Paraphrosýnê

¿Infidelidad?

El día tan esperado y planeado al fin se cumplió. Una mañana soleada y perfecta en el edén, Hades y Qin Shin Huang unieron sus existencias de forma oficial, casándose en una magnifica ceremonia en donde estuvieron presentes tanto humanos como dioses y que se celebró con una recepción tan grande que se hablaría de ella por mucho, demasiado tiempo...

Todo fue perfecto: Hades lució guapísimo con un frac negro hecho a la medida mientras que Qin vistió un ostentoso y precioso quimono masculino rojo con detalles a mano en oro, con mangas y cola largas, que fue sin duda, la pieza que llamó más la atención en toda aquella magnifica ceremonia...

Con aquellas prendas, dentro de una pequeña capilla mandada hacer solo para aquella increíble ocasión, los dos hombres juraron, en nombre de la mismísima eternidad, amarse por siempre sin importar nada, recibiendo entonces, abrazos, bendiciones y buenos deseos de todos los que los conocían...

La recepción de la boda por otro lado, tuvo su punto cúspide cuando los novios bailaron su primer vals frente a los invitados. Fue un momento hermoso y legendario donde al son de "Waltz of the flowers", bajo un majestuoso candelabro plateado y con todas las miradas sobre ellos, ambos hombres hicieron gala de toda su elegancia y destreza al bailar, mostrando una coreografía que se gravaría en la mente de los presentes no solo por sus pasos, sino también por todas las emociones que lograron transmitir a todos los presentes. Marcando de este modo, el final definitivo de la pelea entre dioses y humanos, pues todos sabían ninguno de los conyugues permitiría que atacaran a su pueblo y nunca, en la historia humana o divina, hubo mejor método para sellar un pacto de paz entre dos reinos que un matrimonio... y aquella no seria, la excepción...

Pero más importante que toda la paz y la prosperidad que auguraba la boda en sí misma, era el hecho de que se podía apreciar claramente que los dos novios se amaban sinceramente y que habían unido sus destinos porque se sentían incapaces de continuar con sus existencias sin tener al otro a su lado...

De esa forma, el primer emperador y el rey del Helheim, se convirtieron en consortes y aliados eternos...

Un final digno de cualquier cuento de hadas.

Excepto porque en la vida, no existe el perfecto "y vivieron felices por siempre"...

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Habían transcurrido poco más de cinco meses desde aquella increíble boda y en ese punto de su relación, cualquiera creería que Qin y Hades seguirían viviendo una melosa etapa de "recién casados" en donde la pareja pasaría todo el tiempo que pudieran juntos y disfrutando a cada minuto del amor que juraron tenerse... o al menos esa era la idea... porque en realidad la frustración del albino iba creciendo conforme sentía que aumentaba cada vez más la presencia de cierto "intruso" dentro de su perfecta relación...

-Ya estoy listo amor, ya podemos irnos – comentó el asiático mientras salía del vestidor terminando de acomodar su saco sobre sus muñecas. Ese día la pareja de casados asistiría a una "pequeña" fiesta que había organizado el emperador para celebrar la llegada de la primavera y el florecimiento de los cerezos.

Al principio, el rey del Helheim no estuvo muy de acuerdo con realizar aquella reunión, pero el ojimiel insistió en que el "ambiente" estaba muy aburrido ahora que él no había organizado ninguna reunión desde hace tiempo (porque, aunque Zeus realizaba algunas, Qin decía que no tenían su buen gusto), así que finalmente se salió con la suya y junto a Jack, habían organizado aquel evento.

Y aunque al principio no le dio importancia, gracias a esa dichosa fiesta, desde hace un mes ese odioso asesino se había hecho cada vez más presente alrededor de su amado azabache (porque aunque no le gustara, Jack era el mejor amigo de Qin y por ello, era natural que lo ayudara) y no solo eso, si no que, durante ese mismo periodo de tiempo, iniciaron una serie de cambios que eran aún más molestos que la presencia del inglés en si misma...