbol.

Extrañaba la sensación de estar sano y en forma, el viento en su cara mientras corría hacia la portería, la alegría que sentía cuando metía un gol, el rugido de la multitud cantando y coreando su nombre. El fútbol era su vida. Lo único que le importaba.

Yoongi miró al cielo gris. Ya estaban en marzo. La Copa del Mundo estaba a tan sólo tres meses de distancia. El tiempo se estaba agotando.

Necesitaba volver al campo de juego tan pronto como fuera posible, y recuperar su forma, si quería impresionar al entrenador del equipo nacional.

¡𝐓𝐞 𝐎𝐝𝐢𝐨!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora