Mientras Elena escuchaba cada palabra, su cuerpo comenzó a sentir una mezcla de terror y asombro. La realidad superaba con creces cualquier temor que hubiera imaginado. La revelación de Tomás, la dejó petrificada, incapaz de procesar la magnitud de lo que acababa de escuchar. Era como si una pesadilla se materializara frente a sus ojos. Intento imaginar el horror que debió haber sentido Alessandro cuando descubrió los cuerpos sin vida de sus padres en aquella habitación solitaria.
La curiosidad se apoderó de ella y, aunque le costaba articular palabras, logró soltarle una pregunta a Tomás.
— ¿Tenéis alguna idea sobre lo que pudo impulsar a los antiguos marqueses a tomar esa terrible decisión?
— No estoy muy seguro. — confesó. — Supongo que lo único que puedo deciros es que, durante el tiempo que permanecí en esa casa, pude sentir claramente como una esencia oscura envolvía por completo los terrenos de la propiedad. Era como si existiera una presencia maligna que influenciaba a los marqueses, haciéndolos actuar de forma extraña.
Su respuesta fue incierta, pero reveladora.
Las palabras de Tomás resonaron en su mente, llenando el espacio de una pesadez aún mayor.
— ¿A qué os referís cuando decís que actuaban de forma extraña?
Él suspiró.
— En ocasiones pude ver como la marquesa se paseaba por los pasillos de la mansión con una mirada propia de una persona desquiciada. Parecía estar atormentada por algo, como si llevara el peso de un secreto oscuro en su interior. No le gustaba salir de la casa, pero cuando lo hacía, solía evitar por completo los terrenos del jardín. Aunque si me lo preguntáis, lo más inquietante era la actitud del marqués. Ese hombre solía pasarse la mayor parte del tiempo encerrado en la habitación del desván, como si estuviera obsesionado con algo que se encontraba allí dentro. Cuando salía, solía recorrer la casa con la locura plasmada en sus ojos, como si creyera que alguien lo estaba observando desde cualquier rincón de la mansión. Al igual que su esposa, el marqués parecía atormentado por una presencia invisible, pero poderosa.
— ¿Y Alessandro?
— Ellos le querían y se preocupaban por su seguridad. Por alguna razón le prohibieron acercarse a los jardines y a la parte trasera de la casa. Siempre se mantuvieron en silencio con respecto al porqué de esas normas, y Alessandro, al ser un joven obediente, nunca cuestionó el motivo detrás de ellas.
Los posibles motivos que llevaron a los antiguos marqueses a tomar una decisión tan trágica la dejó profundamente dolida y preocupada por el pasado de su marido. Elena sentía que una sombra se cernía sobre sus vidas, impulsándola encontrar respuestas.
Sin pensarlo dos veces, ella decidió confiar en su instinto y le contó a Tomás lo que había descubierto.
— Esta mañana me encontraba sola en casa, mi marido había salido y eso me dio la oportunidad de explorar una parte de la propiedad por mi cuenta. Normalmente no suelo ser una persona demasiado curiosa, pero debo confesaros que tanto secreteo y limitaciones en mi matrimonio me dio mucho que pensar. Es por eso que decidí aventurarme más allá de las zonas permitidas sin el consentimiento del marqués, descubriendo así el dichoso desván.
La mirada de Tomás se llenó de sorpresa y preocupación, pero Elena continuó su relato.
— Desde su interior pude visualizar un jardín de apariencia peculiar en la parte trasera de la casa, donde una pila de huesos humanos a medio enterrar me tomó por sorpresa.
Elena sintió como la angustia y el horror volvían apoderarse de ella. Aquella imagen había sacudido hasta lo más profundo de su ser, y la necesidad de descubrir la verdad se había vuelto aún más urgente.
Tomás meditó mis palabras, y su rostro reflejó una mezcla de inquietud y alarma. Finalmente, su voz temblorosa rompió el silencio.
— ¿Cómo habéis logrado abrir la puerta? — preguntó, con su mirada escrutando los ojos de la marquesa en busca de una respuesta. — Todas las habitaciones de la segunda planta están clausuradas con tablones de madera que Alessandro ordenó colocar. Yo mismo lo llevé a cabo.
Sin decir una palabra, Elena extendió las manos, mostrándole las heridas causadas por las astillas de la madera podrida y desgastada. Las marcas rojas y dolorosas eran una clara la evidencia de su incursión en el desván.
— Oh, mi señora... — susurró, con la voz llena de preocupación y pesar. — No debisteis hacer eso. No sabéis qué peligros pudisteis haber desatado al abrir esa puerta.
Tomás se levantó del banquillo en el que estaba sentado y se acercó hacia su mesa de noche, extrayendo un pequeño maletín metálico de uno de los cajones. Al abrirlo, reveló algunos objetos de primeros auxilios como gasas, pinzas pequeñas esterilizadas, alcohol y algunas vendas.
— Permitidme ayudaros. — musitó, cogiendo las pinzas y acercándose nuevamente. — Es mi deber asegurarme de que estéis bien.
Elena asintió, agradecida por su cuidado y apoyo. Extendió sus manos hacia él y dejó que comenzara a curar sus heridas.
Cuidadosamente, Tomás comenzó a sacarle las astillas que aún se hallaban enterradas en sus manos. A pesar de que intentó mantenerse tranquila, no pudo evitar estremecerse de vez en cuando ante el escozor que le producían las gasas empapadas en alcohol. Tomás trabajaba con precisión y cuidado, donde su expresión seria estaba llena de determinación. Cada vez que extraía una astilla, una sensación de alivio se plasmaba en el rostro de Elena.
Una vez terminada la curación, Tomás se apartó y la observó fijamente.
— Tened mucho cuidado en donde os metéis, mi señora. Las cosas nunca son como parecen ser.
Sus palabras resonaron en la mente de Elena, llenas de advertencia y preocupación.
— No pienso permitir que mi matrimonio con el marqués se base en la incertidumbre. — dijo lentamente, sintiendo la gravedad de la situación.
Los ojos de Tomás reflejaron angustia.
— Alessandro merece una oportunidad para explicarse, pero es necesario que mantengáis la mente abierta. ¿Prometéis que seréis cautelosa?
— Por supuesto. — respondió ella sin mucho afán, indicándole a Tomás que sus palabras carecían de sinceridad.
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El Jardín de las Rosas Negras
HorrorElena es una joven que se ha sumergido en un mundo de sombras y misterios tras casarse con un enigmático marqués y mandarse a su antigua mansión familiar. Su sueño era vivir una vida perfecta, pero desgraciadamente, nada está más lejos de la realid...