El Matiz de Azul || TK

Capítulo XXVII

Capítulo XXVII:
Bajo Nuevos Aires

Dos días después de aquella conversación reveladora, Taehyung y Jungkook salieron de la casa del último con una apariencia completamente transformada, un estilo nuevo y fresco que los hacía destacar en la multitud. Taehyung lucía un cabello azul vibrante y vestía una camisa negra ajustada y unos jeans desgastados que resaltaban su figura. Por su parte, Jungkook tenía el cabello en un tono palatinado y llevaba una chaqueta de cuero negra sobre una camiseta blanca y jeans ajustados, realzando su atractivo.

Jungkook había utilizado sus habilidades para colocar un rastreador en el teléfono de Rosé, y si el GPS estaba en lo correcto, su teoría comenzaba a cobrar sentido. Rosé no estaba cuidando a la abuela enferma de Jennie, como había dicho, sino que se encontraba en un bar. Los dos se encontraban en el auto, camino al lugar indicado, mientras la noche comenzaba a caer.

El bar al que llegaron estaba iluminado por luces de neón y la música se filtraba por las ventanas. Jungkook estacionó el auto y ambos intercambiaron una mirada significativa, sabiendo que estaban a punto de descubrir la verdad.

"Antes de bajar del auto, solo quería decirte que te ves muy sexy vestido de esa forma", soltó Taehyung con una sonrisa traviesa, rompiendo la tensión. Sus ojos se encontraron y un sentimiento de complicidad los unió. Era el inicio de una nueva etapa, la búsqueda de la verdad que los llevaría a desenmascarar las mentiras de Rosé.

El bar estaba inmerso en una atmósfera de luces de neón que parpadeaban al ritmo de la música electrónica que resonaba en el ambiente. Taehyung y Jungkook caminaron por el local, sintiéndose envueltos por la energía del lugar.

Decidieron dirigirse a la barra y pedir algunas bebidas para evitar llamar la atención. Sabían que debían pasar desapercibidos mientras mantenían un ojo en Rosé.

Mientras disfrutaban de sus bebidas, Taehyung dirigió su mirada hacia una esquina del bar, donde vio a Rosé bailando de manera provocativa con un desconocido. Sin perder tiempo, llamó la atención de Jungkook, quien sacó su teléfono y tomó una fotografía como evidencia. Era la primera prueba de que Rosé no estaba en casa de la abuela enferma como afirmaba.

La segunda prueba llegó de forma contundente cuando vieron a Rosé besándose apasionadamente con el mismo chico. Jungkook no dudó en tomar otra foto de la escena. Cada imagen los acercaba más a descubrir la verdad detrás de las mentiras de Rosé.

Ambos se miraron, conscientes de que tenían pruebas sólidas para confrontar a Rosé y poner fin a su relación. En ese momento, Jungkook sintió que su vida estaba a punto de dar un giro drástico. Park Rosé dejaría de ser la mujer con la que había planeado pasar el resto de su vida, pero esa idea ya no lo atormentaba como antes.

Volvió a mirar a Taehyung, quien disfrutaba de su margarita con tranquilidad, y una sonrisa se formó en sus labios. Le gustaba la idea de un futuro con Kim Taehyung, de explorar todas las posibilidades que la vida les tenía preparadas. Sentía que, finalmente, estaba tomando el control de su destino y estaba dispuesto a enfrentar cualquier desafío que viniera con ello.