Capítulo 5: Bienvenido al Bakusquad

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Izuku despertó envuelto en el calor de los brazos de Katsuki, con la nariz enterrada en su cuello, donde podía apreciar el suave olor a nitroglicerina que se desprendía de cada uno de los poros del rubio. Esa había sido la segunda noche que dormía del tirón, que descansaba de verdad. Abrió los ojos lentamente, sintiendo que había una leve luz delante suyo, que resultó ser el teléfono de Katsuki quien lo estaba trasteando con los ojos entreabiertos, al igual que él debía de hacer poco que se había desvelado.

— Buenos días, ¿llevas mucho despierto?

— A penas unos minutos, iba a esperar un poco antes de ir a hacer el desayuno y dejarte aquí durmiendo un rato más. — La voz de Katsuki sonó más grave de lo normal.

— Mmn... — Deku se separó de él lo justo para estirarse y desentumecer sus músculos, antes de volver a abrazarse a su cuerpo. — Un ratito más y te ayudo a cocinar.

— Entonces igual no desayunamos si me vas a ayudar, eres un desastre.

El peliverde rió ante aquella sincera verdad, pero no lo iba a dejar cocinar sólo mientras él dormía. Estuvieron un rato más resguardados bajo las mantas, hasta tener la suficiente voluntad para salir de ellas e ir juntos a cocinar. Deku era un inútil en la cocina, pero Katsuki debía admitir que se le daba bien seguir órdenes, resultando ser de ayuda a pesar de que en origen dudó de ello. Siempre había disfrutado de cocinar, aunque ese hobby no fuese algo que de entrada encajase con su personalidad, y siempre lo había hecho él solo, pero le gustaba tener la compañía de Deku.

Cuando Katsuki despertó aquella mañana con la cabeza enterrada entre esos despeinados mechones verdes, fue un sueño, un sueño del que tuvo que tomar alguna distancia para evitar que el despertar se tornara algo incómodo, por suerte no había sido así.

— Que bien huele todo lo que cocinas. — Deku se había inclinado sobre la olla de sopa miso para olerla cuando su tripa gruñó.

— En nada está listo el desayuno, acerca nuestros platos.

Ya habían tomado sitio e iban por la mitad del desayuno cuando bajaron los primeros compañeros a comer, algunos se sorprendieron de verlos juntos pero otros iban aún demasiado dormidos como para poder sorprenderse de nada. La semana siguiente iban a tener el primer examen del trimestre, estaban los dos discutiendo sobre las cosas que podían entrar cuando Tenya se les unió emocionado por su "compromiso con los estudios".

Al igual que ayer subieron a sus cuartos, pero esta vez Bakugo le dijo que lo iba a esperar abajo, que no se demorara demasiado. Ese día también se fueron sin Kirishima ni Kaminari, aunque esta vez casi llegan a tiempo y apenas los tuvieron que perseguir.

La conversación de anoche con Katsuki lo había reconfortado, lo había hecho darse cuenta de que el niño sensible que era de pequeño seguía existiendo en la actualidad, que Kacchan no había cambiado en absoluto. Era increíble cómo había cambiado su vida en unos días, desde el sueño se sumió en una pesadilla, pero ello lo había llevado a descubrir una nueva luz.

—Kacchan

—¿Qué?

—Eres increíble, Kacchan.

Los gritos detrás de ambos fueron sustituidos por un denso silencio, el rostro de Katsuki se tornó completamente rojo. Abrió y cerró la boca varias veces, sin saber qué decir. Deku solo pudo reír ante la ausencia de respuesta.

—Q-qué... ¡Deku imbécil! ¡Ya vale de bromas! — Consiguió finalmente verbalizar Katsuki.

—¡No es una broma! ¡Kacchan es increíble!

—¡Ya vale Deku! — Exigió un muy rojo Kacchan.

—¡Corre Midoriya!

Kirishima y Kaminari adelantaron a Bakugo, tomando a Deku de las muñecas para que corriese con ellos antes de que Katsuki iniciara una persecución, exigiéndoles que pararan para matarlos. Los tres reían mientras oían tras ellos las explosiones de las manos del rubio, Deku estaba realmente feliz de haberse podido hacer un hueco, aunque fuese un pequeño..

Un sueño con Lazos OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora