LIES

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006

SUMMER

Después del inesperado beso de Conrad y mi posterior rechazo, me encontré dando vueltas en mi cama, luchando por encontrar consuelo en el sueño. La agitación dentro de mí era abrumadora; Conrad siempre había sido como un hermano para mí, y ahora nuestra dinámica se alteró irrevocablemente.

Los pensamientos se agolparon en mi mente, preguntándome qué sería de nuestra relación. ¿Volverían a ser las mismas entre nosotros? ¿Y que pasará con Belly?, ¿Y sus sentimientos?. La incertidumbre de todo esto me mantuvo despierto durante toda la noche.

Mientras yacía allí, mi mente ponderaba sin descanso las posibles repercusiones de mis acciones. ¿Se tensará nuestra amistad o podríamos de alguna manera encontrar una manera de superar este momento incómodo? Y luego estaba Jeremiah, otra pieza de este complicado rompecabezas. ¿Cuál sería su reacción a todo esto? No pude evitar sentir una sensación de culpa y confusión, dividida entre las emociones que habían surgido de ese beso robado y la familiaridad de nuestro vínculo establecido.

La noche se prolongó, las horas transcurrieron mientras lidiaba con mis pensamientos y sentimientos. Era como si estuviera atrapado en un remolino de dudas, ansiedad y esperanza.

Reproduje la escena una y otra vez en mi mente, analizando cada detalle de la expresión de Conrad, mi propia reacción y las posibles implicaciones para todos los involucrados.

Eventualmente, la fatiga logró apoderarse de mi mente inquieta y caí en un sueño intranquilo. Aún que no duro mucho más de dos horas porque
Cuando abrí los ojos me sentía realmente mal. Por primera vez en mi vida me molestaba ver el amanecer reflejado por mí ventana. Me dolía la cabeza una barbaridad y me sentía muy extraña. Sentía la garganta seca, como si no hubiera bebido ningún líquido en más de una semana.

Estiré mí brazo hacia la mesa de luz de al lado de mí cama para tomar mí botella de agua. Cuando la levanté; era como levantar la nada misma, estaba vacía.

Rodé los ojos sentándome en la cama y colocandome las pantuflas. Me levanté extremadamente confundida, apenas tenía idea de dónde estaba parada. Mí cabeza aún daba vueltas y no podía acordarme de la mayoría de las cosas que sucedieron anoche. Bajé las escaleras caminó a la cocina para recargar la botella de agua y luego subí a mí habitación nuevamente.

Entraba una cantidad exagerada de luz por la ventana, así que antes de acostarme nuevamente, caminé hacia ella para cerrarla.

El ventanal de mí habitación tenía una vista en primer plano hacia la playa. Antes de cerrarla, divisé una persona sentada en la arena frente al mar.

A pesar de no poder verle bien, estaba cien por ciento segura de que era Conrad. El solía levantarse a ver el amanecer casi todos los días pero no le gustaba que le acompañen, así qué iba solo.

Sin pensarlo dos veces, me apresuré a su cama, agarré un abrigo y bajé las escaleras.

Caminando hacia donde estaba Conrad, mis pies pantuflas se llenaron de arena pero no me importó.

―Hola―Murmuré con una sonrisa sentándome a su lado―.

Conrad volteó a verme, nuestros ojos se encontraron por unos segundos hasta que él habló―Summer...lo siento por lo de anoche...―Antes de que terminará de hablar le interrumpí―.

―Sí, ¿Por qué golpeaste al ese tipo?―Pregunté esperando una respuesta de su parte―.

Conrad alzó su mirada del suelo hacia mí, sus cejas se arquearon con confusión.

UN VERANO DISTINTO | CONRAD FISHER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora