CAPÍTULO 3: LLEGO LA HORA DE ENFRENTAR LA REALIDAD.

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Un nuevo día ha comenzado y podemos ver a un joven de cabello negro y ojos color avellana caminando en dirección a su escuela preparatoria, él es un joven muy aplicado en sus estudios y por lo regular se le puede ver estudiando mientras camina a su escuela, pero ese día por alguna razón en particular le dio hambre y decidió parar en un establecimiento a comprar algo de desayunar ya que había salido muy temprano de casa y el desayuno que su pequeña hermana le había preparado quería guardarlo para la hora del almuerzo en la escuela, por lo que pararía a comprar algo ligero, me imagino que ya con esa descripción habrán descubierto que es Uesugi Fuutarou de quien hablamos, dicho esto continuemos...

- Cielos... debí haberle hecho caso a Raiha y desayunar antes de salir, pero tenía que llegar primero a ese lugar antes de ir a la escuela, podría detenerme y comer lo que ella me preparo, sin embargo, quiero comerlo en la hora de descanso, por lo que iré a ese establecimiento a comprar un jugo y algún pan para calmar el hambre, si parece una buena idea.

Al ingresar a local empezaría a buscar que se le pudiera antojar y al haber tantas opciones no lograba decidirse por ninguna de ellas, en eso escucharía como un grupo de chicas empezarían a discutir afuera del establecimiento a lo que el diría "¡Dios, pero que chicas tan escandalosas!" En eso miraría por el ventanal del local y vería a un grupo de cinco chicas de cabellos rosados y notaria que cada una llevaría diferentes accesorios pero no le prestaría más atención y terminaría por elegir un jugo de mango y un paquete con dos sándwiches e iría a la caja a pagar y después retomar su camino a la escuela, pero en la entrada se toparía con una de aquellas chicas la cual traía en su cabello pendientes en forma de estrella, a lo que solo se disculparía y seguiría su camino encontrándose en la calle con sus dos mejores amigos y comenzarían su camino a la escuela.

Maeda: ¡Uesugi! ¡Qué milagro verte de camino a la escuela haciendo algo diferente a estudiar!

Takeda: Parece que por fin te estas confiando... así no será divertido vencer a mi eterno rival...

Fu: Disculpa, ¿Quién rayos eres tú?

Takeda: ¿¡Eh!?... ¿Cómo qué quien rayos soy?

Fu: Jajajaja... Idiota, aún caes en esa vieja broma...

Takeda: De seguro ese sándwich debe contener payaso para que te creas tan chistoso.

Maeda: Oye Uesugi, no sabía que te gustaba usar esa clase de accesorios... *Señalando a un broche en forma de estrella en su camisa*

Fu: ¿De qué hablas?

Maeda: De este broche en forma de estrella...

Fu: De seguro es de aquella chica con la que choque en la salida del minimercado, el uniforme que llevaba no logre reconocerlo de alguna escuela cercana, tratare de alcanzarla y devolverle su pendiente, los veré en la escuela. *Empezando a correr para regresar al minimercado*

Minutos después llegaría a dicho lugar pero no lograría ver a aquella chica por ningún lado, por lo que resignado guardaría dicho objeto en la bolsa de su pantalón y empezaría su camino de vuelta a la escuela hasta que es detenido por un grito de ayuda, él empezaría a voltear a todos lados hasta que vería en un callejón a dos sujetos con aquella chica a la que sujetaban por ambos brazos y la levantaban para empezar a meter la mano debajo de su falda, aquella chica entre lágrimas les pedía que se detuvieran pero uno de los sujetos la sometía al darle una cachetada y poner una de sus manos en la boca de aquella chica...

- ¡Infeliz! *Apretando sus puños* Eso sí que no lo puedo permitir...

Instintivamente empezaría a correr con dirección a aquel callejón y de un golpe en la cara de uno de aquellos agresores lo mandaría a volar, provocando que la chica sea liberada del agarre de aquellos sujetos, después eso el compañero de aquel sujeto trataría de atacar a ese chico que había ido en rescate de aquella chica, pero lograría esquivar dicho ataque y dando le un golpe en el estómago y otro en el rostro lo dejaría inconsciente, para acto seguido el primer sujeto intentaría atacarlo pero Fuutarou saltaría y de una patada en el rostro dejaría inconsciente a aquel sujeto, después de eso iría a recoger la mochila de la chica y se la entregaría preguntándole si la mochila es de ella a lo que esta respondería de forma afirmativa y después Fuutarou le haría otra pregunta "¿Supongo que esto también es tuyo? Pues tienes otro igual en tu cabello", a lo que ella voltearía a ver de que hablaba el chico y vería su broche de estrella, tomándolo para después voltear a ver el rostro de su salvador y al ver los ojos de aquel joven que acababa de salvarla los reconocería en el acto, quedando en shock y solo alcanzaría a decir "Es imposible, ¿En verdad eres tú Taro-Kun?" Para después caer desmayada por la impresión que se llevó.

Un Amor Imposible De Olvidar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora