VI - Bienvenido

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La siguiente semana que transcurrió, Enzo no asistió al colegio a dar clases.

Julian se sintió aliviado por eso.

En cierta parte, lo que hiciera Enzo con su vida a Julian le importaba una mierda. No eran cercanos y no sabía nada de él, más que era un estúpido arrogante, y un ser bastante pasional. El motivo por el cual se estuviera ausentando no era su problema ni nada de su interés, mucho menos después de la situación que vivieron el otro día dentro de esas cuatro paredes.

Luego de que Enzo le guiñara un ojo antes de meterse al baño, Julian desapareció de ese lugar casi inmediatamente. Aún sentía su cuerpo temblando por el orgasmo, sus dedos que todavía hormigueaban, su respiración no del todo calma, y fue increíble la manera en la que su cara hervía pensando en lo que había hecho.

Es que, wow. Realmente había estado con un hombre por primera vez y no con cualquiera hombre, sino con Enzo Fernández, el ser más molesto y despreciable que había pisado esa institución pero que, sin embargo, no había tenido problema para terminar metiéndose la pija de Julian hasta la garganta sin chistar.

Era bastante curioso pensarlo en frío.

Julian nunca había sido una persona demasiado activa sexualmente: perdió su virginidad casi llegando los 18 años, pero fue más que nada por presión social, la chica con la que tuvo sexo era tres años más grande y era la prima del amigo de su hermano o algo así. Nada que le guste demasiado recordar.

Pero con Enzo, algo en su mente se había desconectado y lo había dejado rendido a sus brazos, le había hecho seguir al pelinegro de forma innecesaria hasta el gimnasio y seguidamente envolverse en aquella discusión estúpida, hasta que en un momento tuvo la lengua del chico enterrada en su boca.

Algo en él repetía: te lo estabas buscando, vos querías esto, era lo que esperabas que pasara.

Y a Julian le frustraba saber que, seguramente, esa partecita molesta de sus ideas tenia toda la razón del mundo: él quería sentir a Enzo. La tensión que le causaba el enojo hacia él se había transformado rápidamente en calentura y ahora no sabía bien cómo manejarlo.

Quizás, y sólo quizás, fue por eso que unos días después de que Enzo decidiera no asistir a clases, Julian estuviera parado en el baño de la sala observando detenidamente su celular.

"Enzo" marcaba el contacto, con el número que había sacado del grupo de profesores que tenían por WhatsApp. Su chat estaba vacío y su última conexión era media hora atrás; su foto de perfil era una suya jugando al fútbol, posiblemente varios meses atrás, ya que sus cabello estaba un poco más corto que ahora.

 Su chat estaba vacío y su última conexión era media hora atrás; su foto de perfil era una suya jugando al fútbol, posiblemente varios meses atrás, ya que sus cabello estaba un poco más corto que ahora

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Julian se mordisqueó el labio y pensó en sus palabras, si mandar mensaje o no. En definitiva, eran colegas, no debería haber nada raro en mandarle un mensaje de texto.

A menos que ese colega te haya echo sexo oral hace unos días encerrado en un gimnasio, le recordó la voz en su cabeza. Suprimió la idea.

Julian
(09:40) Veo que el basketball no es el único deporte con el que se da maña.

difícil de entender [julian y enzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora