EN DONDE... la familia Sully es exiliada del clan Metkayina después del ataque por las personas del cielo, lo que causa la búsqueda de el clan Tawkam en busca de uturo.
Y EN DONDE... Neteyam tiene que adaptarse a una nueva vida y ahí es donde conoc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
➤ 𝐒𝐎𝐔𝐋 𝐎𝐅 𝐈𝐂𝐄 𝖠 𝖵 𝖠 𝖳 𝖠 𝖱 𝖥 𝖠 𝖭 𝖥 𝖨 𝖢
En el corazón gélido del bosque de Pandora, donde los árboles cristalinos alzan sus ramas hacia un cielo nocturno adornado con destellos de bioluminiscencia, se encuentra un alma curiosa que navega valientemente entre las sombras plateadas. Sus pasos resonantes sobre la nieve fresca son como susurros de intriga en medio del silencio invernal. Con ojos centelleantes que reflejan la magia del entorno, está Omaticaya audaz se aventura a descubrir los misterios ocultos entre los parajes congelados, anhelando desentrañar los secretos que yacen en la unión entre lo salvaje y lo sobrenatural en este rincón mágico y enigmático del mundo de Pandora.
Kiri había terminado sus clases con la Tsahik por lo que decidió explorar el bosque por su cuenta; Saludó con una gran sonrisa a los na'vi con los que se topaba en el camino hasta lograr adentrarse en el frío bosque, no pensaba alejarse demasiado.
Kiri se hallaba sumida en un asombroso éxtasis ante la visión de los árboles cristalizados por el frío, la escasa vegetación que resistía la helada, mientras avanzaba cautelosamente por el manto de nieve. Cada paso que emprendía resonaba en su interior como un susurro ancestral, como si la misma nieve quisiera contarle secretos guardados por eras. Movida por un impulso inexplicable, se dejó caer con suavidad sobre el suelo helado, buscando una conexión más profunda. Cerró los ojos y se abandonó al silencio invernal, ansiosa por escuchar las palabras que susurraban los copos mientras se fundían con su piel, como si la naturaleza misma compartiera con ella sus enigmas ocultos.
