ANOTHER HEARTBREAK; Edward Cullen

one

CAPÍTULO UNO
[FORKS]

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Faye espero a que todos en el avión bajaran para hacerlo ella.

Cargaba entre sus brazos a su pequeña hermana Luna quien dormía tranquilamente.

Pensó que el vuelo sería un completo caos, pero no. Luna durmió la mayor parte de este y cuando despertaba era para comer.

Pasó tres meses luchando la custodia de su hermana, se la dieron de manera provisional hasta que cumpliera la mayoría de edad, mientras que su custodia estaría a cargo de su padrino, Charlie Swan, quien era amigo de sus padres.

Como una chica de tan solo diecisiete años podría cuidar de su pequeña hermana de un año. Ambas necesitaban a sus padres. Faye seguía culpándose de la muerte de sus padres, si tan solo hubiera sido un poco más racional no hubiera salido de casa esa noche.

Se levantó del asiento cargando la pequeña pañalera en su hombro y a Luna.

Bajo con cuidado de no lastimar a su hermana o golpearla. Aún era todo tan irreal, toda su vida estaba en New York, pero ahora estaba en Forks.

Empujó su maleta que con ayuda de un extraño pudo sacar del área de equipaje.

No recordaba mucho de Charlie, pero le prometió estarla esperando con un letrero que dijera "Goodwin"

Faye buscaba entre la gente a alguien con un cartel enorme. Su pequeña hermana se empezaba a remover en sus brazos.

— Ssssh — habló Faye. — Ya casi llegaremos a una casa, Luna.

Vio a Charlie gracias a aquel cartel, el policía se acercó a ella para ayudarle con la maleta.

— Charlie Swan — se presentó.

— Faye... Goodwin— murmuró.

— Debe ser Luna ¿Cierto? — preguntó Charlie.

— Si.

Charlie guió a Faye por la salida del aeropuerto, ninguno de los dos era bueno con las palabras en ese momento. Faye no quería hablar de sus padres y Charlie, bueno el no conocía lo suficiente a Faye.

Subió al auto con Luna aún en sus brazos, por suerte la pequeña volvió a dormirse cuando sintió que estaba dentro del auto.

— La trabajadora social dijo que iría mañana para ver qué estuvieras instalada — informó Charlie. — Verificará que estén en un hogar seguro.

— Gracias.

— Tienes tu propia habitación, puse una cuna, no sabía si querías que pusiera a Luna contigo.

— Si — habló Faye. — Será mejor que se quede conmigo, me recuerda más a mi.

— ¿Cuánto tiene?

— Un año a penas — suspiró. — No los recordará nunca.

— Faye, yo... — Charlie suspiro. — Lamentó mucho lo de tus padres. Ellos eran buenas personas.

— Lo sé, tío Charlie.

Charlie le dio una media sonrisa.

Faye no recordaba mucho a Charlie. Lo había visto cuando visitaban Forks, pues ese fue el lugar donde sus padres se conocieron, donde se casaron y donde casi nacía ella.

Forks fue su segundo hogar.

Y ahora sería su refugio.

— Te ayudó con la maleta — dijo Charlie saliendo del auto.

— ¿Tu hija no se molestará si estoy acá? — preguntó Faye con curiosidad.

El semblante de Charlie decayó un poco, pero se compuso rápido. — Bella vive con su madre. Prácticamente la casa está vacía todo el tiempo.

— Bueno, todos nos haremos compañía ¿No es así, Luna? — miró a la bebe que le sonrió.

Luna Goodwin no entendía lo que estaba sucediendo, aún era muy pequeña como para entender el por qué se habían mudado, él por qué sus padres ya no estaban con ella. O por qué aquel hombre estaba junto a ellas.

La casa no era tan grande, era pequeña, pero se podía vivir tranquilamente en ese lugar.

— Mira Luna — señaló una fotografía del colegio. — Ellos son nuestros padres — señaló a una pareja. — Él es Charlie y ella es Renee.

— Cuando tu hermana crezca podré contarle sobre tus padres así como a ti — murmuro Charlie. — Vengan, les dire donde está su habitación.

Subió las escaleras con una Luna curiosa mirando por ambos lados de la casa. Siguió a Charlie hasta una habitación. 

La cama era individual y había una cuna cerca. Tenía una mesa de noche, un escritorio y un mueble para guardar la ropa.

— Si llega a faltar algo, dímelo para conseguírtelo — propuso Charlie dejando las maletas.

— Muchas gracias tío Charlie — sonrió.

El Swan salió dejando a las Goodwin solas.

Faye sacó a Luna del cangurero que traía puesto, la acosto en la cama para cambiarle el pañal.

— Luna, esta será nuestra casa. — murmuró. — Tendremos una buena vida cerca del bosque y cerca de nuestros padres. Aquí se conocieron, aquí se casaron.

Faye sollozo. Mordió su labio inferior.

— Lamentó no ser la mejor hermana del mundo, Luna. Aún estoy aprendiendo — sollozo. — Te prometo que seré mejor por las dos.

La pequeña Luna Goodwin apretó el dedo de su hermana mayor. Una acción de le hizo sonreír a Faye.

Aún se tenían la una a la otra.