Capítulo 23 [+16]

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Sus dedos trabajaban en desabrochar mi brasier, y lo lograron, para después lanzarlo lo más lejos.
Mariana: Odió no poder ver este momento.

Estaba algo nerviosa, pero tomé sus manos guiándolas a acariciar mi cintura, después pasarlas por mi abdomen y ligeramente colocar sus manos sobre mis senos, el daba ligeras caricias y lo hacía con mucho cuidado.
Después empezó a depositar ligeros besos sobre mi pecho, yo solo tomaba su cuello con una de mis manos y la otra pasaba mis dedos sobre el cabello de su nuca, disfrutando.

En un instante el me tomó de mi cintura y me acostó sobre el sofá, subió sus piernas sobre mi, y ahora nuestros besos tenían más intensidad.
Sus manos se colocaron sobre mi short negro
Mariana: ¿Estás segura?
Asentí nuevamente con un sonido
Rivers: Contigo quiero todo Mariana.
Susurré
Sus manos deslizaron lentamente mi short por mis piernas hasta que logró deshacerse de el.
Recorrió con sus manos desde mis tobillos, para luego pasar por mis piernas lentamente y llegar a mi última prenda de ropa interior. Delicadamente con sus dedos la retiró.

Proseguimos con besos, pase mis manos sobre los botones de su short y comencé a desabrocharlo, para luego bajar su bragueta.
Se paró en un instante, bajo su short y lo retiró con sus pies, para después lentamente retirar y bajar su última prenda sobre su cintura y nuevamente retirarla con sus pies.
Me ruborice y me puse tan nerviosa en ese momento, su miembro se encontraba levantado.
Mariana: Debes sentirte gloriosa de que tu puedes ver.
Reí nerviosa
Rivers: ¡Mariana!
Le pase el sobre de un preservativo que procedió a colocarse.
Nuevamente estaba encima de mi, besos ahora muy apasionados y frenéticos.
Mariana: ¿Estás lista?
Dijo en medio de nuestro beso
Rivers: Si...
Mariana: Lo haré con cuidado y despacio.
Depositó un beso sobre la comisura de mi labio
Tomo mis piernas, y las abrió lentamente para la ayuda de su colocación.
Lamió la yema de sus dedos, y bajo su mano hasta mi entrepierna, comenzó a dejar caricias circulares sobre esta.
A lo que no pude evitar soltar ligueros gemidos.

En un momento tomó su miembro con su mano y comenzó a introducirlo en mi lentamente.
Dioos agradecía que estuviera ciego en ese momento y no viera mi rostro.
Una vez en mi comenzó con ligeros y cortos movimientos en su cadera.
Yo soltaba ligeros gemidos, y en su cara solo podía ver lo mucho que el lo estaba disfrutando, lo cual definitivamente me excitaba más.
Duramos así varios minutos, disfrutando lentamente, pero en un minuto su velocidad y penetración aumentó a un nivel donde ya los sonidos que yo producía eran incontrolables.
Definitivamente me encantaba, ese cambio de velocidad me encantó, pero más me fascinaba ver su rostro disfrutarlo. ¡Mierda! solo espero no recibir reporte de ningún vecino.

Mariana comenzó a gemir, y sentía que estaba en mi punto.
Tenía una de mis manos aferradas a su espalda y otra aferrada a la parte trasera de su cabello, y mi boca gritando lo que sentía. Su rostro reposaba sobre mi cuello y mi hombro, tenía una de sus manos colocadas sobre mi cintura para facilitar mi agarre y otra paseándose sobre mi pierna y mi glúteo apretándolos con una fuerza tan exitante.
Definitivamente el movimiento de su cadera en mi era tan bueno. ¡Sus movimientos eran tan jodidamente buenos!, ¿dónde carajos aprendió?
Alzo su torso, y tomo con sus manos tomó mi cintura y reacomodo su agarré, su coordinación era tan exitante. Seguía el rápido en su cadera hacía mi.
Y por fin lo sentía...
Rivers: Mariana por favor no pares...
Dije interrumpida por mis suspiraciones y alborotada respiración.

...

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