Capítulo XX

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Capítulo XX:
Renacimiento de la Comprensión.

Jungkook se encontraba sentado en la solitaria parada de autobús, aunque en realidad no tenía la intención de tomar un autobús en ese momento. Sus pensamientos se debatían entre su corazón y su mente, un conflicto que lo atormentaba desde hace horas. La notificación de un mensaje en su teléfono rompió su ensimismamiento. Era un largo mensaje de Rosé, su novia, que expresaba su dolor y angustia por la situación actual de su relación.

"Jungkook, no puedo soportar más esta distancia emocional entre nosotros. Sé que no quieres tener hijos ahora, y está bien, puedo aceptarlo, pero lo que no puedo aceptar es que te alejes de mí sin explicación. Me siento abandonada, como si no quisieras compartir tus pensamientos y emociones conmigo. No sé qué está pasando en tu cabeza, pero estoy dispuesta a escucharte y entender lo que sea que te esté afectando. Lo único que necesito es que me hables, que compartas tus sentimientos conmigo, que volvamos a ser cercanos como solíamos ser."

Jungkook leyó el mensaje de Rosé con una sensación abrumadora de culpa y dolor. Una solitaria lágrima recorrió su mejilla mientras sus pensamientos se mezclaban en un torbellino de emociones. Sabía que había lastimado profundamente a la mujer que amaba. Después de un profundo suspiro, se puso de pie y caminó hacia una tienda de conveniencia cercana. Compró una pequeña botella de agua y la bebió mientras sus pensamientos se enfocaban en un solo objetivo: volver a casa y pedir perdón a Rosé.

 Compró una pequeña botella de agua y la bebió mientras sus pensamientos se enfocaban en un solo objetivo: volver a casa y pedir perdón a Rosé

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Jungkook se encontraba en medio de sus pensamientos cuando una figura llamativa se cruzó en su camino. Era una mujer de una belleza impresionante, con un cuerpo escultural y una postura elegante que llamaba la atención de todos los que pasaban cerca de ella. Su cabello largo y oscuro caía en cascada sobre sus hombros, y sus ojos eran como dos joyas brillantes que miraban con atención. Vestía con elegancia, y su presencia irradiaba confianza y determinación. Era Hwasa, la mejor amiga de Jungkook y su confidente de toda la vida.

Jungkook no pudo evitar sonreír con entusiasmo al ver a Hwasa. Se acercaron el uno al otro y se abrazaron con cariño. Ella acarició los cabellos de Jungkook con ternura mientras le daba la bienvenida.

"Es hora de hablar", dijo Hwasa en un tono serio, y Jungkook asintió en acuerdo.

Hwasa guió a Jungkook hacia su auto, y ambos se acomodaron en el interior. Encendió el motor para disfrutar del aire acondicionado mientras se preparaban para la conversación que se avecinaba. Jungkook comenzó a relatar todo lo que había sucedido desde la última vez que se habían visto, compartiendo sus emociones y preocupaciones.

Hwasa escuchó atentamente mientras Jungkook hablaba, su rostro serio y comprensivo. Cuando él terminó de hablar, ella tomó la palabra, expresando su opinión sobre la situación con Taehyung. No estaba de acuerdo con lo que había sucedido en la madrugada y le aconsejó a Jungkook que no continuara por ese camino, especialmente si no quería dañar su relación con Rosé, una mujer que había sido una novia maravillosa durante siete años.

"Rosé es una persona increíble", dijo Hwasa con sinceridad. "No merece ser lastimada, Jungkook. Debes ser honesto contigo mismo y decidir qué es lo que realmente quieres. Si sientes que hay una conexión especial con Taehyung, debes afrontar eso, pero sé consciente de las consecuencias. Y, sobre todo, habla con Rosé. La verdad es siempre el mejor camino."

Jungkook asintió, agradecido por el consejo de su amiga. Sabía que tenía mucho en qué pensar y muchas decisiones difíciles por delante.

Hwasa estacionó el auto frente a la casa de Jungkook y ambos se despidieron con la promesa de verse pronto

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Hwasa estacionó el auto frente a la casa de Jungkook y ambos se despidieron con la promesa de verse pronto. Jungkook agradeció a su amiga por estar allí para él en ese momento difícil y entró en su casa, listo para enfrentar la conversación que sabía que debía tener con Rosé.

Cuando abrió la puerta y entró, encontró a Rosé sentada en el sofá, con la cabeza apoyada en sus rodillas mientras soltaba sollozos. El corazón de Jungkook se apretó al verla en ese estado, y sintió una punzada de culpa por haberla lastimado.

"Rosé", murmuró con voz suave, y ella levantó la cabeza, encontrándose con su mirada. En ese instante, ambos parecieron darse cuenta de que había algo diferente en la atmósfera, un cambio que iba más allá de las palabras.

Ella se levantó del sofá y limpió sus ojos, mostrando su hermoso rostro que aún llevaba rastros de lágrimas. Rosé era una mujer impresionante en todos los sentidos. Su cabello era largo y sedoso, caía en cascada sobre sus hombros en un tono oscuro que enmarcaba su rostro de rasgos suaves. Sus ojos eran grandes y expresivos, de un color que a menudo cambiaba entre el marrón y el verde, dependiendo de la luz y su estado de ánimo. Tenía una figura esbelta y proporcionada que la hacía destacar, y su estilo siempre era elegante y sofisticado.

Jungkook tomó un profundo aliento antes de hablar. "Quiero disculparme, mi amor", dijo sinceramente.

Rosé lo miró con ternura y comprensión en sus ojos mientras se acercaba a él. Sus cuerpos estaban cerca el uno del otro, y Jungkook no pudo evitar notar la belleza y la elegancia de su novia. Ella lo abrazó con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir nunca más.

"No hay nada que pedir perdón, ya estás aquí", susurró Rosé, mientras se aferraba a él. En ese momento, la distancia entre ellos se desvaneció, y aunque podía haber turbulencias en su relación, aún compartían un lazo especial y una profunda conexión emocional que los había mantenido juntos durante tanto tiempo.

 En ese momento, la distancia entre ellos se desvaneció, y aunque podía haber turbulencias en su relación, aún compartían un lazo especial y una profunda conexión emocional que los había mantenido juntos durante tanto tiempo

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