Capítulo IV

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Capítulo IV:
Entrelazando Destinos

El nuevo día nacía en la ciudad, pintando el horizonte con tonos cálidos y suaves. Los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, llenando la habitación de Kim Taehyung con una luz dorada y serena. Taehyung se encontraba en su estudio, rodeado de lienzos, pinceles y colores que esperaban ser llevados a la vida.

El matiz de azul que había marcado su encuentro con Jeon Jungkook seguía resonando en su mente. Había estado presente en cada pincelada, en cada trazo que había dado forma a sus creaciones. Taehyung se preguntaba cómo sería volver a encontrarse con Jungkook, si los matices que compartían en aquel primer encuentro evolucionarían hacia algo más profundo.

Mientras su mente divagaba en esos pensamientos, Taehyung dejó que sus manos tomaran el control. Los trazos de color danzaban sobre el lienzo, formando una imagen que evocaba emociones y memorias que apenas comenzaban a desvelarse. A medida que el arte cobraba vida bajo sus dedos, Taehyung sabía que estaba creando algo más que una simple pintura. Estaba capturando un fragmento de su propio ser, una parte de su historia y su corazón.

En otra parte de la ciudad, Jungkook se encontraba en su estudio de fotografía. La cámara en sus manos era una extensión de su visión, una herramienta que le permitía capturar momentos fugaces y convertirlos en recuerdos eternos. Jungkook había estado explorando la ciudad con su lente, buscando el matiz de azul que había dejado una impresión en su corazón desde el primer instante.

La imagen que había capturado en aquel primer encuentro estaba impresa en su mente, un eco de aquel crepúsculo mágico. Jungkook se preguntaba si tendría la oportunidad de cruzarse nuevamente con Taehyung, de ver si el matiz de azul se había transformado o si aún permanecía en su estado original.

 Jungkook se preguntaba si tendría la oportunidad de cruzarse nuevamente con Taehyung, de ver si el matiz de azul se había transformado o si aún permanecía en su estado original

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Mientras la ciudad seguía su constante danza de vida, Taehyung y Jungkook avanzaban por senderos paralelos que parecían destinados a cruzarse una vez más. El sol se movía a través del cielo, creando sombras cambiantes que dibujaban un patrón en movimiento sobre las calles.

En un rincón tranquilo de la ciudad, Taehyung caminaba por las aceras adoquinadas, sus pasos en sintonía con el latido de su corazón. El matiz de azul que había sido una constante en su mente parecía brillar más intensamente mientras se acercaba a su estudio. Pero, justo cuando estaba a punto de entrar, una figura conocida detuvo su avance.

Era Jungkook, con su cámara colgada al hombro y su mirada fija en la escena a su alrededor. Sus ojos se encontraron con los de Taehyung, y por un momento, el mundo pareció detenerse. En ese instante, ambos recordaron el encuentro que habían compartido en el crepúsculo, un momento que había dejado una impresión en sus almas.

El silencio flotaba entre ellos, cargado de preguntas y posibilidades. Taehyung se sintió arrastrado por la intensidad de la mirada de Jungkook, como si las emociones que habían comenzado a formarse en su interior estuvieran a punto de alcanzar la superficie. Sin embargo, antes de que pudieran decir una palabra, una voz alegre rompió el momento.

"¡Jungkook!"

Ambos volvieron la mirada hacia la dirección de la voz, y allí estaba ella: Park Rosé, la novia de Jungkook. Su cabello oscuro caía en ondas suaves sobre sus hombros, y su sonrisa era como un rayo de sol que iluminaba la escena. Rosé se acercó a Jungkook con un brillo de entusiasmo en sus ojos, envolviendo su brazo alrededor del suyo.

El corazón de Taehyung se apretó al ver la conexión entre ellos. La chispa en la mirada de Jungkook al ver a Rosé era innegable, y Taehyung no podía evitar sentir un ligero dolor en el pecho. Sin embargo, sabía que debía respetar los lazos que existían entre ellos y que el matiz de azul que compartía con Jungkook no era algo que pudiera simplemente reclamar.

Los saludos y las sonrisas se intercambiaron, y Taehyung se retiró con un gesto amigable. Mientras caminaba por la calle, sabía que el destino había tejido una vez más sus hilos de conexión, recordándole que las historias de los corazones no siempre seguían los caminos que uno podría esperar.

 Mientras caminaba por la calle, sabía que el destino había tejido una vez más sus hilos de conexión, recordándole que las historias de los corazones no siempre seguían los caminos que uno podría esperar

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El sol comenzaba a ponerse en la ciudad, tiñendo el cielo con tonos dorados y naranjas mientras la jornada llegaba a su fin. Taehyung caminó por las calles en silencio, su mente llena de pensamientos y emociones que se habían desatado después de ese encuentro inesperado. Llegó a su hogar, cerrando la puerta detrás de sí mientras se sumía en un profundo suspiro.

Dejó su mochila en el suelo y se dejó caer en el sofá. La imagen de Jungkook con su novia Rosé seguía grabada en su mente, como un matiz de color que se resistía a desvanecerse. Taehyung no podía evitar sentir una mezcla de emociones: la conexión que había sentido con Jungkook, la tristeza de verlo con otra persona y la confusión sobre lo que significaba todo esto.

Las lágrimas comenzaron a emerger, incontrolables y silenciosas. Taehyung se encontró llorando, una liberación de las emociones que habían estado acumulándose en su interior. Cada lágrima parecía llevar consigo una parte de su corazón, como si estuviera dejando ir una parte de sí mismo.

Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, Jungkook había llegado a su hogar después de despedirse de Rosé. La sonrisa que había compartido con ella se desvaneció lentamente, reemplazada por una sensación de inquietud. No podía quitarse de la mente la imagen de Taehyung, ni la mirada que habían compartido en aquel encuentro fugaz.

Jungkook tomó su teléfono y comenzó a buscar en las redes sociales. Quería saber más sobre Taehyung, quería entender mejor la tormenta de emociones que había experimentado. No podía sacudirse la sensación de que había herido a Taehyung de alguna manera, y eso lo atormentaba.

A medida que navegaba por las fotos y las publicaciones, una imagen en particular llamó su atención: un lienzo de arte, una expresión creativa que parecía llevar consigo una parte de la esencia de Taehyung. Jungkook se detuvo en seco, sintiendo que había encontrado algo más que solo una imagen. Había una historia detrás de esa expresión, una historia que deseaba descubrir.

 Había una historia detrás de esa expresión, una historia que deseaba descubrir

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El Matiz de Azul || TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora