Cap 50

2.7K 273 6
                                    

El grito desgarrador de Emily no se deja esperar, y yo solo cierro mis ojos escondiendo la cabeza de mi hijo contra mi cuello.

—Él será el siguiente—me muestra una pantalla y lágrimas caen por mis mejillas al ver a mi padre secuestrado y amordazado. «Por dios...»

—Olvídate de mi, hija—forcejea con los hombres que lo sostienen—. Piensa en tu hijo, haz lo mejor para él.

—Papá...—intento hablar, pero él niega

—Ni se te ocurra salir, no lo hagas, Kiara—ordena y trago grueso. «No puedo dejarlo morir, es mi papá...»

Tengo que hacer algo. Si no voy probablemente encuentren la forma de presionarme aún más y enojarlo solo me pone en una desventaja.

—Voy a salir—acepto y Antoni sonríe maravillado mientras mi padre me grita pidiéndome que no lo haga

Sé que este jodido auto es un búnker. No hay forma de forzar las puertas, abrirlo o dañar a quien esté dentro. Y una vez se activa el sistema de seguridad, solo hay dos personas capaces de desbloquearlo. «Christopher y yo»

Mi pecho aún duele, pero no identifico si es el miedo o el dolor, creo que son ambos mezclándose y haciéndome temblar. «Tienes que controlarte, Kiara»

—Okey, mi cielo—beso la mejilla de Christian y lo pongo frente a mis ojos logrando que su llanto calme un poco cuando me ve—. Tranquilo, ¿si? Papá vendrá por ti mientras mamá hace lo que puede para protegerte.

Un sollozo se me escapa y beso su frente sintiendo el miedo correr por mis venas haciéndome sentir vulnerable. «No me gusta el miedo, pocas veces lo siento»

»Te amo—mi voz se rompe cuando dejo a mi hijo de nuevo en su silla y abrocho los cinturones antes de entregarle su tigre de felpa haciendo que sus ojos brillen con emoción. Y es esa imagen la que atesoro en mi corazón—. Pase lo que pase, mami te ama—acaricio su mejilla antes de pulsar el botón que activa el modo de seguridad

Salgo del auto y cierro rápidamente detrás de mi antes de que dos hombres me tomen por los brazos obligándome a caminar hacia Antoni.

—Señor, quedamos expuestos aquí—le dice uno de los hombres mientras me dejan frente a él

Camina hacia mi y sus ojos repasan mi rostro con suma atención, como si no quisiera perderse ni un solo pequeño detalle.

—Tienes razón—asiente tomando un mechón de mi cabello y jugando con él—. Supongo que tendrás que servir para atraer a Christopher.

—Olvídate de eso—la saliva me sabe amarga—. Si querías atraer a Christopher, yo no soy la mujer que buscas.

El ríe.

—Eso ya lo veremos—mira al hombre que me sostiene—. Manda a todos a las camionetas, esperaremos en el galpón.

***

—Lamento usarte como presa, hermosa—se disculpa Antoni cuando entra al galpón y yo me mantengo quieta, intentando controlar mi rabia ante el recuerdo de mi padre secuestrado por ellos—. Sé que vales más que eso, pero la presa sería tu hijo y... dadas las circunstancias, no queda más que improvisar.

—Y yo ya te dije que si buscabas atraer a Christopher, soy la mujer equivocada—siseo y rueda los ojos acercándose a mi

Acaban de atar mis manos, y casi sonrío internamente por el enorme error que es el hecho de que no hayan atado mis pies.

Soy un soldado, tomo cualquier ventaja. Y ellos no parecen recordar eso.

Siento una caricia en mi mejilla y de inmediato levanto mis ojos para encontrarme con la expresión fascinada de Antoni, recorriendo mi piel con sus dedos como si estuviera tocando a jesucristo. «¿Qué diablos? Maldito psicópata»

Destined [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora